sábado, 10 de marzo de 2012

Amparo Belloch Fuster

La catedrática de Psicología de la Universidad de Valencia Amparo Belloch Fuster participó en el pasado congreso sobre los tratamientos de trastornos de ansiedad y depresión celebrado en la Universidad de La Laguna (ULL). La especialista explicó que los mecanismos mediante los cuales los pensamientos intrusivos obsesivos que, en un momento u otro, experimentan todas las personas, se convierten en obsesiones y propuso un tipo de tratamiento de enfoque cognitivo eficaz y alternativo al más habitual, de tipo conductual.

Belloch justifica esta aproximación cognitiva argumentando que la perspectiva conductual se ha mostrado insuficiente para explicar las obsesiones. Como explicó la ponente, prácticamente todas las personas tienen en algún momento u otro esta clase de pensamientos intrusivos de tipo obsesivo, que pueden tener que ver con deseos de agresión, sexualidad o cualquier otra idea que afecta a las nociones morales o sociales.

El problema no es tanto el número de pensamientos de este tipo que se tenga, el cual es similar en todos los sujetos, como su frecuencia y, sino la valoración e importancia que se les otorgue. Así, el problema lo causa la valoración que cada persona hace sobre ese pensamiento concreto, que al repetirse acaba convertido en obsesión y puede provocar comportamientos compulsivos. De este modo, el sujeto que desea neutralizar esos pensamientos intrusivos recurre a estrategias que son o bien inadecuadas o disfuncionales o, lo que es peor, difíciles o imposibles.

La terapia cognitiva que propone la especialista ya ha sido probada con varios grupos de pacientes y en enero de 2011 será publicada en forma de manual. Su principal objetivo es convertir las obsesiones en pensamientos intrusivos como los que tienen todas las personas. Por ello, no se focaliza el tratamiento sobre las ideas en sí, sino sobre las valoraciones que se hagan sobre ellas. Los resultados han demostrado que esta terapia cognitiva es tan eficaz como la conductual que se utiliza habitualmente para los trastornos obsesivos, denominada Exposición con Prevención de Respuesta (EPR). Además, se ha verificado que es más efectiva si se aplica individualmente, y está especialmente indicada para tratar obsesiones autógenas, que son aquellas relacionadas con el sexo, la religión, la moral o la religión.

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