La accidentada salida de Rubio aupó a Rojo al cargo de gobernador. Y la más formidable batalla financiero-política que vivió de cerca la desencadenó él mismo al decidir, el 28 de diciembre de 1993, la intervención de Banesto, con la consiguiente separación de Mario Conde de todas sus responsabilidades. Hubo muchas maniobras para desprestigiar su decisión, pero lo cierto es que Rojo y todo su equipo salieron indemnes y pudieron contar con un apoyo generalizado, desde el sector bancario a las fuerzas políticas. Rojo también realizó una aportación decisiva al establecimiento de una política monetaria al servicio de la estabilidad y pilotó el banco central español en el histórico proceso de integración en la Unión Económica y Monetaria, que llevó al Banco de España a convertirse en parte del Sistema Europeo de Bancos Centrales (SEBC) a partir de la creación del euro, en
1999. Al dejar el Banco de España en julio de 2000, fue designado miembro del comité de sabios de la UE, que presidía el belga Alexander Lamfalussy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario