Decálogo del amor – Enrique Rojas,
extraído del libro No te rindas
Amarse a uno mismo es indispensable para amar bien a tu pareja. Una autoestima baja suele llevar a una relación llena de apegos, lamentos y recriminaciones. No podemos dar al otro el afecto que no nos damos a nosotros mismos. Para estar bien con alguien hace falta estar primero bien con uno mismo.
El amor no es como en los cuentos de hadas. Una buena dosis de realismo ayuda a encontrar el camino correcto en la senda del amor. No existen los príncipes y princesas azules, pero sí una compañía que ilumine nuestra vida cotidiana. Realismo e ilusión mezclados con arte.
Evita a las personas inmaduras. Elegir a alguien con pánico al compromiso u otras actitudes infantiles nos lleva al fracaso y la desesperanza. Un candidato sentimental menos impactante al principio puede resultar a la larga mucho más satisfactorio. Madurez afectiva es capacidad para dar y recibir amor.
Ama sin apegarte. Solo quien sabe estar en soledad puede encontrar el orden y la creatividad que luego verterá en su compañero o compañera. En el amor conyugal hay que buscar una buena ecuación entre proximidad y lejanía.
Los detalles cotidianos son el sostén de una relación. Regalos fuera de las fechas señaladas, palabras cariñosas, una broma que disipe el mal humor matinal… Estos pequeños actos configuran una pareja saludable. Cuidar los detalles pequeños es amor inteligente.
Saber recibir amor es tan importante como saber darlo. La energía amorosa debe fluir como un circuito cerrado dentro de la pareja. Hay que entregarse y aceptar la entrega, cada cual según su manera de ser, para que dos corazones latan como un motor de dos cilindros. Estar atento a lo que el otro necesita: eso es amor acertado.
Huye de las discusiones innecesarias que dinamitan la convivencia. Muchos divorcios y separaciones tienen su origen en la acumulación de fricciones cotidianas, a menudo debido a detalles sin importancia. Evitarlas a tiempo aumenta la calidad de la relación. De la discusión conyugal rara vez sale la verdad.
Trata cada crisis de inmediato. Los asuntos del corazón no pueden postergarse en la agenda, como una obligación más. Antes de que se genere resentimiento, hay que resolver los temas de fondo que están afectando a la pareja. Pedir perdón enseguida es generosidad y paz interior.
Comunícate bien, pues es un seguro para el corazón. Más allá del entendimiento sexual, el arte de conversar es esencial para que un tándem afectivo funcione. Las uniones mas armónicas son las que se basan en un dialogo constante y fértil. Aprender a dialogar sin acritud es un gran logro.
Cárgate de paciencia, el condimento esencial de una relación. Sin ella sucumbiremos antes los primeros problemas que surgen en el normal devenir de una relación. La pareja es una carrera de fondo en la que hay que salvar muchos obstáculos para avanzar juntos hacia un mismo horizonte. Paciencia es saber esperar y saber continuar.
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