domingo, 11 de julio de 2010

Virginia Cagigal de Gregorio es Doctora en Psicología

La mayor parte de la investigación sobre antecedentes psiquiátricos familiares de los menores con trastornos mentales se ha centrado en estudiar los antecedentes psiquiátricos de los padres, o bien se ha abordado la cuestión de una forma más generalizada, refiriéndose a familiares en primer o segundo grado. La perspectiva vertical (padres-hijos, abuelos-padres-hijos,…) y especialmente, la relación madre-hijo han captado la atención de los investigadores en mucha mayor medida que la perspectiva horizontal (hermano-hermano, sujeto-amigo,…). Incluso desde los diferentes modelos de terapia familiar, cuyo objeto de estudio es la familia y sus diferentes subsistemas, se ha investigado poco sobre el subsistema fraterno, y aún menos se ha investigado sobre los hermanos de menores diagnosticados de trastorno mental.


Sin embargo, los antecedentes psiquiátricos de hermanos son un factor de riesgo para la presencia de sintomatología psíquica en los menores, por lo que parece importante profundizar en las características conductuales y sintomatológicas de aquellos, fundamentalmente para poder conocer su situación y tener en cuenta sus necesidades en una posible intervención. Este análisis también es relevante debido a la importante función socializadora de la relación fraterna.

Aunque no son abundantes en número, podemos encontrar interesantes estudios sobre hermanos de menores con diagnósticos específicos, tales como hermanos de menores diagnosticados de trastorno de déficit de Atención con hiperactividad y hermanos de menores diagnosticados de problemas emocionales, depresión y ansiedad.

En el ámbito nacional existen importantes trabajos centrados en la relación entre hermanos y sobre el impacto de la discapacidad física y psíquica en los hermanos; sin embargo, no hay prácticamente estudios publicados sobre los problemas emocionales y de conducta en los hermanos de menores diagnosticados de trastorno mental en nuestro país.

Nuestro estudio evalúa la presencia y las características de los trastornos de conducta y problemas emocionales (problemas de conducta a partir de ahora) en hermanos de menores diagnosticados de trastorno mental a través de una muestra de 153 menores, de entre 4 y 18 años pertenecientes a un total de 92 familias. Los problemas de conducta en los menores han sido evaluados a través de la Child Behavior Checklist (CBCL, Achenbach y Edelbrock, 1983).

Para llevar a cabo el estudio, en el grupo experimental se solicitó la participación las familias de menores diagnosticados que acudieron a diferentes Centros de Salud Mental de la Comunidad de Madrid, así como de distintas asociaciones de familiares de menores con distintos trastornos mentales (Dédalo y la Asociación de Niños con Síndrome de Hiperactividad y Déficit de Atención, ANSHDA); mientras que para el grupo control, las familias fueron informadas a través de orientadores escolares de diferentes centros escolares.

Comparando el grupo de hermanos diagnosticados con un grupo de menores con hermanos sin diagnóstico, se observa que los hermanos de menores diagnosticados presentan mayor nivel de problemas de conducta, tanto en general como si concretamos en dificultades de tipo internalizante y problemas de tipo externalizante.

Estos datos son consistentes con los de otros autores. Además, los hermanos de menores diagnosticados presentan un nivel más elevado en todas las diferentes dimensiones de problemas de conducta estudiadas (aislamiento, quejas somáticas, ansiedad/depresión, problemas sociales, problemas de pensamiento, conducta delincuente, conducta agresiva) salvo en problemas de atención. Comparando el nivel de problemas de conducta de los menores diagnosticados con el de sus hermanos, vemos que los hermanos presentan menor nivel de problemas de conducta que sus hermanos diagnosticados en todas las dimensiones analizadas.

Algunos autores proponen la necesidad de intervenir sistemáticamente con los hermanos de menores diagnosticados (Faraone et al., 1996; Günayer Senel y Akkoek, 1995; Kelvin et al., 1996); otros autores han propuesto llevar a cabo de forma sistemática una sesión sólo con el subsistema fraterno en el contexto de un proceso global de terapia familiar (Bank y Kahn, 1975; Ríos, 1994); sin embargo, desde otros estudios se cuestiona una intervención sistemática con los hermanos, al considerar que se les puede "patologizar" innecesariamente (Cadman, Boyle y Offord, 1988).



Nosotros consideramos que los profesionales de salud mental deben conocer y tener en cuenta el riesgo en el que se encuentran los hermanos de los menores que atienden, llevando a cabo intervenciones no solamente centradas en los síntomas del sujeto diagnosticado, sino que también tengan acceso a los hermanos y dialoguen en algún momento de la intervención con ellos. Por otra parte, las intervenciones deben propiciar que los padres ganen competencias y mejoren sus creencias sobre sus capacidades educadoras y de apoyo a todos sus hijos, contribuyendo a eliminar creencias irracionales sobre los trastornos mentales, sobre el desarrollo de los hijos y sobre las posibilidades de cambio en la familia.

Ver referencias bibliográficas.

La versión completa de este artículo puede encontrarse en la revista Clínica y Salud: Cagigal, V. y Prieto-Ursúa, M. (2006). Problemas emocionales y de conducta en hermanos de menores con diagnóstico de trastorno mental. Clínica y Salud, 17 (1), 51-68.

Sobre las autoras:



Virginia Cagigal y María Prieto Ursúa

Virginia Cagigal de Gregorio es Doctora en Psicología y Profesora Colaboradora Asociada de la Universidad P. Comillas de Madrid. Coordinadora y terapeuta familiar del Área de Atención a Familias de la Unidad de Intervención Psicosocial (UNINPSI) de la Universidad P. Comillas. Cagigal es también profesora del Máster de Terapia Familiar y de Pareja de la Universidad P. Comillas y del Máster de Asesoramiento y Orientación Familiar de la Universidad de Santiago de Compostela. Su campo de investigación está centrado fundamentalmente en dos áreas: problemas de conducta en menores y relaciones familia-escuela.

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