¿Quién conoce a Sofía Casanova?
Una da las primeras españolas corresponsales de guerra ha sido casi olvidada
Saga TV indaga en la historia de esta periodista y escritora gallega
Cubrió la Primera y la Segunda Guerra Mundial y la revolución bolchevique
Sus ideas hicieron de ella una persona 'politicamente incorrecta'
Montse Dopico | Santiago de Compostela
Actualizado sábado 09/07/2011 12:33 horas
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¿Quién conoce a Sofía Casanova? ¿Por qué a esta escritora gallega, que fue una de las primeras mujeres corresponsales de guerra de España, no se le reconoce en la Historia el lugar que le corresponde? Formular posibles respuestas a estas cuestiones es el objetivo del documental 'A maleta de Sofía', realizado por la productora Servicios Audiovisuais Galegos, SAGA TV.
Dirigida por Marcos Gallego, la película indaga, a través de distintos testimonios, en la obra y la vida de Sofía Casanova, el año en el que se cumple el 150 aniversario de su nacimiento. El documental comienza con una encuesta en la calle, en la que nadie -aunque algunos entrevistados se aproximan, por intuición- acierta a explicar quién fue Sofía Casanova. Es una metáfora del olvido, o del quizás silencio que rodea su figura.
La Real Academia Galega le concedió en 1952 el título de académica de honra. La Universidad de Santiago guarda en su biblioteca más de 100 obras suyas o dedicadas a ella. El Consello da Cultura Galega incluye en su 'Álbum de Mulleres' una reseña sobre esta autora. El Concello de Melide le dedicó recientemente una calle y la Fundación Galiza Sempre la recordó en una exposición sobre la historia del feminismo gallego. Pero fue su biógrafa, Rosario Martínez, quien por así decirlo la redescubrió, con un libro que publicó en 1999.
Falta de visión histórica
Casanova, en 1919. | A. I. G.
Casanova, en 1919. | A. I. G.
El Instituto de Estudios Gallegos Padre Sarmiento (IEGPS) editó el año pasado las actas de un ciclo de conferencias que organizó con motivo de los cincuenta años del fallecimiento de la escritora.
"No deja de ser un síntoma de falta de visión histórica, también por parte de instituciones creadas para mantener la memoria de las gentes y de la cultura gallegas, que escritoras como Sofía Casanova ocupen hoy un lugar tan pequeño en el recuerdo colectivo", escribe el director del IEGPS Eduardo Pardo de Guevara en este libro,'Vida e tempo de Sofía Casanova' (1861-1958)'.
Carmen de Burgos fue, por un breve período de tiempo, en 1909, enviada especial del 'Heraldo de Madrid' en la guerra de Marruecos. Pero Sofía Casanova ejerció como corresponsal con mayor continuidad y por más tiempo que su compañera y amiga: en la Primera y la Segunda Guerra Mundial y en la revolución bolchevique. Sus posicionamientos políticos, así como su condición de mujer, podrían ser la clave para explicar por qué su recuerdo no permaneció, como debería, en la memoria colectiva, en un país que, por otra parte, vivió hasta hace muy poco de espaldas a su propio pasado.
Lo apunta la investigadora de la Universidad de Liverpool Kirsty Hooper en 'Vida e tempo de Sofía Casanova'. "Pese a su obra formidable y heterogénea, Casanova fue recordada durante décadas no como escritora e intelectual, sino como una figura exótica en la periferia de la cultura española y -peor aún- como un símbolo idealizado de la femineidad nacional-católica", sostiene. Y es que los golpistas la trajeron expresamente a Burgos en 1938 para servirse de su prestigio como corresponsal en favor del 'bando nacional'. Ella era una persona católica y conservadora que, pese a su simpatía inicial con la revolución rusa, se había convertido en una radical anticomunista.
Casanova fue una periodista muy popular en su tiempo. Frecuentaba los círculos literarios, y escribió en el 'ABC' durante casi veinte años. Pero ni Alfonso Rojo ni Felipe Sahagún la mencionan, el primero en 'Reportero de guerra. La historia secreta de los corresponsales', y el segundo en 'El Mundo fue Noticia. Corresponsales de guerra españoles en el extranjero. La información internacional en España'.
Las dificultades por ser mujer
La escritora, en 1937. | A. I. G.
La escritora, en 1937. | A. I. G.
"Podría aventurarse que una de las razones por las que no se tuvo en cuenta durante muchos años el trabajo periodístico de Sofía Casanova fue precisamente el hecho de que su presencia en el Este de Europa estaba justificada por razones familiares, interpretándose que sus crónicas, en lugar de una actividad profesional, constituían un pasatiempo de una desocupada madre de familia", señala Olga Osorio en 'Vida e tempo de Sofía Casanova'.
Tras pasar su infancia entre la aldea de Almeiras y la ciudad de A Coruña, hija de una familia de buena posición y de tradición militar, Sofía se trasladó, siendo adolescente, a Madrid. Sus dotes literarias y las relaciones sociales de sus parientes le abrieron las puertas de los salones de la alta sociedad y de la corte de Alfonso XII. Así conoció al que sería su marido, el polaco Wincenty Lutoslawski, que había viajado a Madrid para estudiar el pesimismo en la poesía española.
La inteligencia, sensibilidad y cultura de Sofía, además de su físico, atrajeron a este intelectual polaco, que vio en su rápida inclinación hacia la escritora "una llamada del destino que le predestinaba a ser padre del libertador de Polonia", tal como explica Rosario Martínez en su obra 'Sofía Casanova. Mito y literatura'. Tras lla boda, ella se mudó con él a Polonia, entonces desmembrada entre Rusia, Prusia y Austria.
Desde Polonia fue testigo de los acontecimientos del frente oriental en la Primera Guerra Mundial, entre 1914 y 1915. Trabajó además como enfermera para la Cruz Roja. Pero el curso de la contienda la obliga a ella y a su familia a retirarse a Rusia, desde donde sigue informando. El foco de la actualidad periodística se traslada después a la revolución de 1917, y más tarde a la Segunda Guerra Mundial, en la que vive -y denuncia-, la ocupación nazi del territorio polaco.
Una vida poco común
La suya fue una vida poco común para una mujer de su época. Viajaba mucho, hablaba varios idiomas, y se relacionaba con los más importantes intelectuales. Visitaba Galicia periódicamente, donde tuvo amistad con miembros de la tertulia 'Cova Céltica'. En el documental de SAGA TV, la escritora y profesora María do Cebreiro comenta cómo la simpatía de Casanova con el nacionalismo polaco no se tradujo en una concepción similar del protonacionalismo gallego.
No sólo la guerra alteró, por otra parte, su trayectoria vital. La relación con su marido, con el que no tuvo ningún descendiente varón, fue muy complicada. Terminaron separándose. "Fue una escritora digna", opina el historiador Xosé Ramón Barreiro en el documental, "pero no una gran figura literaria de su tiempo. Lo más importante", -asegura-, "es que fue capaz de romper la coraza del matrimonio, fue capaz de liberarse, de darse cuenta de la opresión de la mujer".
Aunque su relación con el feminismo es un tema controvertido. La profesora y cineasta Margarita Ledo señala en la película el peso del "esencialismo católico" de Sofía, y María do Cebreiro apunta que quizás su feminismo es "posibilista", adecuado en su discurso al público que la escuchaba.
Sofía Casanova escribió hasta el final de sus días, casi ciega del todo. Y no todo fueron éxitos -fue nominada para el premio Nóbel, pero no lo consiguió finalmente- y abundancia en su vida. Vivió épocas de escasez económica. Tras el divorcio, y con tres hijas que alimentar, sus crónicas le ayudaron a salir adelante, junto con los ingresos de las rentas de las propiedades de su ex-marido en Drozdowo. Mantuvo la relación con sus parientes polacos, e incluso intentó ayudar a sus cuñados, acusados de contrarrevolucionarios, aprovechando su entrevista con Ttrotsky.
Homenaje a Sofía Casanova en el Sporting Club de La Coruña en 1919. | RAG
Homenaje a Sofía Casanova en el Sporting Club de La Coruña en 1919. | RAG
Una persona que 'sufrió mucho'
"Sufrió mucho, y la historia no la trató como merecía porque era politicamente incorrecta. En la guerra civil española fue traída por el bando golpista, e hizo trabajos propagandísticos, es cierto. Luego, cuando lo que hacían los nazis en Polonia, no se calló, porque no podía aceptar aquello. Y por eso en el periódico 'ABC' decidiron prescindir de sus servicios. Su ética periodística era de una altura inmensa. Y eso es parte de su grandeza", aseguró Marcos Gallego.
El proceso de preparación del largometraje fue difícil. "Es una historia compleja, que exigió un trabajo profundo y exhaustivo, y un proceso de postproducción complicado. Lo que proponemos no es un documental clásico, biográfico. Es una película que juega con distintos ingredientes, con unas tramas a medio camino entre la narración documental y la ficción", señaló. En el ámbito audiovisual, la figura de Sofía Casanova había sido tratada también por J.A. Durán en 'Sofía Casanova. A dita e a traxedia de Europa: 1. O polaco'.
Comba Campoy y Marcelo Martínez se encargaron, en 'A maleta de Sofía', de la adaptación, Mon Moares de las animaciones y Margarita Fernández interpreta a la propia Sofía. El guión es de Marcos Gallego y Gonzalo Velasco. En la ficha técnica figura la intervención de Rosario Martínez, Perfecto Conde, Margarita Ledo, María do Cebreiro, Marta Pérez, Xosé R. F. Figueiredo, Ramón Villares, Ramón Barreiro, Karol Meissner., Sofía Markinek, Jacek Jawoski y Viktoria Grygierzec. La película fue rodada en gallego, y Saga TV intentará conseguir financiación para dobrarla o subtitularla.
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