MÓNICA GONZÁLEZ ÁLVAREZ, ESCRITORA Y PERIODISTA
«Las guardianas nazis cometieron el 75% de los crímenes del Holocausto»
Presenta el jueves en la Casa Revilla una obra que retrata a 19 mujeres nazis distinguidas por su sadismo y brutalidad
11.12.12 - 20:34 -
La II Guerra Mundial y el nazismo sobrecogen aún a Mónica González Álvarez (Valladolid, 1979). Esta periodista afincada en Barcelona presenta mañana en la Casa Revilla 'Guardianas nazis. El lado femenino del mal'. En su investigación, González Álvarez ha topado con 3.700 mujeres guardianas de campos de concentración y ha indagado en la vida de 19 de ellas, «las peores de los campos, las más sádicas e inhumanas. Todas ellas ordenaron a sus secuaces que ejecutasen el 75% de las muertes del Holocausto», certifica.
–¿Por qué este enfoque femenino del nazismo?
–Me apasiona el tema de la II Guerra Mundial y el período nazi y me sobrecogió la historia de Ilse Koch, conocida como 'La zorra de Buchenwald', una mujer que se dedicaba a extirpar la piel humana tatuada de los prisioneros para fabricar con ella pantallas de lámparas. Con ellas hacía la decoración en su casa, las colgaba en el salón del hogar donde comía y hacía su vida doméstica. Empecé a tirar del hilo, a investigar, y me encontré con que no era la única mujer nazi que practicaba estas macabras artes.
–¿Con qué criterio seleccionó?
–Eran las peores mujeres del campo, las más sádicas. Una de ellas, María Mandel, 'La bestia de Auschwitz', eliminó a más de medio millón de personas.
–¿Por qué ha pasado más desapercibido el papel de la mujer en la brutalidad nazi?
–Siempre se ha dicho que es el hombre el que mataba en los campos, pero hay siete supervisoras principales que aparecen en el libro y eran las mandamases de los campamentos que, a pesar de no tener rango oficial, dirigían. Es verdad que por encima tenían un director y un comandante, pero eran ellas quienes decidían quién vivía, quién moría y cómo. Practicaban vejaciones, maltratos, patadas... todo tipo de tortura física y psicológica. En aquella época imperaba el machismo y más en el mundo nazi, donde la mujer estaba relegada, según Hitler, a quedarse en casa y tener hijos, los mejores, los más puros y más arios para hacer una nueva raza.
–En el Holocausto el ser humano tuvo conductas de crueldad tan extrema que los psiquiatras aún titubean a la hora de etiquetarlas.
–A quienes las perpetraron yo les defino como malas bestias. Lo que hacían no era propio de una persona racional. Un ejemplo terrorífico, el de María Mandel al coger a un niño y tirarlo vivo al crematorio.
–¿Qué proceso se desencadena para convertirse en torturador?
–El ser humano creo que es bueno por naturaleza. Lo mantengo a pesar de escribir un libro tan tremendo. Lo que nos hace ser malvados y torturadores es lo que nos rodea: la educación que nos dan, lo que aprendemos, las ideologías, la mala información y la ignorancia.
–Tuvieron la opción de no matar pero eligieron la tortura. Placer, acatamiento de órdenes, ¿qué explicación encuentra?
–Eran manipulables pero también es cierto que tenían esa maldad dentro de sí. Si te incitan a matar a otro y no tienes maldad interior es imposible que lo hagas. Ellas tuvieron la opción de no matar a nadie pero eligieron matar, pero no haciendo fusilamientos, sino seleccionando quién moría en cámaras de gas. Y con ello obtenían placer.
–¿Encuentra alguna diferencia entre las conductas torturadoras en función del género?
–Las guardianas eran igual de malvadas que ellos. En muchos momentos ejercían tal poder sobre el prisionero que parecían que eran peores que sus camaradas masculinos. Subieron el tono de violencia porque querían igualarse a los hombres y la única manera de ser apreciadas era matando más.
–¿Hasta dónde fueron conscientes de la barbarie?
–Fueron conscientes de lo que hacían, aunque en los juicios quisieron hacernos creer que no sabían nada. Jamás se arrepintieron.
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