PRÓLOGO Por fin he podido hacer realidad un viejo sueño: escribir un libro sobre la
voluntad; un tema bastante olvidado por la psicología moderna.
Para mí la voluntad escasi tan importante como la inteligencia. Cuando ésta ha
adquirido fuerza y vigor, nos ayuda en el empeño de conseguir los ideales de la
juventud y, también, los de la madurez; a continuar hacia adelante cuando surgen
dificultades y los vientos son contrarios a nuestros deseos.
Marañón, en sus Ensayos liberales, decía que el modo más humano de la
conducta juvenil es la inadaptación y a eso se le llamarebeld ía. Cuando la
voluntad está educada, el hombre de cualquier edad se vuelve joven, lozano y con
mucho heroísmo en su comportamiento. Es la aspiración de llegar a serun
hombre superior. La voluntad es el cauce por donde se afirman los objetivos, los propósitos y las
mejores esperanzas, y sus dos ingredientes más importantes para ponerla en
marcha son la motivación y la ilusión. La primera arrastra con su fuerza hacia el
porvenir; la segunda es la alegría de llevar los argumentos de la existencia hasta el
final.
Entre lamotivación y lailusión radica la razón de proponerse mejorar en
cuestiones pequeñas: es decir, hago lo que debo, aunque me cueste, aunque no lo
entienda en ese momento. Debemos aprender a desatender esas voces interiores
que nos quieren llevar sólo a lo que nos apetece o nos gusta, o hacia lo que nos
pide el cuerpo, alejándonos del trayecto adecuado.
Toda educación de la voluntad tiene un fondo ascético, por eso está estructurada a
base de esfuerzos no muy grandes, pero tenaces y pacientes, que se van sumando
un día tras otro. No sólo se consigue tener voluntad superando los problemas
momentáneos, sino que la clave está en la constancia, en no abandonarse. Primero
dar un primer paso y luego otro, y más tarde hacer un esfuerzo suplementario. De
ahí surgen y allí es donde se forjan los hombres de una pieza; los que saben saltar
por encima del cansancio, la dificultad, la frustración, la desgana y los mil y un
avatares que la vida trae consigo.
El que lucha está siempre alegre, porque ha aprendido a dominarse, por eso se
mantiene joven. Todo lo que es válido cuesta lograrlo. Pero merece la pena vencer
la resistencia y perder el miedo al esfuerzo. Hay que aprender a subir poco a poco,
aunque sean unos metros y no nos encontremos en las mejores condiciones.
La voluntad recia, consistente y pétrea es la clave del éxito de muchas vidas y uno
de los mejores adornos de la personalidad; hace al hombre valioso y lo transporta
al mundo donde los sueños se hacen realidad.
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