sábado, 22 de agosto de 2015

Cristina Milian el Inconsciente

EL INCONSCIENTE




En nuestra mente, que está distribuida por todo el cuerpo, residen dos secciones: la mente consciente y la mente inconsciente.

Nuestra mente consciente es:
  • Autónoma
  • Proactiva
  • Diferenciadora
  • Contiene memoria explícita (recuerda hechos, fechas, acontecimientos)
Algunas veces está anulada, ya sea por causas neurológicas, consumo de drogas legales o ilegales, o trastornos psiquiátricos.

Nuestra mente inconsciente es:
  • Automática
  • Reactiva
  • Igualadora
  • Está presente toda la vida
  • Contiene la memoria implícita: memoria celular, memoria corporal, memoria genealógica.
  • No reconoce al otro
Es información que aunque no esté disponible en la memoria consciente está presente toda la vida.
Es la base de sentimientos y comportamientos a lo largo de la vida de la persona.

Dado que en sesión trabajamos con la información que reside en el inconsciente de la persona, con la información que aparentemente la persona no ve o no sabe, es preciso saber algunas de las reglas del juego por las que se rige el inconsciente:
  1. Tiene la función de dar soluciones de supervivencia, cueste lo que cueste, nos lleve donde nos lleve.
  2. Es un ‘disco duro’ programable en el que se almacenan las experiencias de nuestra vida.
  3. Funciona por igualdades, toma y acepta el mensaje tal y como se le indique. También funciona con imágenes, nombres o incluso números.
  4. Es ingenua e inocente. Para el inconsciente el otro no existe. No identifica la negación y no diferencia entre lo real, lo simbólico o lo imaginario. Para el inconsciente es lo mismo hacer ver que me como un limón que comérmelo de verdad.
  5. Es atemporal. Funciona en el AHORA.
  6. No es analítica, una vez recibe el mensaje no interpretará ni racionalizará el contenido de éste.
  7. No tiene sentido del humor. En ocasiones los mensajes pueden ser resultado de bromas o momentos triviales y la mente inconsciente no lo distingue.
  8. No distingue al otro.

Los pensamientos, la energía de la mente, influyen de manera directa en el control que el cerebro físico ejerce sobre la fisiología corporal porque están físicamente ligados a nuestro cuerpo a través de los sistemas inmunitario, endocrino y nervioso central. Ahora bien, se necesita algo más que pensamientos para orientarse al bienestar.
La mente inconsciente es como una máquina: repite las mismas respuestas a señales vitales una y otra vez. Es posible, una vez se tiene conciencia del argumento de vida que actúa desde el inconsciente, reprogramarlo. El cerebro goza de plasticidad y adaptabilidad, y hace falta entrenar a nuestra mente consciente, que es la creativa, que es la que formula los pensamientos, aquéllos que escogemos tener porque son útiles y productivos y nos dirigen a la salud y el bienestar.

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