jueves, 13 de octubre de 2011

Sergio Fernandez: Rutinas de Felicidad

Rutinas para la felicidad
Por Sergio Fernández | Publicado: 5 Octubre, 2010
Prácticamente cualquier persona que conserve un mínimo del sentido común con el que vino al mundo es capaz de darse cuenta, si se sienta a reflexionar cinco minutos sobre ello, de cuáles de sus rutinas diarias le acercan o le alejan de la vida que desea.

Pero como prácticamente cualquier persona le ha dedicado más tiempo a final de año a planear sus vacaciones que su vida, pocos se toman esos cinco minutos para reflexionar sobre este asunto.

Ayer tuve la primera sensación de que arrancaba el otoño en Madrid. Después la confirmé respirando aire puro por El Retiro, donde las hojas ya amarillean, y con esa sensación de año nuevo, de año que se estrena, de algo nuevo que comienza y que uno quiere inaugurar como se merece, me puse a pensar sobre qué rutinas, qué actividades hago a diario y cuáles me alejan o me acercan a la vida que deseo…

En realidad, esto es más fácil de lo que parece. Tanto que da casi hasta estupor escribirlo. Se trata de adoptar una rutina y cuando está incorporada, otra. Y después otra. El único truco está en seleccionar una o dos, adoptarlas y esperar a que se incorporen firmemente en nuestra vida.

Comparto contigo algunas rutinas que te acercarán a una vida más plena y significativa, a una vida llena de energía, de paz y de sentido.

Si tienes alguna rutina que sientes que te hace más feliz, que te está haciendo disfrutar más de la vida, ser más eficaz en tu trabajo o disfrutar de una vida emocional más satisfactoria… si tienes alguna rutina que consideres que nos pueda ser de utilidad, me encantaría que la compartieras en los comentarios.

Estas son algunas de las rutinas para el éxito que se me ocurren…

Adelantar una hora el sonido del despertador por la mañana.

Levantarse sin alarma al menos un día por semana y dormir lo suficiente para no ser un zombie todo el día. Evitar los excitantes para estar despierto.

Hacer deporte cuatro-cinco veces por semana.

Comer de la manera más sana posible, salvo merecidas y muy ocasionales excepciones.

Contestar e-mails sólo dos veces al día.

Hacer cada día algo que me haga ilusión.

No quejarse o lamentarse salvo que sea realmente muy necesario.

Hacer todo lo posible por no juzgar a nadie.

Escribir y revisar los objetivos anuales cada cierto tiempo.

Evitar a toda costa cualquier actividad que no me haga vibrar.

Proteger mi tiempo y mi salud.

Pensar en qué es importante cada día antes de sentarme o empezar ese día.

Pensar lo contrario de lo que se ha pensado a priori.

Evitar a toda costa los desplazamientos y, si me desplazo, hacer la mayor cantidad de cosas posibles aprovechando ese viaje.

Llevar una dieta hipo-informativa. No contestar siempre el teléfono.

Leer un libro por semana

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