Nacido en el barrio porteño de Floresta y de ascendencia griega, Bernardo Stamateas tiene habilidad para el ajedrez, el clarinete y el saxofón. Pero al igual que Sócrates, Platón y Aristóteles, ama la palabra. Luego de cursar la secundaria en los colegios Larroque y Mariano Moreno estudió dos licenciaturas al mismo tiempo, Psicología y Teología. Ya con los títulos bajo el brazo, sintió interés por la sexología clínica y acudió a las cátedras del psiquiatra y sexólogo Juan Carlos Kustnezoff.
Claro que, luego de una extensa pasantía en el hospital de Clínicas, el tercero de cuatro hermanos Stamateas sintió que su vocación era otra: “Ayudar a que la gente tenga mejor calidad de vida y a que alcance la paz espiritual. El medio fue la religión evangélica”. Entonces, puso los ladrillos de una nueva iglesia, con algunos preceptos de la iglesia griega, que conoce al dedillo desde niño, cuando su padre —un ex ortodoxo de Tesalónica y actual propietario de un maxiquiosco— lo llevaba de las orejas.
Así, tres lustros atrás, Stamateas se dio el lujo de fundar Ministerio Presencia de Dios, un templo en Caballito. Mediante un discurso llano y sostenido por espacios publicitarios en el canal América, invitaciones a diversos programas y las publicaciones de libros, el pastor evangélico de sólo 42 años —casado con Alejandra— fue captando adeptos, tanto desconocidos como figuras públicas.
Por cierto, estos contactos le sirvieron para relacionarse y trabajar ocho meses “ad honorem” en la Casa Rosada: “Contestando cartas que le enviaban al ex presidente Néstor Kirchner”, explica. Fue elegido para dar el discurso en la graduación de Gianina, la hija de Diego Maradona. Y fue el autor preferido de los ex integrantes de Gran Hermano VIP, amén de convertirse en el asesor psicológico de Atlas, el club de fútbol de Primera D.
Hoy, para sorpresa de editoriales y librerías, sus 38 libros son éxito de venta en todo el país, Centroamérica y los Estados Unidos. Editorial Planeta se fijó en él y firmó un contrato por cuatro nuevos títulos para el 2008. “La gran mayoría de mis publicaciones son charlas que le voy dando a la gente. Las leen y es como si estuvieran escuchando una conferencia. No tienen el formato propio de un libro, más bien es un libro hablado”.
Noticias: ¿Por qué no andás con la Biblia bajo del brazo, como los demás pastores?
Bernardo Stamateas: No lo hago porque la Biblia está en el corazón y no en la mano.
Noticias: Sin embargo, muchos lo remarcan extremadamente…
Stamateas: Los pastores tienen una experiencia espiritual, hablamos de los que son genuinos y quieren transmitirla. Pero, a veces, no saben cómo hacerlo con normalidad. Piensan que la Biblia es un libro que tiene poderes.
Noticias: ¿Los tiene?
Stamateas: Para nada. No tiene ningún poder.
Noticias: ¿Hay gente que cae en la trampa?
Stamateas: Una vez, una persona me contó que no podía dormirse. Entonces, abrió la Biblia y la puso debajo de la almohada. ‘¿Qué te pasó?’, le pregunté. ‘No dormí nada’, me respondió, reconociendo que se había levantado con un tremendo dolor de cabeza. La Biblia es el manual del fabricante. Y nuestro fabricante, Dios, nos dejó algo para entender y para entenderlo a él. La Biblia no es un amuleto.
Noticias: Pregonás la religión evangélica con moderación. ¿A qué se debe?
Stamateas: El objetivo no es que la gente sea evangelista ni religiosa, sino que tenga una experiencia espiritual.
Noticias: Que son dos cosas distintas…
Stamateas: Exacto. La primera está marcada por los ritos, por afiliarse a una institución. En tanto que la segunda está centrada por una experiencia, por ser feliz, por caminar con libertad y por no hacer un rito vacío. Entiendo que hay mucha gente a la que la fe le ha servido para salir de grandes crisis. La fe expande la mente, no la achica. La fe no excluye a la gente ni otras ideas. Por el contrario, las respeta. Puede dialogar, puede enriquecerse de gente que piensa distinto. No es excluyente.
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