La dimensión literaria de Josep Pla tiene que valorarse a partir de dos cualidades que han sido esenciales en la modernización de la lengua catalana y en la divulgación de la tradición histórica y cultural de nuestro país. Su estilo combina los giros populares, la simplicidad expresiva y la creatividad en las metáforas y las comparaciones.El resultado ha contribuido a la normalización del catalán literario, superando los estilos modernista y novecentista y creando una escritura creativa y, al mismo tiempo, cercana al habla cotidiana, que ha facilitado la continuidad después del periodo de represión cultural franquista.
Por otro lado, la recuperación, muy personal, de la memoria colectiva ha permitido la divulgación de nuestro pasado inmediato, a partir de una perspectiva atractiva, humorística y, también, irónica. La aportación literaria de Josep Pla ha pasado Sin embargo, por un proceso de creación y de consolidación muy ligado a las circunstancias políticas y autobiográficas. En 1921, tras un reportaje sobre Madrid, expuso los puntos esenciales de un proyecto que no llevaría a cabo hasta la posguerra. La intención de reunir en unas vastas memorias toda su obra alcanzaría una dimensión estructural a partir de la publicación de Coses vistes , en 1925. Pero hasta 1928, tras un intento frustrado de novela, Relaciones , que se resolvería en un conjunto de narraciones, Pla no se dispuso a organizar la obra dispersa en unas memorias a partir de un yo narrativo que daría unidad a los diferentes géneros cultivados por él hasta entonces: viajes, retratos, narraciones, notas sobre gastronomía o costumbres.Sin embargo, la voluntad inicial quedó reducida a un simple programa de intenciones, cuando la actividad política lo obligó a aplazar nuevamente el proyecto. El fin de la Dictadura del general Primo de Rivera le desveló el sentido de la responsabilidad política, por medio de la prensa contribuyó a dinamizar su discurso. Desde la Liga ya partir de posiciones cada vez más radicales, Pla llegó a influir sobre la opinión pública en una crítica constante contra la República y las izquierdas que coincidía con el objetivo desestabilizador de la CEDA. La guerra civil le llevó a colaborar con el espionaje franquista.No será hasta la posguerra que Pla volverá al proyecto de construir unas vastas memorias de su época y de nuestro país que tomarán cuerpo a partir de la primera edición de las Obra completa . La construcción de un yo narrativo dará al testimonio dimensión universal, calidad y el hilo estructural que, como ya había imaginado en 1921, le permitirá reunir una obra demasiado dispersa. El cuaderno grises en este sentido el núcleo de este mosaico vastísimo y diverso, y una de las obras más universales de nuestra prosa narrativa.
La creación de un estilo periodístico y literario (1920-1925)
Los años de aprendizaje (1917-1920)
Josep Pla nació el 8 de marzo de 1897 en Palafrugell, es decir, el cambio de siglo y en una villa industrial, agrícola y marinera del Baix Empordà. Estas circunstancias explican, en parte, el contenido de una obra dispersa y rica en géneros, que el autor justifica por la necesidad de preservar la memoria colectiva de un país, el Empordanet y Cataluña, y unas costumbres, que a partir de la Guerra Civil estarán sometidos a un cambio radical. Por otra parte, la vacilación inicial y el rechazo posterior hacia la novela se enmarcan en la crisis del género que después de la Primera Guerra Mundial. Pla vivió todo el proceso en los años veinte, cuando
La Publicidad le envió a París como corresponsal. La recuperación del modelo del antihéroe de Dostoievski, por escritores como André Gide, fue seguida por Plan en los primeros intentos para construir un personaje que le permitiera exponer una concepción de la humanidad escéptica y crítica, evitando el compromiso personal. El personaje final será el resultado de la combinación de una elección a favor de la condición del escritor profesional, que él define como "el realquilado», del personaje del antihéroe y de la propia personalidad, que con los años se confundirán con el Plan escritor y hombre. Esta voz narrativa, que a menudo tiene el relieve de un auténtico protagonista, como en el caso de
El cuaderno gris , será el hilo conductor de toda la obra reunida en el
Obra completa y, también, de la mayoría de los artículos que aún hoy se conservan dispersos en diversas publicaciones. Este narrador será a menudo el protagonista de los primeros libros que anuncian las vastas memorias posteriores, libros en los que predomina la narración, como
Coses vistes (1920-1925) (ed. 1925),
Linterna mágica (ed.1926) y
Relaciones (ed . 1927), pero en los que figuran los bocetos de géneros esenciales en su obra como son la biografía, el ensayo antropológico y costumbrista, y la descripción del paisaje.
La corresponsalía en París, Italia, Alemania e Inglaterra (1920-1927)
La mayoría de estos libros habían sido encargos de prensa. La habilidad estilística de Josep Pla, el dinamismo de su prosa, la utilización de la anécdota, el constante diálogo con el lector para atraer su atención, el sentido del humor, son técnicas que aprendió en la práctica periodística . La carrera literaria de Plan debe entenderse en el contexto de la profesionalización periodística, y la consecuencia inmediata es la renovación que hace de la prosa, desterrando la rigidez novecentista, el ruralismo y las vaguedades modernistas. Plan colaboró en los diarios más prestigiosos de Cataluña y de España.Inició la carrera periodística y literaria en
La Publicidad , que poco después se convertiría
en La Publicitat , y se formó haciendo de corresponsal para este diario en París, Italia, Berlín y Londres. Vivió la renovación artística y literaria en un París que se estaba recuperando de la Primera Guerra Mundial, fue testigo privilegiado de la Marcha sobre Roma de Mussolini, sufrió en Berlín la devaluación del marco durante la República de Weimar y las restricciones a Londres, en 1926, en la primera huelga general de la historia.
La vocación política y periodística (1927-1939)
El vuelco político: de Acció Catalana en la Lliga Regionalista
De regreso a Cataluña Plan se adhirió al movimiento de recuperación del espíritu catalanista propuesto por derechas e izquierdas. La serie del
Viaje por Cataluña en
La Nau de Antoni Rovira i Virgili debe valorarse en el contexto de
la Cataluña adentro de Juan Estelrich, es decir, del catalanismo de comarcas, que enriquece el catalanismo barcelonés. Plan colabora también en el semanario La Opinión, al principio de tendencia liberal, que se radicalizó a la izquierda. Plan se separó en seguida, cuando el tono se convirtió doctrinal bajo la dirección de Joan Lluhí. La primavera de 1928 Plan llevó a cabo un giro político que provocó una polémica encendida y la acusación de oportunismo, que él justificó como la necesidad de adaptarse a una manera de hacer política más posibilista. Su entrada en la Liga Regionalista, con la colaboración en
La Veu de Catalunya y la publicación de la biografía sobre Francesc Cambó, significó la incorporación de una de las plumas más inteligentes y atractivas de las letras catalanas a la política nacionalista conservadora . Desde el punto de vista literario, la entrada a la política lo alejó temporalmente del proyecto de escribir unas vastas memorias cuando le estaba dando con la publicación de dos libros,
Vida de Manolo y
Cartas de lejos , y con el aparición de la serie de artículos
Viaje por Cataluña .
Al servicio de Francesc Cambó: la República y la Guerra Civil
La corresponsalía en Madrid y el seguimiento, día a día, de la actividad parlamentaria lo llevan a un compromiso creciente con la Liga y Francesc Cambó. Plan se convierte en el divulgador más eficiente de la nueva ideología iberista que toma el relevo al particularismo de Prat de la Riba, completamente inviable en la nueva política intervencionista del líder regionalista. Con el tiempo, la crítica de Plan sobre la política republicana se radicaliza hasta acercarse a las posiciones de la CEDA de Gil Robles, aliada política de la Liga sobre todo después de los hechos de octubre de 1934. La etapa de la República fue literariamente poco productiva, aunque publicó algunos libros de recopilación de artículos en
La Publicitat y
La Veu de Catalunya , como
Cartas meridionales (1929),
Madrid: Un dietario (1930),
Madrid ( El advenimiento de la República) (1933) y
Viaje a Cataluña (1934). El levantamiento del general Franco contra la República alteró completamente el escenario político. Josep Pla, como muchos hombres de la Liga, tuvo que exiliarse de la Cataluña republicana ante la amenaza de algunos pelotones anarquistas.A partir de aquí comienza una etapa, silenciada por él, de propaganda contra la República y de colaboración con los servicios de información financiados por Francesc Cambó y organizados por Josep Bertran i Musitu el sur de Francia (SIFNE), que proporcionaban al gobierno de Burgos la relación de los movimientos del transporte marítimo con la República.
Un programa literario para la posguerra: la recuperación de la memoria (1939-1981)
Las ediciones de las Obras Completas
De regreso a Cataluña, en enero de 1939, Plan dirigió
La Vanguardia Española durante varias semanas y volvió en el Ampurdán cuando Juan Ignacio Luca de Tena y Ramón Serrano Súñer nombraron su director Galinsoga. Después de una temporada de inactividad periodística, comenzó una colaboración en la revista
Destino que duró más de 35 años (hasta el 1975). Su artículo, bajo el epígrafe "Calendario sin fechas», se convirtió en el principal reclamo del semanario y contribuyó a despertar y mantener el interés sobre la realidad política y cultural de Cataluña y Europa. Tras la muerte de su padre, en 1944, Plan se instaló en la masía de Llofriu, donde, finalmente, pudo dar un sentido unitario a su escritura. El inicio de la publicación en catalán de su obra al
Editorial Selecta , en 1949, le permitió abarcar su diversidad y la extensión. A partir de 1956 comenzó la primera edición de la obra completa, que diez años después tendrá su versión, según él, definitiva en Ediciones Destino. Es también durante estos años que retoma la costumbre de los viajes: Estados Unidos, Europa, Oriente Medio, América del Sur, que le servirán para escribir grandes reportajes de la revista
Destino . El primer volumen de la edición definitiva de la obra completa,
El cuaderno gris , el consagrará como el más grande prosista de nuestra literatura contemporánea. La versión de 1918 le había servido para encontrar la voz narrativa. Los temas centrales del dietario son el paisaje y la obsesión por la escritura, que pasa por el reconocimiento de la propia personalidad. El libro termina con el bautizo profesional del narrador. La escritura del proceso de aprendizaje es el hilo conductor de la obra, la síntesis que le permite unificar el inmenso retablo de la vida cotidiana y de la geografía del Baix Empordà. Había comenzado con la ilusión y el afán de ser escritor y se cerraba con la consecución de esta ambición, a partir de la perspectiva de los más de cuarenta y cinco años de profesión periodística y literaria. El Plan maduro se había reconocido en el personaje joven, en el antihéroe literario producto de la Primera Guerra Mundial.
Si bien el escepticismo en el género humano lo alejaba de la literatura intimista, en cambio la sensibilidad por el paisaje y por los cambios sociales el consagraban como un memorialista de los personajes de nuestro país y como uno de los mejores paisajistas. Josep Pla murió la madrugada del 23 de abril de 1981 y fue enterrado en el cementerio de Llofriu.