lunes, 24 de agosto de 2015

La expedición recala en la ciudad natal del Nobel de Literatura, donde ideó Macondo y dio rienda suelta al «realismo mágico»

La expedición recala en la ciudad natal del Nobel de Literatura, donde ideó Macondo y dio rienda suelta al «realismo mágico»

La famosa Aracataca, cuna del escritor colombiano Gabriel García Marquez, se siente olvidada. AunqueSOLO vivió su infancia en la que desde hace cinco años es la Casa-Museo, principal centro de peregrinación para sus lectores, los cataqueros aspiran a que parte de las cenizas del premio Nobel de Literatura, fallecido en abril de 2014 en México, regresen al que fue su hogar.
El alcalde de la localidad anunció, tras recibir a los 174 jóvenes de laRuta BBVA, que se adelanta la búsqueda de un supuesto testamento de«Gabo» en el que señala que su última voluntad sería que sus restos descansen en el entorno que originó Macondo y el realismo mágico.
«Para nosotros sería un gran honor porque fue el lugar donde nació y que le sirvió de inspiración para la mayoría de sus obras, especialmente 'Cien años de soledad'», expresó el regidor, Hatum Arias, que ha enviado la petición a la familia nada más conocer la decisión de la viuda, Mercedes Barcha, y sus hijos de ceder a Cartagena de Indias los restos de Gabriel García Márquez.
Este hecho ha provocado «tristeza» en su pueblo natal porque consideran que, aunque estuvo ausente mucho tiempo, siempre se preocupó de ayudar a sus vecinos. «Este pueblo no sería lo mismo sin él. Estaría más atrasado. Le debemos mucho», asegura Rocío Castillo, mientras vende a unos expedicionarios de la Ruta BBVAlas emblemáticas mariposas amarillas queCITA en su obra maestra el escritor.
Este municipio de Magdalena, ubicado a 90 kilómetros al sur de Santa Marta, irrigado por los ríos de aguas heladas que descienden de la Sierra Nevada, vio nacer a su Premio Nobel el 6 de marzo de 1927. Allí vivió sus primeros 8 años de vida, retratados con toda fidelidad en ‘Vivir para contarla', el primer tomo de sus memorias. Pero fue en ‘Cien años de soledad’ donde dio a conocer al mundo el «realismo mágico» de su tierra natal y hasta le cambió el nombre, tanto que muchosextranjeros llegan al país preguntando por Macondo, en lugar de Aracataca.
La estación del tren, a la que Gabo llegó con su madre en 1952 en uno de los viajes más importantes de su vida; la casa del telegrafista, dondeTRABAJABA su padre, cerrada por restauración; y la escuelaMONTESSORI en la que la maestra Rosa Elena Fergusson le enseñó a escribir son algunos de los escenarios que los «ruteros» han podido disfrutar 'in situ'.
Todo ello formaría parte de una futura «ruta Macondo», como explica el alcalde cataquero, que considera que «Gabo dejó de ser de Aracataca y pasó a ser un personajeMUNDIAL». Aunque Macondo sea el «epicentro» de ese «tour», también se incluirían ciudades como Santa Marta y Cartagena. Y para reivindicar la importancia que su figura tiene en la ciudad, el día 18 tendrá lugar una reunión de las autoridades con gestores culturales y educativos para pedir públicamente la cesión de una parte de las cenizas.
Desde que García Márquez recibió el Premio Nobel, en 1982,SOLOregresó tres veces a Aracataca. La última vez fue en el 2007, después de 24 años ausente. Entonces fue recibido por miles de seguidores y una pancarta que rezaba «Bienvenido al mundo mágico de Macondo».
«Miren a toda esa gente... y después dicen que uno fue el que seINVENTÓ a Macondo», comentó Gabo mientras saludaba por la ventanilla del tren en el que llegó. En Aracataca estuvo durante una hora y media.
No obstante, muchas cosas han cambiado desde que «Gabo» correteara por las calles sin asfaltar de Aracataca. El primer edil reconoce que la población tenía graves problemas de canalización y abastecimiento de agua potable pero que, durante suGESTIÓN, la red ha llegado a un 64 % de cobertura.
«Tenemos que hervir el agua para consumirla. Hasta ahoraSOLÍAMOS bañanarnos con cántaros en el río. Con este calor se agradece mucho tener agua corriente», cuenta Bernarda, otra vendedora de bisutería de la plaza principal, que tiempo atrás fue un cementerio.
Otra ironía de Aracataca es que en la ciudad natal del Nobel de Literatura, aunque parezca mentira, es complicado comprar un libro del autor. No hay una solaLIBRERÍA en el pueblo. Sólo en unapequeña papelería venden algunas copias de susLIBROS más conocidos.

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