Manuel Barrios Casares destaca en el suplemento "El Cultural" de El Mundo que "Antier logra un texto ameno que introduce numerosas nociones especializadas empleando un estilo accesible".
En la primera parte de la obra, el hilo conductor es la relación entre Jung y su mentor, Freud, que rompen defintivamente en 1914. La segunda parte se centra en la dimensión espiritual de la existencia, clave en las investigaciones de Jung, y lo que explica en gran medida la ruptura con Freud. De hecho, como se señala en la reseña, Jung "siempre desconfió de la manera en que Freud concentraba en la sexualidad el sentido del inconsciente. Para él, esta perspectiva era reduccionista e incapaz de dar cuenta de lo más específico del alma."
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