Hijo de una familia de modestos propietarios rurales, el mayor de cuatro hermanos, estudió el bachillerato en la ciudad de Gerona, donde estuvo internado desde 1909 en el Colegio de los Maristas. El último curso (1912-13) se examinó por libre porque fue expulsado del internado. En 1913 se matriculó en Ciencias en la Universidad de Barcelona e inició estudios de Medicina, pero en mitad de curso cambió de idea y se matriculó en Derecho sin demasiado entusiasmo, con la idea de convertirse en notario.
Instalado en pensiones y apasionado por la lectura y la observación desde muy joven, el vacío que percibía en la vida universitaria no le privó de adaptarse a otro ambiente que canalizaría su desorientación intelectual de juventud: la Peña del Ateneo barcelonés, con la biblioteca y sobre todo la tertulia diaria que allí tenía lugar con personajes como Josep M. de Sagarra, Eugeni d'Ors o Francesc Pujols. De esta época juvenil proviene su admiración por Pío Baroja —una referencia constante para su generación— y la influencia de Alexandre Plana, amigo y maestro de juventud, al que atribuyó nada menos que su decisión de alejarse del amaneramiento noucentista y apostar definitivamente por "una literatura para todo el mundo" basada en «la inteligibilidad, la claridad y la sencillez», ideas que serían su divisa estilística a lo largo de su carrera literaria.