lunes, 20 de febrero de 2012

Aitziber Barrutia Leonardo

Aitziber Barrutia Leonardo

Esperamos cambios, queremos mejoras personales, familiares, sociales, etc. pero a menudo nos acomodamos en el sofá del deseo, del anhelo vacío, reconfortados por el aplauso ajeno de nuestro criticar por criticar.

Es frecuente escuchar de madres y padres como “¡Normal que tire los papeles al suelo, sus amigas/os lo hacen!”, o “¿Para qué vamos a reciclar nada si nadie lo hace?”, o “¿Cómo no voy a comprarle la consola si todas/os sus amigas/os la tienen?”, o “En esta sociedad todas/os las niñas/os tienen móvil o ven no se qué programa”, o “Como todas/os sus amigas/os vienen a esta hora o van a tal sitio…”, o “Como en el colegio todas /os las niñas/os llevan ropa de marca” o “Si todas/os comen chucherías…”etc.



Criticar y excusar nuestra actitud es fácil, lo difícil es plantear soluciones, levantarnos del sofá y dar un paso más allá en busca de alternativas. Pero esto requiere implicarnos, y no siempre estamos dispuestos a despojarnos de nuestras comodidades y luchar contracorriente.

En la actualidad, no podemos negar la influencia que los medios de comunicación ejercen en nuestra sociedad, sobre nosotros y nuestros hijos y, si nos lo proponemos, es seguro que encontraremos una razón con la de justificar nuestro comportamiento. Pero, ¿no es nuestra la responsabilidad última de no ceder nuestros valores en pro de la comodidad? Probablemente, el primer paso para cambiar la sociedad sea reconocer que SOCIEDAD SOMOS ¿no es así?

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