El águila y la rosa; de Rosemary Altea
Publicado en El águila y la rosa, Rosemary Altea el 23/01/2010 por Yelena
Bueno, pues aquí estoy de nuevo :P
Ya hace un par de días que terminé El águila y la rosa, el libro que estaba leyendo, y que escribió Rosemary Altea, la autora sobre la que os hablé en la entrada anterior.
No hace falta que me enrolle para deciros una sola cosa: ME ENCANTÓ.
Hubo momentos en los que lloré de tristeza, otras de felicidad, y hasta había veces en que levantaba la vistap ara dar un vistazo a mi habitación -a oscuras-, para asegurarme de que nadie estaba observándome desde alguna sombra… No me malinterpretéis: NO ASUSTA, pero hace que te replantees muchas cosas, que muchas veces pienses: ¿y si…
En fin, mientras leía, me iba apuntando páginas donde decía cosas muy interesantes y que creo que tod@s deberíamos tener en cuenta. Ahí va una lista de citas de Rosemary Altea:
* Sé luz, no juez. Sé modelo, no crítico.
* El “aura” o campo energético se manifiesta por encima de la piel, rodea todo el cuerpo y llega a abarcar varios metros. Está formada por muchas capas, tiene distintos colores, formas y diseños. Sus características cambian según sea el estado mental, físico o espiritual de una persona. Dicho de una manera más simple: el aura es el reflejo del ser.
* También contamos con el cuerpo etéreo. Tiene la misma forma y el mismo tamaño que el cuepo físico, pero al contrario de éste, el cuerpo etéreo (o espiritual) no puede ser destruido, es más real, más sólido que aquél. El cuerpo etéreo es el que usamos quienes hacemos viajes astrales.
* Vivir no significa ser bueno, malo o hacer méritos. Vivir significa aprender y descubrir nuestra alma y sus necesidades. Lo “bueno” o lo “malo” pueden ser simplemente el resultado de que tomemos el camino de la derecha o de la izquierda en ese periplo que nos conduce a tal descubrimiento. Vivir no significa intentar ganar una plaza en el cielo. Al alma le basta con que su vida continúe, con que vaya fortaleciéndose.
* Todos podemos ir a un lugar agradable [después de morir] si así lo decidimos. No hay puertas cerradas, no hay barreras, excepto las que nosotros mismos queramos levantar. No hay juicios celestiales, sólo los que nosotros debemos hacer al contemplar la clase de vida que hemos llevado, el tipo de persona que somos. Cada alma se juzga a sí misma. Si un alma lo desea, puede rechazar la luz, cerrar los ojos ante el mundo y encontrarse entre las tinieblas que ella misma ha creado. Entonces, ese alma vagará […] por lugares de pesadilla, perseguida por sus propios pensamientos, perdida y sola. Las sombras del alma son las sombras que ella misma, por decisión propia, se ha fabricado.
* ¿Qué veo? Veo personas. No espíritus: personas.[…] Cuando abandonamos el plano terrenal nos llevamos el cuerpo etéreo, que tiene el mismo tamaño y la misma forma del yo físico.
* Estas personas [espíritus] tienen la capacidad de ver el porvenir y por tanto pueden aconsejarnos en cuanto a nuestro futuro se refiere. En otras ocasiones esta puerta se hallará cerrada y no podremos conocer el futuro. Esto se debe a que los espíritus consideran que esa información no es necesaria o incluso que puede perjudicar y crear mayor confusión en la vida de un determinado ser humano. […] [A mis clientes] no les indico cómo deben vivir, sino que les ayudo a que vean sus propias capacidades, una oportunidad, y les doy esperanza cuando no la tienen.
* Muchos de nosotros, cuando hablamos con un médium por primera vez, nos ponemos nerviosos o incluso nos sentimos atemorizados. No sabemos qué nos espera, nos asusta lo desconocido. Muchas personas del mundo de los espíritus también se atemorizan ante una situación como ésa. Se preguntan qué puede ocurrir si no los oigo o si interpreto mal sus palabras. Es como si temieran suspender un examen importante.
* El miedo es un sentimiento intangible, es una emoción engañosa y dañina que puede acabar destruyéndonos. La mayoría de nosotros, unos más y otros menos, tememos a la muerte. Al fin y al cabo ¿no es la muerte ese gran representante de lo “desconocido”?
* A lo largo de mi vida, ha habido momentos en que me ha asustado vivir y otros en que he tenido miedo de morir, y ha sido mi conocimiento del mundo de los espíritus y del funcionamiento del universo lo que me ha permitido […] atreverme a ser yo misma, [...] a seguir adelante y enfrentarme a los numerosos retos que nos plantea la vida.
* El suicidio no resuelve nada, ni siquiera en el caso de una enfermedad. […] Los problemas de nuestra vida cotidiana son obstáculos que debemos superar. Las dificultades seguirán ahí, hagamos lo que hagamos y estemos donde estemos, ya sea en este lado o en el otro.
* Estoy convencida de que cuanta más gente comprenda el alcance y la extensión de la información que los médiums pueden transmitir, y cuanto más aumente la confianza en la comunicación con los espríritus, más fuerte se hará el vínculo entre las ciencias humanas, las ciencias naturales y los científicos.
* No existe la casualidad, nuestros encuentro “casuales” están planeados. Planeados por una gran fuerza universal de la que apenas tenemos conocimiento en este mundo.
* El sanador, utilizando su energía mental, proyecta un pensamiento hacia el universo. El universo recibe dicho pensamiento, dicho latido de energía, y le agrega su propia energía. Luego, ambas energías son enviadas al sanador y, a través de él, al paciente.
* Las respuestas a nuestras preguntas se encuentran en nuestro interior. No existe ninguna pregunta cuya respuesta no se halle en lo más hondo de nuestra alma.
* Primero, dedicaos al corazón y después todo lo demás os llegará en su momento.
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