Pep Marí, jefe del departamento de Psicología del Deporte del Centro de
Alto Rendimiento Deportivo de Sant Cugat (Barcelona) y, como él mismo se
autodefine, psicólogo del rendimiento, nos cede un ensayo no publicado hasta
ahora sobre la importancia de trascender. imprescindible y genial. Os lo
recomendamos.
Dedico este ensayo a todas aquellas personas que sueñan con la inmortalidad
¿Qué quiere decir trascender?
Trascender es ir más allá de los hechos, hasta conseguir cierto grado de
equilibrio (Les Luthiers)
Tres obreros de la construcción estaban levantando un muro en una misma
obra, uno al lado del otro. Los tres estaban trabajando con las mismas
herramientas, cobrando el mismo sueldo y bajo el mismo encargo: ¡levantar un
muro!
Un periodista puso el micrófono en la boca del primero de los obreros y le
preguntó: “Perdone, buen hombre, me podría decir qué hace aquí?” “¿Qué hago?
¡Estar puteado, eso es lo que hago! ¡Por cuatro duros que me pagan me dejo la
salud en esta puñetera pared!” “¡Gracias, buen hombre!”, le respondió el
periodista.
Entonces, se acercó al segundo de los tres obreros, que os recuerdo que
estaba trabajando exactamente en las mismas condiciones que el primero, y le
preguntó: “¿Qué hace usted aquí?”. “Ganarme la vida, ¿sabe?. Vengo, pico unas
horas, pongo la mano y me cae un dinerillo. Tengo dos hijos y una mujer, no
puedo quedarme de brazos cruzados…” “¡Está bien!”, concluyó el periodista.
Finalmente, nuestro periodista formuló la misma pregunta al tercero de los
obreros: “Y usted, ¿qué hace usted?”, le preguntó en esta ocasión. “Ahora mismo
se lo explico, ¡pero permítame confesarle que soy un privilegiado! ¡Tengo la
suerte de estar levantando lo que será la catedral más grande jamás construida
en toda la historia de la humanidad!”
¿A cuál de los tres obreros contrataríais para vuestra empresa? ¡Yo
también!
Los perdedores se quejan y los ganadores aprenden. Al primero de los tres
obreros se le escapa toda la fuerza por la boca. Con su fórmula
auto-destructiva de pensar empequeñece su autoestima. Con ese enojo, le costará
mucho dar lo mejor de sí mismo.
El segundo obrero tampoco rendirá en la medida de sus posibilidades, ni lo
pretende. Tan sólo plantea ganarse la vida, ¡que no es poca cosa! Se la podría
ganar de muchas maneras, simplemente las circunstancias han hecho que se gane
la vida picando piedra…
El único que funciona con pilas alcalinas es el tercero de los obreros.
¿Por qué? ¡Porque es el único que trasciende! El único que va más allá de lo
inmediato. Más allá de su propio ego (no lo hace por él, lo hace por la
humanidad), más allá del aquí y ahora (su obra perdurará en el transcurso del
tiempo, puede que sea inmortal), más allá de la actividad propia que realiza
(él no levanta muros, él construye catedrales).
Cuando se va más allá de la propia persona, del espacio, del tiempo y de la
actividad misma que se está desarrollando, convendremos que se trasciende.
En mi opinión, el mejor árbitro de fútbol del mundo, o al menos el que más
me ha impresionado, es el argentino Javier Castrilli. Cuando le preguntan que
por qué arbitra, él contesta, sin dudar: “¡para demostrar a mi país que la
justicia es posible!”.
Con esta respuesta va más allá de su propio interés (no lo hace por él, lo
hace por su país), trasciende la dimensión temporal (el efecto de su conducta
no se limita a los 90’ del partido) y supera los objetivos inmediatos de la
actividad a la que se dedica (no aplica el reglamento, predica con el ejemplo).
Whisy Annand, uno de los mejores jugadores de ajedrez del mundo, indio y
residente en Madrid, admite que su objetivo es jugar cada día mejor al ajedrez.
Todo para llegar a descubrir la esencia de ese juego, ¡todo para encontrar de
qué carajo va el condenado juego! Y cuando le preguntan si le gustaría ser
campeón del mundo de ajedrez, con cierta indiferencia responde que ser campeón
del mundo puede que le ayudara a descubrir la esencia. De nada le sirve
conseguir aquello que los mejores deportistas persiguen, ser campeón del mundo,
si no le acerca a su verdadero objetivo: ¡la esencia!.
Pilar Jericó, en su libro NoMiedo, se refiere al trascender. Recomienda
trascender para perder el miedo. ¿Vosotros creéis que Whisy tiene miedo de
perder una partida en un mundial de ajedrez? ¡Yo creo que no! ¿Y sabéis por
qué? ¡Pues porque ganarla no es su objetivo! Sólo sientes miedo cuando ves
amenazado tu objetivo.
La autora de este libro aporta una prueba irrefutable de los efectos de
trascender. Los prisioneros del campo de concentración de Awsvitch que más
tiempo doraban vivos (no se me ocurre una manera más cruda de valorar la
eficacia de trascender) no eran aquellos que estaban más sanos médicamente, ni
tampoco aquellos que estaban más fuertes físicamente. ¡Eran los que
trascendían! Eran los que querían seguir vivos para poder volver a ver a sus
hijos, los que no querían dar un disgusto a sus parejas, los que no luchaban
por ellos mismos…
Llevo 18 años (*NdT, actualmente, más de 25) preparando psicológicamente a
deportistas para la alta competición. Entre quien se compromete para ser el mejor
atleta blanco de todos los tiempos y el que hace deporte para poder salir de
casa siempre he apostado por el primero. Puede que no consiga su objetivo, pero
llega a su límite. El segundo, ¡ni se ha acercado!
¿Todos podemos trascender?
Entre los miles y miles de niños que juegan al fútbol en mi país, yo he
sido el escogido (Samuel Eto’o)
Hacen falta unas condiciones. De momento, conozco tres.
1 – Una misión
En mi trabajo de psicólogo de un centro de alto rendimiento, a menudo
evalúo deportistas. Valoro si están psicológicamente sanos, si están motivados,
si aprenden rápido y si toleran la presión.
El más sano y motivado que me he encontrado ha sido precisamente quien me
ha planteado la aventura más loca: ¡dar la vuelta al mundo navegando en
solitario! Qué paradoja, ¿verdad? Se llama Albert y me ha dado permiso para
incluir aquí su testimonio.
Albert explica así esta paradoja: “¡Cuanto más loca es la aventura, más
centrado está el aventurero!” .
Este navegante se entrenaba para aprender a montar el motor de su barco a
oscuras, aprendía a dormir cinco minutos atado al mástil (la navegación no daba
para más) y se preparaba para que el miedo no le afectase en sus decisiones. En
cada una de estas actividades le iba la vida, ¡sólo en alta mar! La aventura es
tan alocada que estar centrado para tener posibilidades, ya no de completarla,
sino simplemente de salir vivo…
¿Y para qué sacrificaba tantas cosas cada vez que zarpaba? ¿Para qué se
exponía voluntariamente a tantos peligros? ¿Para qué lo hacía? ¿Por qué lo
sigue haciendo ahora? Porque tiene una misión, ¡dar la vuelta al mundo en
solitario!
Albert hace mucho tiempo que tiene esta
misión. Hace tanto tiempo que la tiene que no recuerda cuándo comenzó a
tenerla. Se plantea si incluso nació con ella. La pasión del mar y la necesidad
de separarse de los suyos para valorarlos en su justa medida le han hecho creer
que tiene una misión en la vida.
Tener una misión es la primera creencia necesaria para trascender. Una misión personal elegida libremente, no impuesta por nadie desde fuera, ni un encargo que toque cumplir.
Tener una misión es la primera creencia necesaria para trascender. Una misión personal elegida libremente, no impuesta por nadie desde fuera, ni un encargo que toque cumplir.
Pero para trascender no hay suficiente con creer que tengo una misión. Hace
falta, además, creer que dedicar la vida a conseguir dicha misión me hará feliz
(conseguirla, inmortal). Es por ello que Albert lleva toda la vida persiguiendo
esta misión. Hace un instante decíamos que nuestro navegante no recuerda en qué
momento de su vida se formuló el propósito de dar la vuelta al mundo. Ha
crecido, se ha casado, ha formado una familia y continúa haciendo lo imposible
para dar la vuelta a La Tierra.
La vida no le ha puesto nada fácil llegar a conseguir su misión, ¡más bien
al contrario!. Tanto, que últimamente Albert ha comenzado a mostrar los
primeros síntomas de desánimo. Puede que se me haya pasado el arroz, puede que
ya no lo necesite tanto como antes, puede que fuera más inteligente cambiar de
misión… Esto es lo que dice, pero, ¿sabéis lo que hace?. ¿Abandonar? ¡Qué va!
Ayuda a otros navegantes que tienen la misma misión que él tenía. Puede que él
no consiga su misión, pero ayudará a otros a conseguirla. Viene a ser otra
manera de seguir luchando por su misión. ¡Es dedicarle toda la vida!
Dedicar la vida a la misión es la segunda creencia necesaria para
trascender.
Ya sé que Albert no es la única persona que tiene la misión de dar la
vuelta al mundo navegando en solitario. También sé que no es la única persona
capaz de hacerlo (otros aventureros ya lo han conseguido). Sólo quiero deciros
que para trascender hace falta creer que tú eres de las pocas personas que
puede asumir aquella misión. En otras palabras, no vale todo el mundo para
afrontar esa exigencia.
Creerse una de las pocas personas capaz de asumir la misión es la tercera
creencia necesaria para trascender.
Albert cree las siguientes cosas:
Tengo una misión en la vida (Dar la vuelta al mundo navegando en solitario)
Dedicar mi vida a conseguir esta misión me hará feliz
Soy una de las pocas personas que pueden conseguir esta misión
Tengo una misión en la vida (Dar la vuelta al mundo navegando en solitario)
Dedicar mi vida a conseguir esta misión me hará feliz
Soy una de las pocas personas que pueden conseguir esta misión
Para comprometerse con una misión hacen falta estas tres creencias, estas
tres maneras de pensar.
2 – Una prioridad
Tengo un par de amigos que llevan diecisiete años conviviendo, Andreu y
Eli. Cuando celebraban, como la mayoría de las parejas, tenían una prioridad,
hacerse felices. La principal preocupación de uno era hacer feliz al otro, y
viceversa. Por más obligaciones que tuvieran, por más ajetreados que
estuvieran, cuando uno necesitaba al otro, éste lo dejaba todo y priorizaba a
su pareja.
¿Queréis estar eternamente enamorados de vuestra pareja? ¿Queréis que esta
pasión del principio nunca se acabe? Priorizad vuestra pareja por encima de
todo y de todos y la magia se instalará eternamente en vuestra relación. Si os
llama la pareja para hacer una locura, dejadlo todo para hacerla. Es el precio
que habéis de pagar para sentir la magia a flor de piel: ¡priorizar!.
Andreu y Eli compraron una casa, pidieron una hipoteca y se pusieron a
trabajar para pagar los gastos. No tenían demasiado tiempo, pero la prioridad
seguían siendo ellos mismos. Lo más importante no era pagar la hipoteca,
arreglar la casa o hacer caja. Lo más importante seguía siendo la pareja.
Con el tiempo tuvieron hijos, un niño o una niña que harían caer la baba a
cualquier padre y madre. Pero lo más importante no pasaron a ser sus hijos, que
los quieren con locura, lo más importante seguían siendo ellos mismos. Siempre
encuentran un momento para desconectar de las obligaciones y cenar juntos.
Encuentran un momento porque se lo reservan. Y se lo reservan porque hacerse
felices sigue siendo lo más importante para los dos.
Saben que si la pareja no funciona, nada funciona. Saben que lo que hace
tan apasionante al otro, además de cómo es el otro, es priorizarlo todo por
encima de todo y de todos. ¡Este es el truco! La intensidad de las emociones
que provoca una actividad es directamente proporcional al sentido que la
persona decide darle a la propia actividad.
Para mantener el compromiso con una misión hace falta emprenderla con
carácter prioritario. Por cierto, Andreu y Eli son una de las parejas que hacen
creer en la pareja. Seguro que priorizarse por encima de todo y de todos es
parte de su secreto. Puede que tengan una misión: ¡hacerse felices!
3 – Una habilidad
Una manera de obtener refuerzo durante la persecución de la misión es ser
lo suficientemente hábil en la actividad como para tener éxito y acercarse así
a la consecución de la misión.
Nadie cree que puede cambiar el mundo haciendo mal algo. nadie puede
creerse el escogido para aquella misión tan especial sin percibirse hábil en
dicha actividad. Si he de dedicar mucho tiempo a una misión, de vez en cuando
necesito alguna recompensa que me mantenga implicado en la actividad. Lo debo
hacer lo suficientemente bien para que la realidad me refuerce. Y esto no será
posible sin una cierta habilidad.
Atendamos al caso de Alex. Él es un ex-nadador de larga distancia (de
“aguas abiertas”, como dicen ellos). Lo conocí en mi trabajo. A menudo me
llamaba la atención su forma de afrontar la competición. Incluso rindiendo como
un verdadero deportista de élite, no le gustaba competir. Os diría más, ¡lo
odiaba! Decidimos hacer un esfuerzo para mejorar su habilidad para tolerar la
presión, pero nunca conseguimos que disfrutase bajo presión.
Pasó el tiempo y dejó la natación. Sus valores, por un lado, y su necesidad
de sentirse útil por otro, le colocaron en diferentes causas humanitarias. Pero
seguía añorando la natación…
Hasta que un buen día se nos ocurrió ligar sus dos pasiones, la natación y
las causas benéficas. De aquí surgió El Mirall d’Aigua (*NdT: El Espejo de
Agua), un equipo deportivo solidario. La idea es llevar a cabo retos para
recaudar dinero para quien más lo necesita. Los retos consisten en unir,
nadando por etapas, puntos de la geografía. Bajar ríos, rodear islas, realizar
travesías, cualquier carrera que requiera esfuerzo y valor. El mismo esfuerzo y
valor que miles de personas anónimas realizan diariamente alrededor del planeta
para sobrevivir. Nuestro equipo pretende ser un espejo donde se reflejen todos
aquellos esfuerzos anónimos. He aquí nuestro nombre.
Trascender nos hizo crear este equipo. Queremos cambiar la imagen social
del deporte de alto rendimiento. El deporte de élite también se puede utilizar
para conseguir cosas para otros. Cosas materiales (recursos, dinero, etc.) para
que los esfuerzos no sean inútiles. Y cosas morales (el reconocimiento, el
apoyo, etc) para que las personas que realizan estos esfuerzos se sientan más
valoradas.
Y para conseguir todo esto, ¡no se le ocurre otra cosa a Alex que nadar!
Hubiese podido cocinar, escribir, correr, qué se yo… Pero, qué casualidad, ¡se
le ocurrió nadar! Una de las cosas que mejor sabe hacer (y ha demostrado,
mientras estaba en activo, consiguiendo rendimientos objetivamente meritorios),
una de las cosas que más le hace disfrutar (sobre todo si no debe competir
contra nadie), una actividad que se llama nadar.
En resumen, para trascender se debe tener una misión, tomársela con
carácter prioritario y ser hábil para desarrollarla.
Albert siempre ha querido dar la vuelta al mundo en solitario, ha dedicado
la vida y nunca ha dejado de querer ser el mejor navegante. Andreu y Eli tienen
una misión compartida, nunca la han perdido de vista más que hayan cambiado las
cosas y aún hoy siguen regando el jardincito cada día. Alex quiere nadar para
ayudar a quien más lo necesita, nunca le había visto tan apasionado.
Los tres casos son bien diferentes. Pero los tres tienen una misión, una
prioridad y una habilidad. Precisamente, ¡esto les hace tan especiales!
¿De qué sirve trascender?
El verdadero viaje de descubrimiento no consiste en visitar nuevos
paisajes, sino en mirarlos con unos nuevos ojos (Marcel Proust).
Sirve para funcionar con pilas alcalinas
Ya lo dijo Maslow en el año 1964, en su formulación de la pirámide de las necesidades de las personas: motivar es cubrir necesidades. ¡Lo que no dijo es que la mejor de las motivaciones es la necesidad en sí misma!
Ya lo dijo Maslow en el año 1964, en su formulación de la pirámide de las necesidades de las personas: motivar es cubrir necesidades. ¡Lo que no dijo es que la mejor de las motivaciones es la necesidad en sí misma!
Relacionamos las necesidades psicológicas de las personas y algunas de las
creencias que sirven para satisfacer estas necesidades básicas:
Creencias para trascender:
Tengo una misión
Para ser feliz he de dedicar mi vida a la misión
Soy el elegido para la misión
Tengo una misión
Para ser feliz he de dedicar mi vida a la misión
Soy el elegido para la misión
Necesidades implicadas:
Dar sentido a la vida
Perdurar en el tiempo
Nutrir la autoestima
Dar sentido a la vida
Perdurar en el tiempo
Nutrir la autoestima
Note que las tres necesidades se cubren de una sola manera, persiguiendo
una misión personal.
La psicología nos enseña que cuando una necesidad se cubre de una sola
manera se desarrolla dependencia hacia aquella única manera de cubrir la
necesidad. Si sólo tenemos un amigo íntimo, cuando se va de vacaciones sufres.
Si no quieres sufrir cuando marche, debes tener más de uno.
Lo mismo pasa cuando se trasciende. De una sola manera (persiguiendo la
misión) se pretende cubrir todas las necesidades. Y justamente eso es el que
genera dependencia. ¡Cómo queréis que el trascender no aumente la motivación,
si engancha y todo!
Las personas que han cambiado el mundo funcionaban con pilas alcalinas.
¡Los grandes trascienden! Presentadme a alguien que haya llegado a la
excelencia sin trascender, con los pies siempre en el suelo, ¡y quemaré este
ensayo!
Sirve para perder el miedo
Lo comentábamos en la presentación del concepto de trascender, cuando nos
referíamos al caso del jugador que tenía la misión de encontrar la esencia del
ajedrez, ser campeón del mundo le podía ayudar a encontrarla.
Yo os preguntaba si tendría miedo de perder una partida y os respondía que
no. Sólo se tiene miedo cuando de verdad se ve amenazado el objetivo. El
objetivo no es quedar primero, no es ganar, es encontrar la esencia.
¿Recordáis la historia de Alex? No toleraba la presión cuando competía
contra otros, cuando el objetivo era ganar. Ahora sí que la tolera cuando lucha
contra sí mismo, cuando el objetivo es reflejar el esfuerzo de tantas personas
anónimas.
Tener más que perder que ganar genera amenaza, miedo a no conseguir el
objetivo. Tener más a ganar que a perder genera reto, motivación para dar lo
mejor de mí mismo. Trascender, por el hecho de superar el ego (yo no me juego
nada) y por el hecho de dar un sentido especial a la actividad (el tercer
obrero no picaba piedra, levantaba catedrales), por estas dos razones
trascender convierte la amenaza en reto. No es de extrañar entonces que quien
trasciende no se sienta presionado y experimente una gran satisfacción
persiguiendo su misión.
Sirve para ser feliz
Son varias las razones por las que trascender aporta felicidad. Por hacer
una exposición ordenada, las agruparemos por conceptos:
Las relacionadas con la misión:
Trascender le da un sentido a la vida, alimenta la ilusión de inmortalidad (tu misión perdurará en el transcurso del tiempo) y mima la autoestima (pocas personas podemos aspirar a esa misión).
Trascender le da un sentido a la vida, alimenta la ilusión de inmortalidad (tu misión perdurará en el transcurso del tiempo) y mima la autoestima (pocas personas podemos aspirar a esa misión).
Las relacionadas con la prioridad:
Anteponer una actividad, un proyecto o una persona al resto de las actividades, proyectos y personas implica apasionarse. La persona que prioriza se liga en cuerpo y alma a la causa.
Anteponer una actividad, un proyecto o una persona al resto de las actividades, proyectos y personas implica apasionarse. La persona que prioriza se liga en cuerpo y alma a la causa.
Las relacionadas con la actividad:
Recibir refuerzo, percibir que se está consiguiendo la misión y sentirse hábil en la actividad que se ha elegido contribuyen a nutrir el auto concepto de quien trasciende.
Recibir refuerzo, percibir que se está consiguiendo la misión y sentirse hábil en la actividad que se ha elegido contribuyen a nutrir el auto concepto de quien trasciende.
Las relacionadas con perder el miedo:
Si alguna cosa se opone al estado de bienestar psicológico es sentir miedo. Trascender al ego, hacerlo por los otros, centrarse en las posibilidades y olvidarse de las limitaciones minimizan considerablemente la percepción de miedo.
Si alguna cosa se opone al estado de bienestar psicológico es sentir miedo. Trascender al ego, hacerlo por los otros, centrarse en las posibilidades y olvidarse de las limitaciones minimizan considerablemente la percepción de miedo.
Ejercicios para aprender a trascender
Haciendo y desasiendo se enseña a la gente (Proverbio popular Ibicenco)
Busca tres pies al gato
Conveníamos en el primer capítulo que para trascender era necesario ir más
allá de lo inmediato. En concreto, superar el ego, el aquí, el ahora y el
sentido de la actividad misma. Buscar tres pies al gato consiste en jugar a
trascender alguna de estas cuatro dimensiones en situaciones cotidianas.
Imaginemos una pareja que está cenando en un restaurante lujoso. ¿Qué están
haciendo? Cenando, ¿no? ¡Parece evidente! Vamos a trascender… No están cenando,
están arreglando el mundo, están cultivando la relación o están poniendo las
bases de una nueva empresa familiar. Estamos trascendiendo en el sentido de la
actividad que están realizando.
Ahora vamos a trascender el ego de los comensales… ¿Para qué está cenando
la chica? Sin pensar responderíamos, ¡para alimentarse! Pues no, ¡está
alimentando al chico! No a su estómago, sino a su autoestima, ¡le está haciendo
sentir bien!
Juguemos a continuación a trascender las dimensiones espacio-temporales de
la cena… ¡Esta cena no se acaba aquí! Sólo es el primer acto de una noche de
pasión. La cena continuará a la habitación.
El juego puede ser más divertido si se comparte. ¡Este ejemplo es un buen
ejemplo!
Formular una misión
Para responder a la pregunta de cuál sería mi misión tengo tres caminos.
Hacer una lista de 10 misiones que me gustaría tener, otra lista de 10 misiones
que yo, por las facilidades que me otorga mi entorno y mi estilo de vida,
podría tener fácilmente (independientemente de si me gustaran) y una última
lista de 10 misiones más para las que creo que tengo talento o habilidad.
Si alguna misión se encuentra en las 3 listas, ¡estáis delante de vuestra
misión!
El juego puede continuar comentando las listas con personas que nos
conozcan profundamente. El intercambio de puntos de vista puede enriquecer el
ejercicio.
Hoy te ha tocado a ti
Cada día os podéis fijar un objetivo. El objetivo siempre será el mismo,
priorizar esto por encima de aquello. Priorizar esta persona por encima de
aquella otra, este proyecto por encima de aquel o esta actividad antes que esta
otra.
Paralelamente se habrá de rellenar un sencillo diario donde se irán
anotando todas las sensaciones que la persona va experimentando con motivo de
priorizar. El recurso del diario tan solo pretende facilitar la toma de
consciencia del apasionamiento derivado de priorizar.
¿Habéis visto la película “Noviembre Dulce”, protagonizada por Charlize
Theron y Keanu Reeves? Relata la vida de una chica, afectare por una enfermedad
terminal, que para exprimir al máximo los últimos días de su vida decide
compartir cada mes con un hombre diferente. Lo prioriza por encima de todo, lo
mima con exageración y vive para hacerlo feliz. ¡Este mes te ha tocado a ti!
Prepárate
Si quiero descubrir la esencia del ajedrez, habré de estudiar jugadas. Si
quiero predicar con el ejemplo mientras arbitro, me habré de aprender el
reglamento. Si quiero erigir catedrales habré de aprender a hacer el mortero.
Prepararse servirá para mejorar el rendimiento. Mejorar el rendimiento
reforzará la alta dedicación a la misión y permitirá persistir en el esfuerzo.
Coleccionar ejemplos de trascender
Coleccionar recortes de periódico donde aparecen personajes (deportistas,
políticos, cantantes, artistas, empresarios, etc.) haciendo declaraciones que
constituyen ejemplos de trascender. Coleccionar fragmentos de filmaciones, de
escritos y de cualquier material que pueda ilustrar la técnica de trascender.
Y tú, ¿qué coleccionas? ¡Ejemplos de trascender!
Ejemplos:
Un famoso modista, recientemente desaparecido, pequeño, bajito y con cara arrugada repetía a menudo: “El mejor vestido para una mujer son los brazos de su amante… Para aquellas parejas que no tienen, ¡estoy yo!”.
Madona dice a sus bailarines justo antes de salir al escenario: “¡Quiero que bailéis para que la gente se olvide de sus problemas, para que recuerden este concierto como una de las mejores noches de su vida, quiero que salgáis a bailar para que todos aquellos que hay allí abajo (refiriéndose al público) se sientan mejores personas cuando acabe la actuación!”.
Un famoso modista, recientemente desaparecido, pequeño, bajito y con cara arrugada repetía a menudo: “El mejor vestido para una mujer son los brazos de su amante… Para aquellas parejas que no tienen, ¡estoy yo!”.
Madona dice a sus bailarines justo antes de salir al escenario: “¡Quiero que bailéis para que la gente se olvide de sus problemas, para que recuerden este concierto como una de las mejores noches de su vida, quiero que salgáis a bailar para que todos aquellos que hay allí abajo (refiriéndose al público) se sientan mejores personas cuando acabe la actuación!”.
Trascender también tiene inconvenientes
Ser libre quiere decir escoger qué o quién limitará tu libertad (Proverbio
popular)
Los derivados de la dependencia
Persiguiendo la misión, lo comentábamos en el capítulo referido a las
utilidades de trascender, se cubren tres necesidades vitales a la vez; a saber:
a) dar sentido a la vida, b) perdurar en el tiempo y c) alimentar la
autoestima. Las tres necesidades están cubiertas con un solo recurso: la
misión.
Justamente esto es lo que genera dependencia psicológica en relación a la
misión. Esta dependencia resta libertad a quien trasciende. Si la persona cree
que cada vez se está acercando más a la consecución de la misión difícilmente
cambiará de misión y más difícilmente aún abandonará la misión. En otras
palabras, la dependencia hace esclavo de la misión a quien quiere trascender.
Puede ser que una persona pueda aportar más si persiguiese otra misión,
puede que incluso fuera más feliz renunciando a trascender. Pero la dependencia
obligará a persistir en la persecución de la actual misión, aunque esta no sea
la decisión más acertada.
Puede que Javier Castrilli fuera más útil para su pueblo si se dedicara a
enseñar a jugar al fútbol a niños de las barriadas marginales de su país. Con
el pretexto del fútbol podría editar a los niños y ofrecerles la posibilidad de
tener una vida más digna. Pero no lo hará, probablemente dedicará hasta el
último de sus esfuerzos por demostrar a Argentina que la justicia no es una
utopía. Puede que una escuela de fútbol aportara más a su país que predicando
con el ejemplo. Puede incluso que él fuera más feliz aún, no lo sabremos nunca.
Puede que Albert se haya perdido muchas cosas por poder navegar y conseguir
su misión. Momentos de educación de sus hijos que ya no se repetirán y que él
se ha perdido por estar en alta mar. Cosas que habría podido compartir con su
mujer, de haber sido un marido normal y corriente, y que por ser un navegante se
haya habido de imaginar. Puede que cuando era joven, cuando ninguno dependía de
él, soñar con una vuelta al mundo era la mejor manera de ser feliz, puede ser.
Pero cuando se casó, cuando tuvo hijos, cuando le llovieron suculentas ofertas
profesionales, puede que fuera el momento de renunciar a la misión. Puede que
no mereciera la pena. Pero ya era tarde, Albert estaba bajo la influencia de la
magia del trascender. En realidad, la dependencia de la misión no le dejaba
decidir. Puede que no fuera Albert quien decidiera renunciar a todos aquellos
momentos familiares, ¡puede que fuera su misión quien decidiera por él! De esto
me quejo…
Los derivados de la presión social
A veces la magia de trascender no solamente seduce a quien tiene la misión.
Algunas veces el encanto se contagia. A menudo las personas que forman parte
del entorno más inmediato de la persona que trasciende se implican en la misión
hasta el punto de hacerla suya (o como mínimo, sentirá suya…).
Es difícil que Whisy encarga su misión de descubrir la esencia del ajedrez
a otras personas. Recordad que para trascender era necesario tener una
facilidad. Yo nunca me implicaría en esa misión, ¡entre otras coas porque no sé
cómo se mueven las piezas!.
Es difícil que Andreu y Eli contagien su misión a una tercera persona.
Entre otras cosas porque su misión solo incluye a dos personas, para hacerse
felices: ¡el uno al otro y el otro al uno!
En cambio, es fácil que Alex, con su proyecto del Mirall d’Aigua, arrastre
a otras personas que creen en él, en un proyecto y en la causa. Yo mismo soy un
ejemplo. Alex me ha hecho sentir mía su misión.
Para implicarse en la misión de Alex no hace falta formar parte de su
equipo solidario deportivo. Hacer donaciones, colaborar en la organización de
alguno de sus retos o ceder las instalaciones para que Alex entrene son otras
formas de implicarse en el proyecto.
¿Qué pasa si Alex no consigue completar uno de sus retos? ¿Qué pasa si a
falta de 10km para llegar a Ibiza una lesión le obliga a dar por terminado el
reto? Nadie pedirá a Alex que le devuelva el dinero que había decidido donar
voluntariamente para ayudar a aquellos niños construir una escuela, ya lo sé…
Ya sé que nadie dirá que Alex no se ha esforzado lo suficiente, también lo sé…
¡No es esta la cuestión! La pregunta es, ¿se sentirá presionado cuando se ponga
a nadar? Presionado no por la dureza de la travesía, presionado por lo que se
espera de él…
Si la persona que persigue la misión no tiene claras las motivaciones que
le llevan a trascender puede acusar la presión social que se adhiere a su
causa. Alex ha de tener claro, y os garantizo que lo tiene, que no nada para no
decepcionar a todas las personas que le dan su apoyo. Sus motivaciones son
otras, ¡por suerte!.
Trascender en equipo
Si tú vales 3, él vale 4 y yo valgo 2, ¡juntos podemos sumar 14! (Andrés
Barrientos)
Hay misiones que para ser conseguidas requieren un trabajo en equipo. En
este caso, si se quiere trascender, aparece una nueva dificultad que hasta
ahora no habíamos considerado. Para trascender en equipo es necesario
consensuar la misión.
Si el equipo lo formasen 20 personas, todas habrían de tener la misma
misión, las 20 habrán de priorizarla y las 20 habrán de ser hábiles realizando
aquella actividad. En el mundo del deporte se cree que un equipo no es más
fuerte que el más débil de sus miembros.
Sólo conozco dos formas efectiva de consensuar la misión de un equipo:
aprovechar la credibilidad del líder o buscar aquella necesidad compartida por
todos los miembros del grupo.
Los resultados son la primera fuente de credibilidad. El entrenador que
tiene éxito también tiene jugadores que creen en él. A falta de resultados, la
segunda fuente de credibilidad asume la filosofía con la que se dirige el
equipo. La visión, los valores que esta visión promueve, el sistema de juego
que se deriva y los diferentes roles que los jugadores han de desarrollar para
acabar jugando de aquella manera. Si los miembros del equipo se identifican con
la que el líder conduce el grupo aparecerá de nuevo la credibilidad. Pero si el
líder no obtiene resultados y no dispone de una filosofía contagiosa habrá de
basar su credibilidad en la coherencia. Coherencia entre lo que dice querer y
lo que hace para conseguirlo.
Si el líder consigue resultados y lo hace mediante una filosofía contagios
y coherente conseguirá que sus seguidores confíen ciegamente en su trabajo.
Estamos delante del líder ideal, aquel que reúne en la misma persona
resultados, filosofía y coherencia.
Por cierto, cuando el grupo tiene la suerte de disponer de uno de estos
líderes recomendaría que fuese él mismo quien propusiese la misión al grupo. De
esta manera aprovecharíamos su ascendencia sobre el colectivo y nos
ahorraríamos ponernos de acuerdo. Es una opinión personal, compartida por
muchos profesionales que trabajan en el deporte de élite, que en la alta
competición (y me atrevería a decir que en cualquier actividad que persiga
altos rendimientos) el estilo de dirección democrático no es muy efectivo.
Habitualmente se consiguen mejores resultados apostando fuerte por la filosofía
fuerte de un líder y llevándola hasta las últimas consecuencias.
Cuando el líder no tiene la credibilidad suficiente como para imponer su
visión de las cosas, nos vemos obligados a emplear el segundo procedimiento
para consensuar la misión. Este procedimiento consiste en buscar aquella
necesidad que todos los miembros del grupo compartan. Aquella causa para la que
todos estarían dispuestos a luchar, priorizando esta lucha por encima de otras
actividades.
Vamos a poner ejemplos reales de los dos procedimientos para conseguir la
misión en un equipo.
Permitidme que os hable de uno de los entrenadores de quien más he
aprendido. Se trata de Phil Jackson, el entrenador de los Chicago Bulls de
Michael Jordan. Cuando llegó a este equipo una larga trayectoria de éxitos le
alababan. Su carisma personal ponía el resto. Fuertemente influido por la
filosofía zen y claramente identificado con su manera de entender la vida de
los indios dakotas había llegado a una síntesis personal de lo más sorprendente
y original.
Aprovechando esta credibilidad impuso su manera diferente de entender el
baloncesto a un equipo plagado de estrellas, de talentos y de egoísmo.
Precisamente este exceso de ego fue la pista que utilizó este entrenador para
intuir la filosofía que más necesitaba el equipo. Una filosofía basada en el
altruismo, en la entrega desinteresada y en la generosidad.
Consiguió que su equipo acabase jugando de la misma manera que vivían esos
indios. Consiguió que cada uno de los miembros del equipo hiciese suya esta
filosofía, interiorizase su sistema de juego y dejase el egoísmo. Consiguió la
etapa más brillante de la historia de ese club.
Permitidme que os transcriba a continuación unas cuantas citas, extraídas
de uno de sus libros, titulado Canastas Sagradas:
La manera más efectiva para forjar un equipo ganador es apelando a la
necesidad de los jugadores de conectar con algo más grande que ellos mismos.
Crear un equipo exitoso es esencialmente un acto espiritual. Esto requiere que
los individuos vinculados renuncien a sus intereses personales por un bien
mayor y así el conjunto sume más que la suma de sus partes. (p.17)
Es bueno tener un fin al que dirigirse; pero es el viaje lo que importa,
finalmente. (p.71)
La belleza del sistema es lo que permite a los jugadores experimentar una
nueva y más poderosa forma de gratificación que la del ego. (p.102)
Una vez que los jugadores han llegado a dominar el sistema, emerge una
poderosa inteligencia de grupo que es más grande que las ideas del entrenador y
de cualquier individuo del equipo. Cuando un equipo alcanza ese estado, el
entrenador se puede retirar y dejar que el deporte “por sí mismo” motive a los
jugadores. (p.103)
Mi primera actuación fue formular una visión para el equipo. La visión es
una fuente de liderazgo. Empecé a crear una imagen en mi mente de lo que el
equipo podría llegar a ser. Tenía que tener en cuenta no sólo aquello que
quería conseguir, sino cómo iba a llegar hasta allí. (P.108-109)
Para que la visión se haga realidad tiene que ser hecha suya por cada uno
de los miembros del grupo. (p.110)
La “cólera justa” es el mejor modo de agitar un equipo. Digo lo que tengo
que decir y entonces dejo que pase, para que los malos sentimientos no
persistan en el ambiente y envenenen al equipo. (p.152)
Así es como se descubre que el baloncesto es un deporte, un viaje, una
danza, no una lucha hasta la muerte. Es la vida tal cual. (p.211)
Creo que ha quedado ampliamente ilustrado lo sugerente que puede llegar a
ser una filosofía de juego basada en unos principios y traducida en un sistema
de juego efectivo.
Ahora toca ejemplificar el segundo de los procedimientos para conseguir una
misión en equipo. ¡Sacar el mínimo común múltiple del grupo!
Este es el caso de un equipo deportivo femenino. Su entrenador me pidió que
presentase al grupo el concepto de trascender y le ayudase a consensuar un
misión. Si no lo conseguíamos, el cambio de punto de vista que implicaba
entender el concepto de trascender ya era un aporte suficiente como para
justificar la sesión.
Eso hice. Primero puse ejemplos generales de trascender y después fui
llevado el tema hacia el ámbito deportivo. Llegados a este punto les hice ver
la dificultad añadida de trascender en equipo. Debíamos encontrar una necesidad
que implicase a todas y a partir de ahí formular una misión.
Nos pusimos a enumerar las necesidades que teníamos. Primero
individualmente, después como equipo y finalmente socialmente, en calidad de
representantes del colectivo femenino. ¡Fue en este momento cuando comenzamos a
concretar!
A todas les molestaba mucho aquella actitud machista, ciertamente aún
presente en una buena parte del deporte, consistente en menospreciar al deporte
femenino y alabar el masculino. De hecho, yo, que en calidad de psicólogo
deportivo frecuento diferentes campos, pistas y piscinas, estoy harto de
escuchar frases como las siguientes: “¿Quién juegan? ¿Las tías? Vamos al bar
hasta que jueguen los tíos…”.
Si eran capaces de hacer un juego que enamorase y, además, de ganar con
este juego podrían poner la primera piedra para erradicar el machismo en su
deporte. No valía ganar de cualquier manera, habían de hacerlo de manera
meritoria, ¡hacer historia!. Pero se daba la circunstancia, por el hecho de
tratarse de una selección, que el equipo lo constituía lo mejor de cada casa.
Dicho en otras palabras, ¡si algún equipo podía asumir es misión habían de ser
ellas! Esto aún las comprometía más en la misión.
Fueron suficientes dos o tres apasionadas intervenciones más, por parte de
miembros destacadas del grupo, para acabar de consensuar la misión del equipo.
¡Erradicar el machismo en su deporte! Bien, poner la primera piedra para que
otros, algún día no muy lejano, consiguieran borrar esa actitud machista de su
deporte. Para ello se había de enamorar con el juego. Para eso se había de
ganar a menudo. ¡Para eso el equipo había de disfrutar jugando! Pero todo esto
eran medios, el verdadero objetivo del equipo sería la misión.
Si no jugamos bien la gente no nos verá. Si no ganamos cosas importantes la
gente no nos valorará. Puede parecer que con este nuevo planteamiento
estuviéramos presionando a las jugadoras. ¡No más de lo que antes les
presionaba la competición! Presiona menos jugar para cambiar la imagen social
de un deporte que jugar para salvar el pellejo, la beca o el estilo de vida.
Es más, esta misión da un sentido diferente a su actividad deportiva, más
equilibrado como decían Les Luthiers en la cita del primer capítulo. Entrenamos
y competimos para una finalidad que va más allá de la propia actividad. Le
damos un sentido más profundo a todo aquello que hacemos.
Autor:
Pep Marí Cortés
Pep Marí Cortés
Pep Marí Cortés (Girona, 1964) es un privilegiado. Vive de su pasión, la
psicología, y ejerce de jefe del departamento de Psicología del Deporte del
Centro de Alto Rendimiento Deportivo de Sant Cugat (Barcelona). Es licenciado
en Psicología y máster en Psicología del Deporte por la Universidad Autónoma de
Barcelona. Presume de trabajar solamente con deportistas y se dedica a divulgar
la aportación de la psicología al rendimiento de las personas. Imparte charlas,
protagoniza una sección semanal en un programa de radio y publica artículos en
la prensa depor-tiva.
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