Hace algunos días, mientras estaba en un consultorio médico esperando mi turno para un chequeo, me puse a hojear una revista que, “casualmente” tenía un resumen de este libro, que acaba de salir a la venta hace muy pocos meses. Al leerlo, me impactó tanto que decidí comprarlo y quiero recomendártelo mientras aún lo estoy leyendo.
Tal vez quieras hacer un gran cambio en estos momentos y no te esté resultando fácil. Quizá no tienes la fuerza suficiente para dejar de fumar ahora. O someterte a dieta implique una fuerza de voluntad para la que necesitas más preparación. O no tengas el tiempo para iniciar o aumentar tu actividad física. O no veas aún la salida para dejar de ir al choque con esa persona cada vez que interactúan. O te resulte pesado dejar de lado algún hábito que sabes que es nocivo para tu salud.
Pero hay actitudes que puedes adoptar para mejorar tu calidad de vida. El libro Los secretos de la gente que nunca se enferma, de Gene Stone, Grupo Editorial Norma, incluye los relatos de 25 personas que, debido a ciertos hábitos saludables, se sienten mucho mejor y ¡no se enferman! Por ejemplo:
- Ricardo, un costarricense que vive en una de las zonas azules, áreas geográficas con alta concentración de las personas más longevas del mundo.
- Rip, un texano de profesión bombero y atleta de gran nivel, que convenció a sus compañeros del cuartel de alimentarse sólo a base de plantas.
- Nate, un fanático de los deportes extremos, que para cuidar su salud se planteó un desafío por demás extraño: todas las mañanas, antes de ir a trabajar, se ducha con agua helada.
- Susan Brown, de 51 años, ha vivido casi toda la vida cerca de Filadelfia, Pensilvania y ahora se prepara para alejarse del entramado de la civilización. Ella y su novio de 34 años han decidido que para ellos ya es suficiente de este mundo tal como es. Se proponen dejar de pagar la electricidad y el agua, cuidar su propio alcantarillado y depender de la energía solar y eólica y de una estufa a leña. Su meta es evitar hacerle daño al medio ambiente mientras que se desvinculan de un sistema político y social que, en su opinión, ya es demasiado grande e inflexible.
(…) “No se me ocurre nada que echaremos de menos -dice-. A ambos nos gusta la vida simple.”
No obstante, por simple que sea, el ajo será parte de esta. Susan fue expuesta a la idea de que la comida importante cuando era pequeña. Su madre es “vegetariana estricta con una misión, les hace mala cara a las personas que comen cualquier otra cosa”. La madre de Susan, de 74 años (y en buen estado de salud), ahora maneja un centro de salud alternativa en Delaware. La propia Susan también les ha prestado atención a los alimentos desde los 15 años, cuando padecía cambios anímicos bruscos, irritabilidad y agotamiento. Dejó de comer azúcares y de beber gaseosas y se sintió mejor.
Además, todos los años se enfermaba de influenza. Entonces su novio le contó sobre el ajo.
“Me dijo que el ajo lo curaba todo. Así que una noche, cuando pensé que me estaba enfermando, saqué un diente de ajo crudo, lo dejé disolver en mi boca y el resfriado desapareció. Ahora, siempre que pienso que me voy a enfermar, empiezo con el ajo tres veces al día y al cabo de 24 horas me siento bien”.
…….
Algunas otras cosas que mencionan son: yoga, hacer estiramiento, tomar vitamina C, hacer siesta, alzar pesas, tener buenos amigos, desintoxicarse, comer probióticos, vivir en ciertas zonas y hasta confiar en los efectos sanadores del caldo de pollo.
Es mucho lo que podemos hacer para mejorar nuestra calidad de vida, sólo precisamos elegir algo con lo que nos sintamos cómodos y acostumbrarnos a ello.
¿Conoces algún secreto para mejorar la calidad de vida y estar sano y feliz?
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