Franco y su política fueron cómplices de las matanzas en los campos de exterminio. Esta es la principal conclusión que se extrae de ‘El franquismo, cómplice del holocauso’ (La Vanguardia Ediciones), libro en el que el prestigioso periodista de investigación Eduardo Martín de Pozuelo hace uso de archivos secretos desclasificados para demostrar que el siniestro dictador permitió la muerte de miles judíos españoles temeroso ante la posibilidad de que miles de refugiados judíos incrementaran la oposición interna a su régimen.
JOSÉ MARÍA GARRIDO – elplural.com
Documento a documento, Martín de Pozuelo (premio Ortega y Gasset en 1985, premio Ojo Crítico en 1989, premio Derechos Humanos en 2000 y premio Internacional de Periodismo Rey de España de 2005) desvela en su obra que las pocas veces que el Gobierno de Franco facilitó ayuda a los judíos fue por causas ajenas a su voluntad o por intereses propagandísticos.
Culpables
Con El franquismo, cómplice del holocausto se despejan las dudas respecto a que Franco y sus ministros fueron cómplices del holocausto por omisión deliberada de salvar a miles de personas puestas en sus manos por los nazis y por el patético hecho de apoderarse de los bienes de los deportados a los que sólo consideraron españoles a la hora de reclamar sus dineros y haciendas.
Con El franquismo, cómplice del holocausto se despejan las dudas respecto a que Franco y sus ministros fueron cómplices del holocausto por omisión deliberada de salvar a miles de personas puestas en sus manos por los nazis y por el patético hecho de apoderarse de los bienes de los deportados a los que sólo consideraron españoles a la hora de reclamar sus dineros y haciendas.
¿Salvadores?
Algo que choca con la creencia mayoritaria de los españoles debido a que una vez acabada la Segunda Guerra Mundial el régimen franquista se atribuyó sin pudor la salvación de unos miles de judíos que en realidad evitaron la muerte gracias a las acciones individuales y contracorriente de un grupo de heroicos españoles que actuaron poniendo a riesgo sus vidas y desobedeciendo órdenes expresas de su ministerio de Asuntos Exteriores.
Algo que choca con la creencia mayoritaria de los españoles debido a que una vez acabada la Segunda Guerra Mundial el régimen franquista se atribuyó sin pudor la salvación de unos miles de judíos que en realidad evitaron la muerte gracias a las acciones individuales y contracorriente de un grupo de heroicos españoles que actuaron poniendo a riesgo sus vidas y desobedeciendo órdenes expresas de su ministerio de Asuntos Exteriores.
Los diplomáticos
En este punto, Martín de Pozuelo realiza un repaso exhaustivo por la labor de esos diplomáticos que a diferencia de Francisco Franco sí que evitaron la muerte de cientos de judíos. Casos como el de los diplomáticos Ángel San Briz (desde la delegación de Budapest) o Julio Palencia (de la legación de España en Sofía), quienes fueron crudamente explícitos en los mensajes que enviaron al Gobierno franquista para alertar de que los judíos estaban “siendo víctimas de una persecución tan cruel y encarnizada que a la persona más ponderada y fría pone espanto en el ánimo el contemplar las injusticias y horrores que estas autoridades vienen cometiendo”.
En este punto, Martín de Pozuelo realiza un repaso exhaustivo por la labor de esos diplomáticos que a diferencia de Francisco Franco sí que evitaron la muerte de cientos de judíos. Casos como el de los diplomáticos Ángel San Briz (desde la delegación de Budapest) o Julio Palencia (de la legación de España en Sofía), quienes fueron crudamente explícitos en los mensajes que enviaron al Gobierno franquista para alertar de que los judíos estaban “siendo víctimas de una persecución tan cruel y encarnizada que a la persona más ponderada y fría pone espanto en el ánimo el contemplar las injusticias y horrores que estas autoridades vienen cometiendo”.
La propaganda franquista
A este respecto, Martín de Pozuelo considera que “las mentiras de la propaganda franquista, la ocultación deliberada de los sucedido, la destrucción de documentos comprometedores y la miopía histórica mantenida durante años no cambian el hecho de que esos pocos miles personas salvadas por intervención española lo fueron por la labor personal de un grupo de diplomáticos que contravinieron ordenes”. Lo cierto y verdad es que “Franco pudo haber evitado la muerte a decenas de miles de personas” pero no lo hizo, tal y como muestra la documentación en la que se basa este libro que se publica tras el éxito cosechado por Los secretos del franquismo, la primera obra del periodista catalán sobre la dictadura española.
A este respecto, Martín de Pozuelo considera que “las mentiras de la propaganda franquista, la ocultación deliberada de los sucedido, la destrucción de documentos comprometedores y la miopía histórica mantenida durante años no cambian el hecho de que esos pocos miles personas salvadas por intervención española lo fueron por la labor personal de un grupo de diplomáticos que contravinieron ordenes”. Lo cierto y verdad es que “Franco pudo haber evitado la muerte a decenas de miles de personas” pero no lo hizo, tal y como muestra la documentación en la que se basa este libro que se publica tras el éxito cosechado por Los secretos del franquismo, la primera obra del periodista catalán sobre la dictadura española.
Documentos esclarecedores
Y es que para sacar a la luz la verdad histórica tan cuidadosamente escondida por el régimen franquista, Martín de Pozuelo publica documentos tan reveladores como el informe que Eberhard Von Stohrer, el embajador de Alemania en España desde 1937 hasta 1943, envió a las autoridades alemanas. En dicho informe se puede leer lo siguiente: “Es cierto que en España no existe un problema judío con en Alemania. La expulsión de los judíos por la reina española Isabella la Católica (sic) a finales del siglo XV ha evitado la germinación del problema judío (…) Los pocos judíos practicantes que hay en España no reciben ningún tratamiento complaciente por parte de las autoridades españolas. No obstante la República española se encargó de estos judíos y favoreció especialmente el contacto con los sefardíes residente en el Mediterráneo oriental. La España nacional del general Franco no sólo desaprueba la francmasonería, sino también el judaísmo internacional, aunque no tanto por razones de raza sino de religión. Por tanto, no fomenta de ningún modo a los sefardíes españoles”.
Y es que para sacar a la luz la verdad histórica tan cuidadosamente escondida por el régimen franquista, Martín de Pozuelo publica documentos tan reveladores como el informe que Eberhard Von Stohrer, el embajador de Alemania en España desde 1937 hasta 1943, envió a las autoridades alemanas. En dicho informe se puede leer lo siguiente: “Es cierto que en España no existe un problema judío con en Alemania. La expulsión de los judíos por la reina española Isabella la Católica (sic) a finales del siglo XV ha evitado la germinación del problema judío (…) Los pocos judíos practicantes que hay en España no reciben ningún tratamiento complaciente por parte de las autoridades españolas. No obstante la República española se encargó de estos judíos y favoreció especialmente el contacto con los sefardíes residente en el Mediterráneo oriental. La España nacional del general Franco no sólo desaprueba la francmasonería, sino también el judaísmo internacional, aunque no tanto por razones de raza sino de religión. Por tanto, no fomenta de ningún modo a los sefardíes españoles”.
Universalizando la mentira
Entre otros muchos documentos, en El franquismo, cómplice del holocausto, también se desvela las ordenes secretas y “consignas de obligado cumplimiento” que Franco mandó enviar el 10 de agosto de 1943 a los directores de todos los directores de los periódicos para vender que España no había entrado en la guerra y empezar a difundir el mensaje que el régimen franquista expuso en la Asamblea General de Naciones Unidas en 1949 (“España imbuida de su espíritu cristiano y universal de amor a todas las razas de la tierra contribuyó al rescate de judíos ).
Entre otros muchos documentos, en El franquismo, cómplice del holocausto, también se desvela las ordenes secretas y “consignas de obligado cumplimiento” que Franco mandó enviar el 10 de agosto de 1943 a los directores de todos los directores de los periódicos para vender que España no había entrado en la guerra y empezar a difundir el mensaje que el régimen franquista expuso en la Asamblea General de Naciones Unidas en 1949 (“España imbuida de su espíritu cristiano y universal de amor a todas las razas de la tierra contribuyó al rescate de judíos ).
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