Pérez Bilbao (2001) señala que la personalidad de las víctimas parece relevante en la forma de afrontar el mobbing, y que las conductas de afrontamiento para la solución del problema y para controlar las reacciones emocionales, son más efectivas que las conductas de tipo evitativo.
En cuanto a la supervivencia al acoso laboral, podríamos decir que tienen dos partes diferenciadas; por un lado, la de las estrategias para el afrontamiento del mobbing, y, por otro, el tratamiento de las consecuencias que estas conductas hayan ocasionado en la víctima. Ya se han visto las patologías más frecuentemente derivadas del mobbing, cuyo tratamiento farmacológico, cuando lo precisen, no debe ser diferente al de cuadros similares, independientemente de la causa que los originó.
A continuación se proponen algunas estrategias que pueden ser útiles para superar el mobbing:
•Identificar el problema del mobbing, informándose y formándose sobre el tema.
•Documentar y registrar las conductas de acoso de que se es objeto lo antes posible.
•Hacer públicas las conductas de acoso que se reciben en la intimidad y en secreto, y comunicarlas a los compañeros, jefes, directivos, asesores, familiares y amigos.
•Llevar a cabo la desactivación emocional, evitando reaccionar con ataques.
•Controlar y canalizar la ira y el resentimiento (la ira es la aliada del acosador).
•Ser asertivo, responder a las calumnias y críticas destructivas, aunque sin pasividad ni agresividad.
•Proteger los datos, documentos y archivos del propio trabajador, desconfiando de las capacidades manipulativas de los acosadores.
•Evitar el aislamiento social, relacionándose socialmente y haciendo actividades de ocio.
•Evitar la autoinculpación, y si se produce utilizar mecanismos de extroyección.
•No intentar convencer o cambiar al acosador.
•No caer en la inhibición, ni en la paralización, hablar del acoso y expresar las emociones (risa, llanto) que sus conductas provoca.
•Incrementar la capacitación profesional y mantenerse actualizado, realizando cursos de formación y reciclaje.
•Solicitar ayuda médica, psicológica y legal, para diseñar el plan terapéutico con medidas de prevención, tratamiento farmacológico, baja laboral, etc., y el abordaje jurídico.
•Ignorar al acosador como forma de liberación final.
Además las empresas deberían favorecer:
•El apoyo social al afectado a través de un compañero de su confianza, el médico de la empresa, el servicio de prevención de riesgos laborales o en el ámbito extralaboral.
•El reconocimiento por parte de la organización de que estos fenómenos pueden existir.
•La planificación y diseño de las relaciones sociales en la empresa como parte de su cultura empresarial.
•La posibilidad de contar dentro de la empresa con un servicio de asistencia a los trabajadores.
•La atención a las deficiencias del diseño del trabajo, al comportamiento de los líderes y a la protección social de la persona mediante reglas claras, escritas y públicas sobre resolución de conflictos.
•La elaboración de un protocolo de actuación para la prevención y la atención en caso de acoso laboral.
Hacer frente al mobbing conlleva un esfuerzo personal importante y atravesar varias fases puesto que requiere la identificación del problema como mobbing, la desactivación emocional, que consiste en reconocer, analizar, confrontar y desmontar los mecanismos de defensa como la introyección (autoinculpación) y la negación. Una vez desactivados estos mecanismos, se debe estar en disposición de afrontar y responder a los comportamientos y perversiones del acosador, sin desarrollar sentimientos de culpa ni de vergüenza; es decir, extroyectando la culpa, cultivando la asertividad y las habilidades de comunicación, y recuperando la autoestima y la autoconfianza (Viana y Gil, 2003) (véase Figura 5.1).
FASES DE LA SUPERACIÓN DEL MOBBING
No hay comentarios:
Publicar un comentario