martes, 31 de mayo de 2011

El Espejo del Lider de David Fischman

El Espejo del Líder David Fischman "El Espejo del Líder", es el segundo libro de David Fischman, en la cual profundiza los conceptos de liderazgo personal e interpersonal expuestos en "El camino del líder", su exitoso primer libro. El titulo del libro ya nos muestra una cualidad muy interesante pues un espejo nos muestra tal como somos y si nos vemos profundamente dentro de él podremos observar actitudes y cualidades que corregidos a tiempo nos servirán para mejorar nuestras relaciones con las personas. David Fischman aborda temas muy importantes para el líder como el control del ego, el equilibrio, el desapego, la responsabilidad, el trabajo en equipo y las destrezas gerenciales, es decir narra habilidades ,que deben de ser innatas, para manejarse en el mundo de las organizaciones. El control del ego es muy interesante ya que existen líderes que se guían por un ego fundamentado en una baja autoestima, que los lleva a vivir atemorizados. Cuando basamos nuestra valía personal en lo que la gente piensa de nosotros nos convertimos en seres dependientesya que a partir de ese punto nuestra felicidad deja de depender de nosotros mismos. Cuando se trabaja para lograr que la gente nos aprecie somos manipulados por nuestro ego pero nuestro verdadero ser se muestra cuando trabajamos para dar lo mejor de nosotros mismos a fin de contribuir con alguna actividad que tiene significado. Lo peor del ego es quenos impide aprovechar la oportunidad de aprender, hace creer a la persona que es buena haciendo alguna función pero en verdad no lo es, por eso esmuy difícil escuchar a quienes nos quieran enseñar. Otro tema es el equilibrio ya que los líderes por la responsabilidad que enfrentan en su gestión tratan de llevar al máximo sus capacidades llevándolos a consecuencias graves de salud, como cansancio extremo, sensación de permanente infelicidad, estrés dificultad para dormir, etc. Consideramos estos síntomas como parte de la vida moderna y no las identificamos como indicadores de que en un momento determinado
podría afectar en la toma de alguna decisión importante en nuestro desempeño. Recordemos que para ser exitosos en los negocios necesitamos estar equilibrados ya que mientras más lo estemos, mejores decisiones vamos a tomar. El desapego esuna cualidad que es muy común en los líderes de hoy en día. Apegarse a un problema es preocuparse, angustiarse o culparse excesivamente por él. El desapego implica tomar distancia de las cosas y entender que los problemas son parte de la metodología de aprendizaje de la vida. Lograr el desapego es vivir con la conciencia de que dentro de nosotros tenemos todo para ser felices, y que el exterior es solo un complemento de nuestra vida. “El Espejo del Líder” nos enseña a conocernos nos muestra varias formas de identificar las emociones negativas, a valorarnos y a valorar a quienes nos rodean, a dirigir a otros y a entregarles poder, a trabajar en equipo y servir a nuestros seguidores. En síntesis, este libro me parece muy interesante, ya que no sólo podemos aplicarlo en nuestra vida empresarial, sino que también nos hace reflexionar en muchas otras áreas de nuestra vida personal

lunes, 30 de mayo de 2011

El Ensayo de Onfray que Arremete contra la Figura de Freud

Un ensayo fulmina la figura de Freud
El francés Michel Onfray publica su demoledor ensayo contra el 'padre' del psicoanálisis | "Extendió al mundo entero sus neurosis para que fueran digeribles" | "Tumbó a su propia hija en el diván durante años, pese a las normas" | "Su método era para ricos, a los pobres la enfermedad les iba bien para huir de su vida" | "Es conservador, bajo una capa emancipadora nos somete a una nueva religión"

Bajo la pretensión de edificar una ciencia, Sigmund Freud (1856-1939) erigió, en realidad, una construcción artística, una filosofía que ha ejercido enorme influencia en Occidente pero que tiene más que ver con la literatura y el pensamiento mágico que con un análisis del mundo que pueda ser universalmente compartido. Esa es, a grandes rasgos, la tesis nuclear del ensayo Freud. El crepúsculo de un ídolo (Taurus), que se puso a la venta el pasado viernes y que dibuja a un Freud megalómano y mentiroso, adicto a la cocaína durante diez años, con una relación insana con sus padres –y ya no digamos con su hija Anna– y “obsesionado en extender al mundo entero sus propias neurosis con el fin de hacerlas más digeribles”.

El libro –que llega a España precedido del debate que generó el año pasado en Francia– es obra del filósofo Michel Onfray (Argentan, 1959), conocido, sobre todo, por su Tratado de ateología (Anagrama / Edicions de 1984) de hace seis años, un inesperado superventas en el que reivindicaba un nuevo modo de ser ateo, positivo, hedonista y defensor de la vida terrena frente a todo tipo de trascendencia. Las críticas al psicoanálisis –cuya eficacia terapéutica Onfray equipara al efecto placebo– no son algo nuevo, existen casi desde que esta disciplina vio la luz y las han formulado, por ejemplo, autores como Wittgenstein, Popper o Sartre, pero sin duda la habilidad del ensayista normando como divulgador y agitador otorgan al tema una renovada actualidad.

Onfray establece los diez puntos clave del freudismo y les contrapone diez réplicas, que desarrolla a lo largo de las casi 500 páginas del volumen. Frente a la importancia que esta doctrina da a los lapsus, los actos fallidos y los sueños, por ejemplo, el autor sostiene que “es posible, en efecto, atribuir un sentido a estos sucesos, pero de ninguna manera desde una perspectiva estrictamente libidinal y edípica”. El psicoanálisis “procede, básicamente, de la biografía de su inventor y funciona a las mil maravillas para comprenderlo a él... y solo a él”. Freud, en efecto, sintió deseo sexual hacia su madre, un fuerte rechazo hacia su padre y tuvo deseos incestuosos y una situación familiar confusa, “con renuncia a la sexualidad conyugal incluida”. Sus teorías serían, así, “la extrapolación a la humanidad entera de nociones que a él sí le encajaban como un guante”, como el complejo de Edipo.

Asimismo, el retrato que haceOnfray de la relación de Freud con su hija Anna resulta estremecedor. “Desde los 13 o 14 años, la hace asistir a las reuniones de la Sociedad Psicoanalítica de Viena. Sorprende que un padre exponga a su joven hija a debates sobre la sexualidad anal, el incesto o las más oscuras perversiones sexuales”. Hay más: “Pese a la deontología definida por el propio Freud, que exhorta al psicoanalista a no tender jamás en su diván a allegados o familiares, él sometió a su hija Anna a análisis desde 1918 a 1922 y luego de 1924 a 1929, a razón de cinco o seis sesiones semanales. Es decir, que su propia hija le tenía que contar sus fantasías sexuales, sus angustias, su vida íntima... Freud contribuyó a crear los fantasmas de su hija, como el deseo de ser pegada por el padre, y se mostró con ella como alguien celoso, posesivo y tiránico, alejándola de los hombres. Anna terminó por ser lesbiana, y Freud, ni corto ni perezoso, tumbó en su diván... ¡a la compañera de su hija!”.

Lo peor, en cualquier caso, es la falta de deontología de Freud, según el relato de Onfray, quien detalla manipulaciones flagrantes de sus casos clínicos –a los que “curaba solo sobre el papel”–, destrucción de correspondencia, falsificación o directamente invención de casos... “Se trataba de que nada desmintiera sus teorías”. Onfray lo hace responsable del sufrimiento de mucha gente, así como de “dos muertes directas” de pacientes, entre ellas “la de un amigo suyo que se inyectó cocaína siguiendo sus indicaciones, lo que luego él, cobardemente, negaría”. Algunos ejemplos parecen, contados por Onfray y con la distancia que da el tiempo, ciertamente risibles: a una mujer que tiene un eccema alrededor de la boca le diagnostica que su padre la obligó a una felación de niña; a un paciente que tiene pánico a afeitarse y no consigue beber cerveza, le dice que ello debe de ser a causa de que, en su infancia, vio a su niñera sentada con las nalgas desnudas en un tazón de afeitar lleno de cerveza “para hacerse lamer a continuación” (“¡situación muy probable, en efecto!”, se divierte Onfray, que ve intolerable que “un terapeuta envíe a casa a todos sus pacientes con el diagnóstico de que la heterogeneidad de sus males depende de una sola y la misma causa: un trauma infantil debido a un abuso sexual”). El mismo Freud abandonaría este radicalismo por un tiempo pero Onfray lo atribuye a que “los pacientes empezaron a desertarle”.

Todo ayuda al dibujo que persigue el autor de este Freud...: desde sus coqueteos con el ocultismo y la telepatía hasta su adicción a la cocaína (“necesito mucha”, le escribe a un amigo) pasando por la avidez por el dinero y la ascensión social, que lo condujo, según Onfray, “a idear un método que le permitiera hacerse rico, solo apto para los burgueses adinerados”, pues llegó “a rechazar a los pacientes pobres, argumentando incluso que para ellos la enfermedad era preferible a su triste vida cotidiana, una especie de vía de escape”. Onfray ha calculado que Freud cobraba el equivalente a 415 euros por sesión. Cada sesión duraba una hora, y llegó a tener hasta diez diarias, “con lo que al final del día se embolsaba no menos de 3.300 euros, y hay que decir que en las sesiones de la tarde se dormía con frecuencia, lo que llegó a justificar como algo que no afectaba a la terapia”.

Los capítulos finales se consagran a mostrar por qué, en opinión del autor, el psicoanálisis no es un movimiento liberal o progresista, sino conservador, pues lo que ha hecho es, “bajo una capa emancipadora, someternos a una nueva religión secular, cuyos mandamientos, como sucede en las sectas, no son nunca demostrados sino que basan su validez en la palabra del hechicero. La izquierda, al menos en Francia, se cree todavía la leyenda de Freud como liberador, judío progresista, amigo de las mujeres... pero en realidad tuvo simpatías por los cesarismos políticos del siglo XX, como testimonia una dedicatoria extremadamente afectuosa que le hizo a Mussolini en 1933... Fue misógino y falócrata”. Las opiniones homófobas de Freud –quien también vio la masturbación como una patología– son traídas a colación por Onfray para redondear su retrato.

El dato
El día que vino Marilyn

La hija del padre de todo, Anna Freud, trabajará –a pesar de que su título era el de maestra– como psicoanalista de niños. Pero su paciente más célebre será la actriz Marilyn Monroe. Onfray lo recuerda: “En 1956, un Rolls se detiene frente a la consulta de Anna Freud. La actriz está a punto de hundirse en otra depresión nerviosa y desaparece durante una semana de un rodaje en Londres para echarse en el diván de Anna. Marilyn le confiesa que ha leído La interpretación de los sueños y que le encanta desnudarse en público. Anna la sienta en el extremo de una larga mesa y le da unas canicas de vidrio para, en función de lo que haga con ellas, emitir un diagnóstico. Marilyn lanza las canicas una tras otra. La doctora emite su oráculo: eso es el deseo de un contacto sexual. En los archivos del centro está su ficha, que dice: ‘Impulsividad exagerada, necesidad constante de aprobación exterior, no tolera la soledad, tendencia a las depresiones...’”

Michel Onfray : Freud el Crepusculo de un Idolo

Según el filósofo francés Michel Onfray, autor del libro El crepúsculo de un ídolo, la fábula freudiana, el psicoanálisis es comparable con una religión y su capacidad de curar a la gente semejante a la de la homeopatía.

El libro apareció el año pasado en Francia, pero comenzó a generar controversia incluso antes de su publicación, con psicoanalistas que acusan a Onfray de errores y de ignorar hechos para defender su tesis.

"NECESIDADES FISIOLÓGICAS"
Conocido filósofo, autor previamente del Tratado de ateología, Onfray plantea en su nuevo libro de 600 páginas un abordaje nietzscheano de Freud, bajo la idea de que "una filosofía siempre es la autobiografía de su autor".

A su juicio, el austríaco transformó sus propios "instintos y necesidades fisiológicas" en una doctrina con pretensión universal, pero el psicoanálisis es "una disciplina verdadera y justa en lo que concierne a Freud y nadie más".

Onfray sostiene que Freud falló en curar a pacientes que él mismo atendió, pero ocultó o alteró sus historias clínicas para que pareciera que el tratamiento que les había dado fue exitoso.

Por ejemplo, señala que Sergei Konstantinovitch, apodado por Freud como "el hombre de los lobos", siguió psicoanalizándose más de medio siglo después de haber sido supuestamente curado por Freud.

O que Bertha Pappenheim, conocida como "Anna O." y presentada por Freud como un caso exitoso de tratamiento contra la histeria y las alucinaciones, siguió sufriendo recaídas luego del mismo.

Durante un debate con la psicoanalista francesa Julia Kristeva publicado esta semana en Le Nouvel Observateur, Onfray rechazó la noción de que el método de Freud "cura todo el tiempo".

"El psicoanálisis cura tanto como la homeopatía, el magnetismo, la radiestesia, el masaje del arco plantar o el exorcismo efectuado por un sacerdote, cuando no una oración ante la Gruta de Lourdes", sostuvo.

"Sabemos que el efecto placebo constituye el 30% de la cura de un medicamento", agregó. "¿Por qué el psicoanálisis escaparía a esta lógica?".

DINERO, SEXO Y FASCISMO
Además de cuestionar el método de Freud, Onfrey ataca su personalidad y lo presenta como alguien que fue capaz de cobrar el equivalente actual a US$600 en efectivo por sesión e incapaz de tratar a pobres.

Más aún, desde el punto de vista sexual lo tacha como una persona homofóbica y con un especial interés en temas como el abuso sexual, el complejo de Edipo y el incesto, y que se acostaba con su cuñada.

En términos ideológicos, Onfray sostiene que Freud coqueteó con el fascismo y que en 1933 escribió una dedicatoria elogiosa a Benito Mussolini: "Con el saludo respetuoso de un veterano que reconoce en la persona del dirigente un héroe de la cultura".

Y afirma que el creador del psicoanálisis buscó alinearse al canciller Engelbert Dollfuss, que instauró el "austrofascismo" en su país, y también a las exigencias del régimen nazi.

"ODIO"
El libro ha generado airadas protestas y acusaciones desde círculos intelectuales de Francia.

La historiadora y psicoanalista Elisabeth Roudinesco aseguró en un artículo publicado por Le Nouvel Observateur que el nuevo texto de Onfray está "plagado de errores y cruzado por rumores".

Roudinesco acusó a Onfray de haber sacado las cosas de contexto y sostuvo que Freud "de ninguna manera se adhiere al fascismo y nunca hizo apología de los regimenes autoritarios".

"Cuando sabemos que ocho millones de personas en Francia se tratan con terapias derivadas del psicoanálisis, está claro que en el libro y en las palabras del autor hay una voluntad de daño", sostuvo.

En su debate con Onfray, Kristeva defendió el psicoanálisis como un mecanismo capaz de tratar problemas como la histeria, el complejo de Edipo o las conductas anoréxicas y bulímicas, entre otros.

"Onfray nos insulta cuando dice que el psicoanálisis no cura", escribió el psiquiatra y psicoanalista Serge Hefez en el semanario Le Point. "¿Qué hacemos todos nosotros en nuestros consultorios, centros de terapia familiar, conyugal, nuestros hospitales y servicios hospitalarios si no es ayudar al sujeto a convertirse en actor de su propia historia?".

Hefez afirmó que "el psicoanálisis sí cura, es un tratamiento útil y vivo, practicado por miles de terapeutas concienzudos que conocen de fracasos, éxitos parciales y éxitos".

Onfray respondió que muchas reacciones contra su libro evitan responder sus argumentos centrales y, en un artículo publicado en el diario Le Monde, preguntó si es imposible hacer una relectura crítica de Freud.

"Con este libro, algunos amigos me habían anticipado el odio porque me metía con el monedero", escribió. "Hoy me doy cuenta lo acertados que estaban…".

Desde sus inicios, el psicoanálisis estuvo cuestionado por su falta de una sólida base científica. Ello no le impidió fascinar pronto a la audiencia de una cultura hondamente angustiada por los fantasmas de la enfermedad mental. La hábil propaganda de Freud y el activismo de sus correligionarios, unidos a ese clima espiritual favorable, acabaron por prevalecer, difundiendo su mensaje a la cultura de masas hasta convertirlo en un elemento habitual de la visión del mundo del hombre del siglo veinte.

A partir de los años sesenta, coincidiendo la creciente desconfianza ante la eficacia de la terapia psicoanalítica con las primeras revisiones críticas de la biografía de Freud, comenzaron a imponerse otras formas de psicoterapia. Pero en Francia el psicoanálisis mantuvo su prestigio intelectual con mayor fuerza que en otros países de su entorno. Esto explica la sonora polémica que el año pasado provocó allí la aparición de este nuevo libro del filósofo Michel Onfray (Argentan, 1959), descalificado de manera inmisericorde por intelectuales como Bernard-Henri Levy, Jacques Alain Miller o Elisabeth Roudinesco.

Desde luego, el tono virulento de los ataques de Onfray a la “fabulación freudiana”, aderezado por su particular ajuste de cuentas con el freudomarxismo sesentayochista, se prestaba a ello. El resultado ha sido mucho ruido mediático, buenas ventas y pocas nueces teóricas alrededor de un texto dedicado a mostrar a Freud como un ególatra, ambicioso, manipulador, neurótico, cocainómano, misógino, homófobo y, ya puestos, adúltero, amante de su cuñada, extorsionador de pacientes y, para colmo, simpatizante de los regímenes fascistas del momento.

Todo esto nos cuenta Onfray: que Freud mintió sistemáticamente al reconstruir la historia del psicoanálisis; que ocultó fuentes e influencias (en particular la de Nietzsche) o las minimizó (ya Breuer había reconocido el papel de la sexualidad en la neurosis) para presentarse como genio solitario, inventor de una nueva ciencia; que silenció numerosos errores de diagnóstico, exageró los éxitos de su práctica terapéutica y falsificó resultados, pretendiendo haber curado a gente a la que nunca curó (cosa que hoy sabemos al desvelarse la identidad de muchos de esos pacientes); que tampoco tuvo escrúpulo alguno en presentar como terapia exitosa su desastrosa aplicación de cocaína para tratar la adicción a la morfina; que sus pacientes no testimoniaron espontáneamente sueños y recuerdos velados de índole sexual, sino que él los forzó a ello; etc., etc.

Michel Onfray pretende haber demostrado así -apelando, por cierto, al mismo método interpretativo que inspiró al freudismo: el principio nietzscheano de que toda filosofía no es más que una confesión íntima del autor- que el presunto contenido universal del psicoanálisis no es más que el contenido muy subjetivo de la propia biografía de Freud. Pero, ¿qué quiere decir con esto? ¿Qué sólo Freud tuvo complejo de Edipo? ¿Qué los sueños, sueños son? El sano materialismo ejercido por Onfray en otros textos como El vientre de los filósofos o Contrahistoria de la filosofía raya aquí en la simplicidad más grosera. Se limita a recopilar una información ya conocida desde trabajos como los de Cioffi, Israëls, Borch-Jacobsen y, sobre todo, popularizada en 2005 por El libro negro del psicoanálisis, componiendo con ella una psicología barata del desenmascaramiento que, por más que se reclame heredera de Nietzsche, dista mucho de su sutileza. Desaprovecha así la oportunidad de plantear un debate riguroso sobre el alcance teórico de las intuiciones freudianas; apunta tímidamente a ello cuando alude al olvido del cuerpo en la ficción performativa del inconsciente; pero pronto cae en el mismo reduccionismo que en su exitoso Tratado de ateología. Así como su repudio de las religiones por el saldo histórico de crueldad que arrojan no anula sin más el valor de la experiencia religiosa, la discusión de tesis psicoanalíticas como la de que todo sueño sea expresión de deseos sexuales no invalida en su integridad las aportaciones de Freud al reconocimiento del sentido simbólico de la vida onírica y tantas otras sugestiones suyas.

Por qué el psicoanálisis ha podido triunfar como lo ha hecho es algo que también merecería una explicación bastante más detenida. Michel Onfray ha optado, en cambio, por recorrer un camino ya trillado. Le ha bastado una presentación sensacionalista para beneficiarse de la recogida de algunos suculentos frutos. A la postre, también en su caso han pesado bastante los motivos humanos, demasiado humanos

domingo, 29 de mayo de 2011

La Biblioteca de Mario en Lima

La primera vez que asomé la cabeza en la biblioteca de Vargas Llosa no pude ver nada. Al instante cerró el paso una de las dos asistentes que trabajan con el escritor en Lima.

-Por favor, te pido que salgas de aquí. A Mario no le gusta que entren a su biblioteca -dijo con cortante amabilidad.

Entonces sólo alcancé a ver un amplio salón alfombrado, con paredes forradas de libros y varias filas de anaqueles que habían sido colocados, uno seguido del otro, como piezas de dominó. No parecía una biblioteca de una casa. Era la biblioteca de un coleccionista. De un lector de varias décadas. Pero no pude ver mucho más y salí de ahí pronto. En todo caso, mi historia con su biblioteca no acabaría en ese episodio. Años después volvería para quedarme y vería las joyas de la corona.

Por entonces el autor de Conversación en la catedral no estaba en Lima. Y por eso se aceptaban las escasas visitas a su casa por parte de periodistas, estudiantes, investigadores, que querían consultar su archivo de recortes de diarios sobre su vida y obra. El archivo es una hemeroteca que ocupa una pared de unos 20 metros de largo por tres de alto, en el segundo piso del dúplex en el que vive el escritor en Lima, cuando aterriza durante los veranos. Y esa hemeroteca es la parte que está abierta al público, digamos, y en la que sus dos asistentes tienen sus oficinas. Las dos mujeres que desde hace más de una década, bajo la dirección de Patricia Vargas Llosa, hacen que el mundo real del Nobel funcione. Además, en Madrid hay otras dos asistentes. Ese ambiente alargado que es la hemeroteca está en el ala lateral de la casa. Cuando se abre el ascensor de los Vargas Llosa, uno se encuentra con una de las asistentes que lo recibe y lo hace tomar asiento en una salita de espera. Desde allí se divisa la gran terraza donde el escritor contempla el ocaso caer sobre el Océano Pacífico. Vargas Llosa tiene una vista infinita al mar que se disuelve en el horizonte y que también ve desde su escritorio mientras trabaja en una nueva novela.

Esa primera tarde que estuve en la casa de Mario Vargas Llosa pasé horas en silencio leyendo recortes amarillos que habían sido fichados, numerados y catalogados, con un cuidado propio de las más rigurosas bibliotecas. Aquel día no había nadie más consultando el archivo, por lo que las dos asistentes del novelista trabajaban muy concentradas frente a sus computadoras respondiendo la correspondencia del escritor. Le pedí a una de ellas otro archivador con más información. Se puso de pie y lo buscó con la mirada en la pared de unos 20 metros de anaqueles. Cada documento tenía su ubicación precisa y un sentido en la historia. Vargas Llosa había organizado un detallado sistema para que su biografía se vaya archivando, en orden cronológico, diferenciando, por ejemplo, sus apariciones en la prensa de América Latina y en la del resto del mundo. Era un hombre que veía con absoluta nitidez que su vida era documentada en tiempo real y había entonces que crear sistemas de almacenamiento eficientes de ese mar de información. No parecía ser sólo un asunto de vanidad, sino bibliotecología.

Meses después volví y vi salir a Vargas Llosa desde la biblioteca. En el ambiente contiguo al de sus libros se ubicaba su escritorio y había estado trabajando toda la tarde, como es habitual en él. Era una noche de diciembre, cerca de Navidad, y el novelista había aceptado una entrevista después de su horario de escritura.

Para llegar a la sala de estar en la que atiende a los periodistas, había que cruzar delante de la biblioteca, así que fue inevitable darle un vistazo un poco más largo que el de la primera vez. Vargas Llosa estaba ahí, delante de años de lecturas. Al pie de todos esos libros que los había hecho desear ser novelista. Ahí estaban desde sus primeros autores como Dickens o Dumas, hasta las novelas de sus grandes maestros, como Flaubert y Faulkner. Ahí estaban sus propias novelas en más de 40 idiomas. Ahí debían estar los libros de sus amigos como Cortázar o Neruda con dedicatorias inéditas.

Debía de haber unos 10 mil volúmenes colocados sobre estantes color caoba recién lustrada. Cientos de esos libros estaban forrados con tapas de cartón y lomos de cuero. Las letras doradas les daban a los ejemplares un aire de mayor antigüedad y elegancia. Una manada de hipopótamos salvajes vigilaba el lugar. Estaban de pie, uno al lado del otro, como en la primera línea de un regimiento. Observaban en silencio los miles de libros que habían sido colocados en los anaqueles con el cuidado de un museógrafo que trata piezas de incunables. Mario Vargas Llosa no tenía una biblioteca, sino una cava de libros. Era la bóveda de un coleccionista de mundos imaginarios.

Esa noche tuvimos una larga conversación de espaldas a su biblioteca, pero en ningún momento dijo palabra alguna sobre aquello que escribe en la útima página de los libros que él lee y guarda. Aquello lo sabría después.

Lo sabría recién el día en que pude pasar por fin una tarde entera en esa biblioteca. Desde la primera vez que intenté filtrarme en ella, hasta el momento en que el mismo escritor autorizó mi entrada, pasaron seis años. Así que esa esperada tarde pude tocar los libros de Mario Vargas Llosa, con la misma ilusión de un niño al que dejan a solas en una juguetería toda una madrugada.

Pero qué hacía ahí y cómo había dejado el novelista que un extraño se acercara tanto a sus tesoros. La Universidad Católica de Perú le preparaba un homenaje gigante. Se iba a montar una exposición sobre su vida y su obra en dos mil metros cuadrados. Serían 14 salas dedicadas a sus libros, a sus autores favoritos, a sus años como periodista, como político, como académico. Se instalarían salas de cine para proyectar las películas inspiradas en sus novelas. Se expondría parte de su colección de hipopótamos, correspondencia inédita, sus primeros manuscritos, sus libretas de apuntes y decenas de pantallas proyectarían secuencias de fotos de distintas etapas de su vida. La casona en el centro de Lima que se había escogido para esta exhibición era la recién restaurada Casa O`Higgins, en la que había muerto en el exilio el prócer chileno. Vargas Llosa llegaría de Europa a inaugurar la muestra meses después, y habría que tener todo listo para entonces. Alguien tenía que seleccionar las piezas de la biblioteca que debían exhibirse, tras las sugerencias que daba el escritor Alonso Cueto, quien encabezaba el equipo que estaría detrás del guión y el montaje del que parecía ser el museo Vargas Llosa.

Entonces, pude recorrer los anaqueles con toda calma. La biblioteca tenía un orden que había dictado su dueño desde el primer momento. Sus volúmenes favoritos estaban ubicados en los libreros más cercanos a su escritorio. En esas paredes de libros había, por ejemplo, seis ediciones distintas del Ulises de Joyce. Todos los ejemplares habían sido mandados a encuadernar a mano por un especialista que confeccionaba los lomos de cuero de diferentes colores y le colocaba las nuevas tapas duras con forros de papel plastificado. En esos libreros también se podía encontrar un ejemplar en portugués del libro O sertoës, de Euclides Da Cunha, que fue la inspiración para que escribiera su novela La guerra del fin del mundo sobre la rebelión de Canudos en el nordeste del Brasil. Los clásicos de Vargas Llosa estaban ahí todos juntos: Hugo, Tolstoi, Flaubert, Cervantes, Borges, Vallejo, Balzac. Cuando él se levantaba de su escritorio, tenía que caminar solo tres pasos para llegar a las novelas de sus maestros. Detrás de su mesa de trabajo, además de una docena de portarretratos con fotos del clan Vargas Llosa, se mantenían por ley unos 30 kilos de diccionarios y libros de consulta.

El escritorio de Vargas Llosa estaba rodeado de cajas de terciopelo oscuro. Allí se conservaban sus condecoraciones, premios, medallas, estatuillas. Y como no cabían todas en el mueble que estaba detrás de su escritorio, entonces algunas de estas cajas estaban ubicadas en torres, en los anaqueles vecinos. Eso sí, el premio Nobel que llegaría tiempo después a esa casa no se guardaría al lado de las demás cajas de terciopelo. Lo matendrían bajo llave.

Lo más impresionante de esos días en la biblioteca no tardó en aparecer. Vargas Llosa leía vorazmente desde su juventud. Se había convertido también en un lector profesional. Entonces, algunas de sus manías habían quedado marcadas en los ejemplares de su biblioteca. Podías abrir casi cualquier libro al azar y ahí estaba la obsesión de Vargas Llosa por enteder la estructura de una novela que le fascinaba: las páginas estaban marcadas con lapicero, las frases que lo sorprendían estaban subrayadas y tenía la costumbre de escribir notas en los márgenes de las páginas. Pero de todos estos tics de lector compulsivo y profesional, había uno que era el más notable. Vargas Llosa terminaba de leer una novela y escribía un breve comentario manuscrito en la última página blanca que quedaba en la edición. A veces, cuando le faltaba espacio, usaba hasta la página en blanco que forraba la tapa. En ese diminuto espacio ensayaba sus impresiones sobre lo que acababa de terminar de leer. Lo hacía para no olvidarse de lo que le había producido esa ficción, y al final les asignaba una calificación del 0 al 20 como se evalúa a los estudiantes en el Perú. Ficción de Borges: 17. Madame Bovary: 20. El Quijote: 20. Pero no sólo habían calificaciones máximas. También había escritores famosos y respetados que el profesor Vargas Llosa decidía desaprobar y en sus notas sobre esos libros se podía leer por qué.

Hace unos días volví después de tiempo a la biblioteca de Vargas Llosa. Él se había ido a España hacía unas semanas y la casa permanecía con la calma habitual cuando sólo están sus dos asistentes trabajando. El hombre que se encarga de los cuidados de la biblioteca se llama Johny Sánchez. Lleva cerca de 15 años trabajando con los Vargas Llosa y llevando el mismo protocolo de limpieza de los libros del Nobel.

Él cuenta que por las mañanas dedica varias horas a quitar el polvo que se ha acumulado en los cantos superiores de los libros. Entonces los baja con cuidado de los anaqueles, y luego de limpiar las repisas y los ejemplares los vuelve a colocar en el mismo orden en el que estaban. Empieza por la zona donde está ubicado el escritorio de Vargas Llosa, en un ambiente más pequeño y contiguo al gran salón principal de la biblioteca. Luego va avanzando hacia los favoritos. Y luego, uno por uno, la veintena de largos libreros que conforman la biblioteca. Le toma dos semanas acabar con la limpieza, y entonces dice que tiene que volver a comenzar. Desde el terremoto que hubo en el Perú en 2007, se ha dedicado a instalar unos hilos de nailon en los libreros, para evitar que los libros salgan volando con algún sismo. La noche del terremoto de Pisco, al sur de Lima, toda la biblioteca se vino abajo y fue como si alguien hubiera intentado un saqueo. Vargas Llosa no estaba en el Perú, pero sus colaboradores le enviaron unas fotografías que casi lo matan de la impresión. Todos sus tesoros habían sido arrancados de cuajo de los estantes y estaban desperdigados por todas partes. Les tomó varios días volver a poner todo en su lugar, e identificar que los daños habían sido menores. Desde entonces los hilos han sido instalados como invisibles muros de contención.

El hombre encargado del cuidado de la biblioteca me cuenta que los libros siguen aumentando. Que desde que ha ganado el Nobel, más y más escritores, novatos y consagrados, le hacen llegar sus libros en señal de reverencia. Y Vargas Llosa ha dado la instrucción de que todo libro se reciba y se catalogue. Como una biblioteca profesional, en la oficina del novelista las dos asistentes tienen la labor de crearle un código a cada volumen nuevo que llegue, de ingresarlo a la base de datos que tienen en la computadora, y de ponerles un sello adhesivo que dice Biblioteca Mario Vargas Llosa.

Luego de eso, los libros son sellados con el exlibris del autor y son recién colocados en el estante asignado. Pero como dice Sánchez, ya no hay espacio. Entonces añade que la última vez que los Vargas Llosa estuvieron en Lima, discutieron la posibilidad de ampliar la biblioteca y de mandar a hacer nuevos estantes. El escritor sugirió retirar un armario muy vistoso que funciona como bar, y en su lugar instalar más libreros. Aún no hay un plan definitivo, pero Vargas Llosa debe estar diseñando mentalmente el futuro de su biblioteca, que quizá en un tiempo no muy lejano haya tomado la casa por completo y obligado al escritor a mudarse al piso de abajo. S

Vargas Llosa estaba ahí, delante de años de lecturas. Al pie de todos esos libros que los había hecho desear ser novelista. Ahí estaban desde sus primeros autores, como Dickens o Dumas, hasta las novelas de sus grandes maestros, como Flaubert y Faulkner.

Sus volúmenes favoritos estaban ubicados en los libreros más cercanos a su escritorio. En esas paredes de libros había por, ejemplo, seis ediciones distintas del Ulises de Joyce.

A sus libros les asigna una calificación del 0 al 20, como se evalúa a los estudiantes en el Perú. Ficción de Borges: 17. Madame Bovary: 20. El Quijote: 20.

BARRIO BARRANCO
El estudio de la casa de Vargas Llosa, que es donde el Nobel tiene sus libros y su escritorio, fue diseñado por un amigo arquitecto: Luis Miró Quesada.

El distrito limeño de Barranco, donde su ubica la casa, nombró Hijo Ilustre a Vargas Llosa en octubre pasado. El alcalde Antonio Mezarina le entregó la Medalla Manuel Montero Bernales.

El escritor vota en el mismo barrio. Para las presidenciales de abril lo hizo donde siempre: en el colegio Mercedes Indacochea, en Barranco.

Wayne Dyer:La Fuerza de creer

Wayne es sin duda uno de mis 25 Autores favoritos
Heleido unos 15Libros de Wayne
La Fuerza de Creer
La Fuerza del Cambio
La Fuerza del proposito
Zonas Erroneas

Todos buscan inspirarte para cambiar y mejorar

David Mc Nally: Hasta las Aguilas Necesitan Impulso

David McNally, autor de "Hasta las águilas necesitan un impulso", nos ayuda a elevarnos como un águila y a alcanzar "los lugares más altos" en el nuevo mundo de trabajo del nuevo milenio. El autor nos lleva a un viaje que nos revela los secretos del águila y que trata de alcanzar los objetivos siguientes:
- Comprender la diferencia entre sobrevivir y florecer y prosperar.
- Los que prosperan se responsabilizan personalmente.
- Los que prosperan crean confianza, se mantienen aprendiendo permanentemente y nunca se rinden.
Permita que "El secreto del águila haga la diferencia en la vida de usted y de sus colaboradores.

Carlos Slim

Tener estructuras simples y organizaciones con mínimos niveles jerárquicos, con desarrollo humano y formación interna de las funciones ejecutivas. Tener flexibilidad y rapidez en las decisiones. Operar con las ventajas de la empresa pequeña, que son las que hacen grandes a las grandes empresas.
Mantener la austeridad en tiempos de vacas gordas. Esto fortalece, capitaliza y acelera el desarrollo de la empresa. Asimismo, evita los amargos ajustes en las épocas de crisis.
Estar siempre activos en la modernización, crecimiento, capacitación, calidad, simplificación y mejora incansable de los procesos productivos. Incrementar la productividad, competitividad, reducir gastos y costos guiados siempre por las más altas referencias mundiales.
La empresa nunca debe limitarse a la medida del propietario o del administrador. No sentirnos grandes en nuestros pequeños corralitos.
No hay reto que no podamos alcanzar trabajando unidos, con claridad en los objetivos y con conocimiento de los instrumentos para lograrlos.
El dinero que sale de la empresa se evapora. Por eso reinvertimos las utilidades.
La creatividad empresarial no sólo es aplicable a los negocios. También es la solución de muchos de los problemas de nuestros países. Es lo que hacemos a través de las fundaciones del grupo.
El optimismo firme y paciente siempre rinde sus frutos. Esto, explica Slim Helú, lo heredó de su padre.
Todos los tiempos son buenos para quienes saben trabajar y tienen con qué hacerlo.
Su premisa, explica, es tener muy presente que la gente se va sin nada; para él las cosas sólo pueden hacerse en vida y considera al empresario como un creador de riqueza, misma que administra temporalmente.

Carl Jung: Mejora Lo Inconsciente lo automatico

Freud dijo que la meta de la terapia era hacer consciente lo inconsciente. Verdaderamente, hizo de este postulado el núcleo de su trabajo como teórico. Y además, definió al inconsciente como algo muy displacentero. Para ilustrar esto, consideremos lo siguiente: es un caldero de deseos establecidos; un pozo sin fondo de anhelos incestuosos y perversos; un lecho de experiencias aterradoras que aún pueden surgir a la consciencia. Francamente, ¡esto no suena como algo que quiera que acceda a mi consciencia!.

Carl Jung, joven colega de Freud, se dedicó a la exploración del “espacio interno” a través de todo su trabajo. Se lanzó a la tarea equipado con los antecedentes de la teoría freudiana, por supuesto, y con un conocimiento aparentemente inagotable sobre mitología, religión y filosofía. Pero era especialmente ducho en el simbolismo de tradiciones místicas complejas tales como gnosticismo, alquimia, cábala y tradiciones similares en el hinduismo y el budismo. Si hay una persona que tenga un sentido del inconsciente y sus hábitos como capaz de expresarse solo de forma simbólica, éste es Carl Jung.

sábado, 28 de mayo de 2011

Elogio de La Bondad y De Hacer El Bien!!!

a cordura y el sentido común, las relaciones con nuestro origen, el hogar, la sexualidad, el trato con los muertos, las relaciones paterno-filiales, etc...- Marín traza una historia cultural de la afectividad humana que es, al mismo tiempo, una genealogía de nuestros modos de habitar el mundo.

El enfoque podrá parecer a algunos demasiado “culturalista”, pero el verdadero propósito del autor no radica sino en la localización del nexo común a todas estas perspectivas sobre lo humano. Sí que es cierto que el texto, debido a una buena prosa que gusta de demorarse en el examen de algunos de los grandes tópicos de la cultura occidental y sus personajes emblemáticos -Abraham, Edipo, Ulises, Don Quijote- invita a menudo a fijar la atención más en el detalle que en el hilo conductor. Esto forma parte del atractivo de un estilo argumentativo que funciona mediante sugerencias más que mediante demostraciones concluyentes. Porque lo que en última instancia se evidencia al término de estas historias de idas y vueltas del corazón humano es que lo que de veras nos hace falta para convivir no es sino generar nuestras propias buenas costumbres sociales. Seguramente no baste para ello con mirar a las del pasado. Pero este ejercicio de piedad y rememoración resulta un paso previo imprescindible. En este sentido, tenemos aquí un trabajo muy estimable: los prolegómenos a una teoría de la cordura, sobre la que el autor aún tiene mucho que decir.

Luis Racionero: Pierde El Hombre en El Amor

Aunque la extensa obra de Luis Racionero (Seo de Urgel, Lérida, 1940) arranca en los años setenta, su entrada en la autobiografía no llegó hasta 2009 con la aparición de Sobrevivir a un gran amor seis veces. Entre veladuras, tal vez excesivas, narra sus seis relaciones maritales y propone una visión del amor conyugal cargada del pesimismo que tanto caracterizó al antihegeliano Schopenhauer. Su novela La muerte de Venus refleja también la idea del amor como un juego obsesivo en el que el varón es el perpetuo perdedor.

Memorias de un liberal psicodélico es asimismo una historia de vida pero situada en otro plano del yo. Aquí Luis Racionero ha construido su texto apoyándose sobre todo en el plano intelectual. Con una prosa directa introduce al lector en su proceso de formación, en su trabajo y en su porceso creativo. Al mismo tiempo desgrana su visión del mundo y subraya placeres culturales tan significativos como los de la buena mesa y la conversación pausada.

Quizá esta dicotomía sea para el lector su principal problema. Entender la biografía de Racionero requiere sumergirse en sus, por ahora, dos volúmenes. De otra manera cuesta entender que alguien que ha dejado Barcelona para instalarse a escribir en una masía del Ampurdán se traslade a Madrid porque su última esposa, Elena Ochoa, no puede vivir en otro sitio. Además de eso el autoproclamado hippy y liberal psicodélico alquila un piso entre el Parque del Buen Retiro y el Museo del Prado, una microzona de Madrid cara, estirada y añeja. Para atender la casa y servir la mesa contrata a un matrimonio filipino. Al poco tiempo se traslada a la Universidad de Cambridge siguiendo a su mujer y, como leemos en estas páginas, su último amor acaba en inglés de un modo bastante humillante. Pero ojo, no se confunda el lector. Racionero es mucho Racionero. Nacido en 1940 en Seo de Urgel, estudia Ingeniería Industrial y se licencia en Económicas en Barcelona. Aprende idiomas y consigue la difícil y prestigiosa beca Fulbright para estudiar en urbanismo en la excelente universidad de California, campus de Berkeley. Posteriormente sería profesor en la Escuela de Arquitectura y en la Facultad de Ciencias Económicas de la Ciudad Condal. Su obra, tanto en catalán como en castellano, ha tocado todos los palos. También ha hecho cine. Durante la etapa del gobierno de Aznar, fue director del Colegio de España en París y de la Biblioteca Nacional en Madrid. Memorias de un liberal psicodélico recibió el III Premio Gaziel de Biografías y Memorias 2010, un galardón -30.000 euros- que viene a sumarse a otros como el Azorín, Anagrama o Espasa. Racionero se revela en este volumen como un retratista excepcional. Sus viajes, su enorme cultura y su profunda memoria le posibilitan recrear personajes y circunstancias con un detalle y unos matices capaces de mantener al lector en vilo páginas y páginas. Del Josep Pla y del Dalí de los últimos años hace sendos retratos que por sí solos justifican el libro. Su cena de matrimonios, a base de paella, en Cambridge con los Steiner roza la astracanada, pero su posterior conversación con George Steiner en su despacho del Churchill College en torno al problema judío y al Holocausto merece ser enmarcada.

Luis Racionero: Pierde El Hombre en El Amor

Aunque la extensa obra de Luis Racionero (Seo de Urgel, Lérida, 1940) arranca en los años setenta, su entrada en la autobiografía no llegó hasta 2009 con la aparición de Sobrevivir a un gran amor seis veces. Entre veladuras, tal vez excesivas, narra sus seis relaciones maritales y propone una visión del amor conyugal cargada del pesimismo que tanto caracterizó al antihegeliano Schopenhauer. Su novela La muerte de Venus refleja también la idea del amor como un juego obsesivo en el que el varón es el perpetuo perdedor.

Memorias de un liberal psicodélico es asimismo una historia de vida pero situada en otro plano del yo. Aquí Luis Racionero ha construido su texto apoyándose sobre todo en el plano intelectual. Con una prosa directa introduce al lector en su proceso de formación, en su trabajo y en su porceso creativo. Al mismo tiempo desgrana su visión del mundo y subraya placeres culturales tan significativos como los de la buena mesa y la conversación pausada.

Quizá esta dicotomía sea para el lector su principal problema. Entender la biografía de Racionero requiere sumergirse en sus, por ahora, dos volúmenes. De otra manera cuesta entender que alguien que ha dejado Barcelona para instalarse a escribir en una masía del Ampurdán se traslade a Madrid porque su última esposa, Elena Ochoa, no puede vivir en otro sitio. Además de eso el autoproclamado hippy y liberal psicodélico alquila un piso entre el Parque del Buen Retiro y el Museo del Prado, una microzona de Madrid cara, estirada y añeja. Para atender la casa y servir la mesa contrata a un matrimonio filipino. Al poco tiempo se traslada a la Universidad de Cambridge siguiendo a su mujer y, como leemos en estas páginas, su último amor acaba en inglés de un modo bastante humillante. Pero ojo, no se confunda el lector. Racionero es mucho Racionero. Nacido en 1940 en Seo de Urgel, estudia Ingeniería Industrial y se licencia en Económicas en Barcelona. Aprende idiomas y consigue la difícil y prestigiosa beca Fulbright para estudiar en urbanismo en la excelente universidad de California, campus de Berkeley. Posteriormente sería profesor en la Escuela de Arquitectura y en la Facultad de Ciencias Económicas de la Ciudad Condal. Su obra, tanto en catalán como en castellano, ha tocado todos los palos. También ha hecho cine. Durante la etapa del gobierno de Aznar, fue director del Colegio de España en París y de la Biblioteca Nacional en Madrid. Memorias de un liberal psicodélico recibió el III Premio Gaziel de Biografías y Memorias 2010, un galardón -30.000 euros- que viene a sumarse a otros como el Azorín, Anagrama o Espasa. Racionero se revela en este volumen como un retratista excepcional. Sus viajes, su enorme cultura y su profunda memoria le posibilitan recrear personajes y circunstancias con un detalle y unos matices capaces de mantener al lector en vilo páginas y páginas. Del Josep Pla y del Dalí de los últimos años hace sendos retratos que por sí solos justifican el libro. Su cena de matrimonios, a base de paella, en Cambridge con los Steiner roza la astracanada, pero su posterior conversación con George Steiner en su despacho del Churchill College en torno al problema judío y al Holocausto merece ser enmarcada.

El Cento García LORCA Parado!!!!

ra García Lorca, presidenta de la Fundación García Lorca y sobrina del poeta, ha decidido por fin hablar de lo que desde hace un año le inquieta profundamente. En junio de 2010 debía haberse inaugurado el Centro García Lorca de Granada, pero hoy las puertas siguen cerradas y ni siquiera sabe cuándo podrá abrirlas. Sobre el papel, está previsto que el Centro sea sede de la Fundación, albergue el rico archivo familiar del poeta y, además, organice actividades en torno a su legado artístico. Todo está en el aire. Laura García Lorca lleva trabajando dos años en diseñar una programación cuajada de actos estelares, que la paralización de las obras ha tirado por tierra, y sólo esta Comedia y sueño se ha salvado.

-Esta obra es lo único que ha sobrevivido de la programación prevista. ¿Qué ha ocurrido?
-Habíamos diseñado una programación que iniciábamos con Comedia sin título, obra que pertenece al último periodo de Lorca, y de la que Juan Carlos Corazza ha hecho una adaptación, Comedia y Sueño, en la que ha incluido el texto de Shakespeare que es el que ensayan los actores en la obra de Lorca. El estreno lo fuimos posponiendo con la idea de hacerlo en el Centro, hasta que ya no pudimos esperar más. Estrenamos la obra en un teatro de Granada el pasado mes de febrero y ahora estamos encantados de que vaya el Festival de Otoño. Hemos tenido que seguir adelante con este proyecto con mucho esfuerzo, también por parte de Juan Carlos Corazza, que ha sido generosísimo porque no ha trabajado en las condiciones inicialmente estipuladas.

-¿Cuándo tenía previsto inaugurar el Centro?
-En junio de 2010. Hace dos años comenzamos a diseñar una programación en la que poníamos el énfasis en la palabra, a través de la poesía, el teatro, la música, el arte. Íbamos a exhibir por primera vez el manuscrito completo de Poeta en Nueva York una vez que se recuperó y después del pleito que hubo, acompañado de los dibujos del poeta de ese periodo, así como otros de artistas con los que tuvo relación el libro. También íbamos a producir dos obras de teatro más, Así que pasen cinco años, dirigida por Claudio Tolcachir, y Un poeta en Nueva York, por Pepa Gamboa. Y habíamos organizado un ciclo de poesía con Seamus Heany, entre otros.

-¿Qué obstáculos hay para abrir el Centro?
-El edificio está prácticamente terminado, le falta un siete por ciento de la obra total. Están los focos colgados en la sala de exposiciones, el auditorio está terminado, le queda nada, pero no tenemos fecha de inauguración y hemos tenido que renunciar a las actividades que habíamos programado.

-Entonces, ¿cuál es la razón de esta demora?
-El Centro fue presupuestado en 18 millones de euros, cifra que finalmente ha alcanzado los 22. La financiación para la construcción del centro procede, en un 75 %, de fondos europeos (14 millones) y el 25% restante lo aporta la Junta de Andalucía. La obra ya empezó retrasada (hubo que expropiar terrenos, hacer una excavación arqueológica complicada) y no pudimos gastar los 14 millones europeos en el período para el que nos los adjudicaron. Hemos gastado nueve y pico, así que nos faltan cinco millones. Lo que suele hacerse en estos casos es redistribuir otros fondos para el periodo siguiente, pero no se hizo a tiempo y estamos todavía esperando ese dinero.

Torpeza burocrática
-¿Ha sido pues una torpeza burocrática?
-Sí, hubo falta de coordinación de las instituciones. Me consta que hay interés en llevar el proyecto a adelante, desde la Junta y desde Cultura. Pero ha habido un periodo largo en el que no se ha actuado con la celeridad necesaria.

-¿Quién debe resolver la situación ahora?
-La Junta y los ministerios de Cultura y de Economía y Hacienda están buscando una solución. Además, tenemos unos fondos europeos reservados para lo que llaman “la puesta en valor del Centro”. Porque no solo hay que abrirlo, luego hay que programarlo. Y ahora es un momento muy difícil. La situación es la que es y habrá que replantearse el tipo de programación.

-Este relajo burocrático de la Junta ¿es quizá efecto de la decisión de su familia de oponerse a buscar los huesos del poeta?
-Bueno, en un momento dado puede que sí. No es lo que percibo ahora, en la última etapa. Pero de una manera difícil de entender se ha querido interpretar nuestro deseo de dejar a nuestro tío enterrado entre las demás víctimas como una postura conservadora, como si no quisiéramos hablar de lo que pasó, lo cual es bastante insidioso. Para nosotros no querer desenterrarlo no significa olvidar lo que pasó, hay que interpretarlo de forma literal. Pero el que eso haya retrasado las obras del Centro me cuesta creerlo, me parece inconcebible.

-El desenterramiento, ¿se ha dado por finalizado?
-De momento sí. Ellos decidieron que iban a buscar en varios puntos donde se creía que había fosas y resultó que los testimonios estaban equivocados.
-¿Toda la familia estuvo de acuerdo con la posición que hicieron pública?
-Sí, los seis sobrinos estuvimos de acuerdo. Mi abuela nunca quiso mover nada. Mi padre y mi tía tampoco, era un sentir de la familia que se nos ha transmitido. Y, por otro lado, la familia García no ha sido nunca de cementerios, ni mi tía Isabel, que era creyente, ni mi tía Concha. Mi madre sí (Gloria De los Ríos) iba al cementerio con mi padre (Francisco García Lorca). Pero los García, no. Hicieron lo que creyeron correcto y esas cosas, de alguna manera, se transmiten. Mi abuelo Fernando De los Rios, que murió en Nueva York, dijo que cuando hubiera una democracia en España trajeran sus restos aquí. Pues aquí los hemos traído, están en el cementerio civil de La Almudena. Y mi abuelo Federico dijo, cuando se fue de España, “nunca volveré a pisar este jodido país”. Por eso está enterrado en Nueva York. Hemos procurado hacer lo que cada uno quiso. Y lo que quiso Federico no lo sabemos, pero nosotros lo sentimos así. Por otro lado, nosotros no nos opusimos a que otros buscaran los restos de sus familiares. Sólo pedíamos discreción.

-¿Qué aporta la familia al Centro García Lorca?
-Hemos regalado todos nuestros fondos a la Fundación. Tampoco teníamos por qué, pero estamos contentos de haberlo hecho. Crear un Centro sobre la figura de García Lorca está tan justificado. Es una figura sobre la que hay un diálogo muy vivo y eso se hizo muy evidente cuando empecé a trabajar en La Huerta de San Vicente. Derek Walcott, Patti Smith, Bob Dylan han acudido allí. Cuando elaboraba la programación del Centro, no tuve ninguna negativa a participar.

jueves, 26 de mayo de 2011

El desarrollo de habilidades Sociales es Esencial Para Ser LIDER

El Desarrollo de Habilidades Sociales Es Esencial Para Ser Líder








La académica de la Escuela de Administración de la Universidad Católica de Chile, Nureya Abarca, afirma que para un mejor desarrollo laboral se necesita un trato personal, más allá de los conocimientos teóricos que se reciben durante la formación profesional.

La profesora titular de la Escuela de Administración de la Universidad Católica de Chile, Nureya Abarca, plantea que la mayoría de los directivos de empresas no tienen un entrenamiento formal en gestión y afirma que para revertir esta situación es necesario incluir esta formación en las carreras relacionadas con la administración de empresas, lo que valora que ya se esté haciendo en algunas universidades.
Sin embargo, expresó que junto con esta formación “en el trabajo mismo es donde más se podría producir el aprendizaje, pues allí están las personas enfrentadas a problemas reales y, por otro lado, tienen a directivos que con toda probabilidad han resuelto situaciones similares, por lo que podrían servir de modelo”.
Para la profesional, que también es psicóloga de la Universidad de Chile y Master y Ph.D. en Psicología de la Universidad de California, San Diego, y autora del libro “El líder como coach”, en toda organización se debe procurar ser un líder auténtico y para eso, de alguna manera, el traspasar el conocimiento desde un directivo a sus colaboradores no sólo tiene un efecto de aprendizaje para los que lo siguen, sino que también permite al directivo transformarse en un educador o coach. “No hay nada que tenga más efecto que un buen ejemplo”, enfatizó.
La académica también sostuvo que el coaching está destinado a ser el método de liderazgo del Siglo XXI, debido a que “cada vez más las personas necesitan un trato personal, más allá de los conocimientos teóricos que se reciben durante la formación profesional, el ejemplo y guía de un coach le ayuda a emprender un viaje personal de crecimiento”.
Y agrega que con lo anterior, al guiarlo en su lugar de trabajo, le permite también ir modelando su comportamiento de acuerdo a la organización, incorporando aquéllo que le ayuda en su desarrollo profesional y modificando aquéllo que interfiere con su progreso personal y laboral.

Innovación
La académica también planteó que las nuevas generaciones de profesionales deben contar con alguna especialización para ser más valorados por las empresas, pero advirtió “que el desarrollo de habilidades sociales tales como la capacidad de trabajar en equipo, de comunicación y negociación, también son esenciales para llegar a ser un líder en los tiempos actuales”.
Sostuvo que mientras antes se incorporen estas habilidades en el desarrollo de una persona, “más natural le será cuando tenga que aplicarlas. Estas habilidades pueden ayudar también a la innovación, actualmente uno de los requerimientos más valorados en la empresa moderna”.
Nureya Abarca resaltó que en el último tiempo se ha visto una relación entre la creatividad y la inteligencia emocional, “por lo que para tener la capacidad de innovar es importante que la persona se sienta libre emocionalmente, para proponer ideas que muchas veces chocan con lo establecido, y la asertividad suficiente para mantener esta opinión aun en contra de la corriente”.

Comprender el Comportamiento Humano
Nureya Abarca estudió Psicología en la Universidad Chile y luego el Doctorado en Psicología en la Universidad de California, en San Diego. Sostuvo que su formación profesional la eligió “principalmente porque me motivó comprender el comportamiento del ser humano, al principio desde un enfoque científico tratando de investigar los procesos psicológicos básicos, y luego, al trabajar en la Escuela de Administración, mi interés se volcó hacia la aplicación de estos principios en las organizaciones”.

Nureya Abarca: Inteligencia Emocional y Liderazgo

El siglo XXI comenzó con un nuevo escenario dentro de la empresa y la cultura laboral, donde surgen con fuerza las necesidades emocionales del equipo de trabajo. Si las organizaciones están ahora en continua transformación, tanto directores como empleados deben aprender a vivir con flexibilidad, espontaneidad y, muchas veces, también con incertidumbre.

La destacada psicóloga Nureya Abarca nos introduce a los cambios que se han producido en el mundo empresarial desde que se incorporó una nueva forma de liderazgo directamente relacionado a la inteligencia emocional de las personas.

Inteligencia emocional en el liderazgo reafirma el valor esencial de las habilidades sociales en todas las funciones y desafíos que deben enfrentar empresarios y ejecutivos en el mundo actual. El sentido de identidad y autorrealización, la empatía, la confianza en uno mismo y en los otros, la expresión de las propias emociones y la creatividad son algunos de los temas más relevantes desarrollados en este libro. Aquí encontraremos herramientas eficaces para su aprendizaje, con el fin de desarrollar un mejor campo laboral en Chile, en el cual primen la innovación, el entusiasmo personal y el equilibrio entre aspectos emocionales y racionales.

Una vez que se considera el capital humano como el recurso más importante dentro de una organización, ésta tendrá asegurado su camino al desarrollo del éxito.

Para poder lograr desarrollar un mejor campo laboral en Chile, en el cual primen la innovación, el entusiasmo personal y el equilibrio entre aspectos emocionales y racionales, la psicóloga Nureya Abarca lanzó el libro "Inteligencia emocional en el liderazgo". La obra de 270 páginas, publicado bajo el sello El Mercurio-Aguilar, nos introduce en los cambios que se han producido en el mundo empresarial, desde que se incorporó una nueva forma de liderazgo directamente relacionado con la inteligencia emocional de las personas.

En el libro, la autora reafirma el valor esencial de las habilidades sociales en todas las funciones y los desafíos que deben enfrentar empresarios y ejecutivos en el mundo actual. Además, entrega herramientas eficaces para el trabajo, con el fin de lograr desarrollar un mejor campo laboral en Chile, en el cual primen la innovación, el entusiasmo personal y el equilibrio entre aspectos emocionales y racionales.

Nureya ABARCA

Master y Doctora en Psicología de la Universidad de California, San Diego. Psicóloga de la U. Chile.
Profesora titular de la escuela de administración de la Pontificia Universidad Católica de Chile. En la universidad ha ocupado el cargo de Directora de postgrado y la dirección de la Escuela de Psicología.
Becada por la Comisión Fulbright, realizó estudios de post-doctorado en la Universidad de California en el tema de la evaluación de Habilidades Sociales y asistió a cursos sobre Liderazgo y Trabajo en Equipo (Center for Creative Leadership, en San Diego, California). Durante el año 1998 participó en un programa de entrenamiento en la universidad de Yale "Leadership and Team Effectiveness" dirigido por el profesor Vroom.


CURSOS DICTADOS
- Escuela de Administración
Pre-grado y MBA UC: Comportamiento Organizacional, Liderazgo y Trabajo en Equipo, Inteligencia Emocional y Negociación.
Diploma de RRHH: Curso de Control de Gestión y Curso para PYMES.
- Escuela de Ingeniería
Pre-grado: Organización y Comportamiento en la Empresa.


CONSULTORÍAS
Realiza consultorías, seminarios y talleres en estos tópicos para empresas. Algunas de estas empresas son: Gener, Enap, CCU, Procter&Gamble, Sodimac, Castrol, Chilectra, Empresas EMEL, Deloitte, Banco Santander, Minera Collahuasi, Mantos de Oro, Candelaria, y otras. .


PUBLICACIONES
Tiene diversas publicaciones científicas en revistas extranjeras.
Programa de video denominado "Taller de Habilidades Sociales".
"Comunicación Interpersonal: programa de entrenamiento en habilidades sociales", Ediciones Universidad Católica y la editorial Alfaomega de México (2000, 5a.Ed).
Junto con los profesores Nicolás Majluf y Darío Rodríguez, "Grandes grupos económicos en Chile" (1997, Edit.Dolmen).
"Cultura en organizaciones latinas: elementos, injerencia y evidencia en los procesos organizacionales" (1999, Edit. Siglo Veintiuno, México) el capítulo "Aspectos culturales de la gestión de empresas chilenas".
Intervino con un capítulo en el libro "Corporate Development" (1999, Wirtschaftsverlag Bachem Köln).
"Inteligencia Emocional en el Liderazgo" (Editorial Aguilar, 2004).

Nureya Abarca: Ser Felices y Hacer El Bien

Nureya Abarca es Psicóloga de la Universidad de Chile. Master y Doctora en Psicología de la Universidad de California, San Diego.
Fue Becaria Fulbright en 1989, realizando estudios post-doctorales en la Universidad de California relativos a la Evaluación de Habilidades Sociales.
Ha ocupado el cargo de Directora de Postgrado y la Dirección de la Escuela de Psicología de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

Actualmente, es Profesora de la Escuela de Administración UC y del Departamento de Ingeniería de Sistemas de la misma universidad.
Fue distinguida entre Las 100 Mujeres Líderes de Chile en su versión 2003, por Economía y Negocios de El Mercurio, quienes eligieron, por segundo año consecutivo, a las más destacadas en el ámbito de la política, artes, economía, ciencias y educación. "Hay que disfrutar con lo que se hace más allá del premio" Posee varias publicaciones científicas en revistas extranjeras, un programa de video denominado "Taller de Habilidades Sociales" y un libro "Comunicación Interpersonal: programa de entrenamiento en habilidades sociales".
Además ha publicado junto con los profesores Nicolás Majluf y Darío Rodríguez "Grandes grupos económicos en Chile", entre otros.
Nureya Abarca, chilena, psicóloga y profesora de la Escuela de Administración de la Universidad Católica de Chile, Nureya Abarca sabe bien a qué se refiere la calidad de vida de las personas en el trabajo. Y no sólo porque esta psicóloga chilena ha sido responsable de crear el nuevo curso de inteligencia emocional de la escuela de negocios. La tesis doctoral de su Ph.D. en la Universidad de California, en San Diego, incluyó el análisis y predicción de la conducta humana a través de modelos matemáticos. Esta área de estudio está despertando el interés de los economistas, especialmente después de que Vernon Smith y Daniel Kahneman obtuvieran el premio Nobel de Economía 2002 por su contribución a la economía del comportamiento y la economía experimental, respectivamente. Ambos campos de investigación están cuestionando los supuestos de la teoría económica clásica y la forma como se modela el comportamiento económico humano en distintos ámbitos sociales, como las empresas. "Cuando llegué a Chile nadie hubiera entendido ni querido entender el paper de mi tesis doctoral", dice Abarca. "¿A quién le hubiera preocupado entender que mis palomas siempre tomaban las decisiones más racionales, ya sea que estuvieran sometidas a opciones en economías cerradas o abiertas?". Pájaros y abejas, señala Abarca, se comportan siempre igual, a diferencia de los humanos que muchas veces actúan de manera irracional, pues deben construir su propio mundo, donde nada está predeterminado.

La siguiente entrevista permite entender el impacto del clima laboral y la calidad de las relaciones humanas, la calidad de vida en el trabajo y el rendimiento y la productividad laboral.

Estos aspectos también forman parte del libro Liderazgo emocional: entre lo racional y emocional, que Abarca publicará en breve.

¿Son felices las personas en su trabajo?
Según estudios que hemos hecho, por ejemplo, las dos emociones que más priman en las empresas chilenas son rabia y miedo. Y si gran parte del tiempo las personas están en su trabajo, no es muy alentador...

¿Y cuáles son las patologías más recurrentes asociadas al trabajo?
El problema más grave de las empresas chilenas es la alta tasa de depresión entre los trabajadores. Es una triste forma de reconocer que no tienen ningún control sobre sus vidas. A algunas personas también les pasa que sufren acoso moral: una continua persecución por parte de sus compañeros de trabajo, que les lleva a cambiarse de empresas.

¿Es posible vivir sin estrés?
Está más que demostrada la relación entre satisfacción laboral y productividad. A las personas que son felices en sus trabajos, se les ocurren más ideas y están dispuestas a hacer más sacrificios. La pregunta es cómo ser más productivo y competitivo si las empresas, como ocurre en Chile, están llenas de personas enojadas y asustadas. La angustia sirve hasta ciertos niveles, pero cada uno debe conocer cuál es su dosis óptima de estrés y adrenalina.

¿Y cómo el clima laboral afecta, en concreto, sobre la productividad?
El mejor ejemplo es el de los jefes arrogantes: están arremetiendo permanentemente contra sus empleados y lo único que generan es temor. En el largo plazo, esto tiene como consecuencia peores resultados. Luego, para colmo, el gerente no entiende por qué no se cumplieron las metas y culpa a sus subalternos, cuando en realidad gran parte de la responsabilidad la tiene él.

¿Y cuando no es el jefe...?
Muchas veces nos desquitamos con otras personas, al no haber cerrado un tema con otro colega. Generalmente, es porque no hemos sido capaces de decirle lo que pensábamos. Finalmente, descargamos nuestra rabia en alguien que no tiene nada que ver. Antes de hablar con la persona, entonces, debemos tener muy claro qué queremos decirle.

¿Cuál es el efecto inmediato?
Es muy difícil que seamos capaces de hacer bien alguna tarea si lo intentamos después de haber pasado un mal rato. Otra pregunta interesante es si realmente a veces uno desecha ideas sólo porque vienen de personas que nos caen mal... ¿Desecharías esa misma idea si viniese de alguien que te parece simpático o, al menos, no te desagrada?

Nureya Abarca de La Catolica de Chile

El coaching mejora su liderazgo

La fiebre del coaching

Los ejecutivos de hoy no sólo deben ser productivos, sino que más felices y transmitirlo a sus equipos. Para eso las más importantes empresas chilenas están echando mano al coaching. Si antes la tendencia era mandar a los gerentes a talleres de trabajo en equipo, hoy la moda es ponerles un coach individual. Cara a cara. Nos metimos en ese mundo. Y esto vimos.

Por Sabine Drysdale

Veamos el caso de un ejecutivo de primera línea de un gran banco, inteligente, exitoso. Él tiene problemas. Problemas con su equipo de trabajo. Las relaciones humanas están trizadas. El gerente es bueno, el banco lo valora, pero el punto es que debe mejorar su liderazgo. Él no ve problemas, pero sus superiores sí. ¿Qué hacer? El banco decide contratarle un coach. Y ese coach es la sicóloga y académica de la Universidad Católica, Nureya Abarca. Desde el minuto en que la contactan, ella se convierte en el "espejo" del ejecutivo. Su tarea será generar cambios en él.

Nureya, casada, cuatro hijos, no es novata en este tipo de trabajos. Autora de Inteligencia emocional en el liderazgo, entre varias publicaciones, es uno de los referentes del coaching en Chile. En la Universidad de California se post doctoró en el tema de la evaluación de Habilidades Sociales y asistió a cursos sobre Liderazgo y Trabajo en Equipo en el Center for Creative Leadership, en San Diego. Sus consultorías, seminarios y talleres han sido demandadas por empresas como Gener, Enap, CCU, Procter&Gamble, Sodimac, Castrol, Chilectra y Almacenes París.

La buscan porque ella conoce bien las técnicas para guiar a altos ejecutivos a que desarrollen sus habilidades de liderazgo dentro de sus equipos, a que descubran su identidad, a que desarrollen empatía y confianza en sí mismos y en los otros, a que sepan expresar sus emociones. En definitiva, a que se autorrealicen.

Eso es lo que el banco busca con su gerente. La sicóloga, entonces, ve a su nuevo paciente cada semana en sesiones de una hora. Son largas conversaciones, asiste a sus reuniones con el equipo, se sumerge en su vida laboral durante cerca de tres meses. "Lo que más les exigen las organizaciones a sus empleados es obtener resultados, te evalúan por esos resultados y si te va bien te promueven", explica Nureya.

Lo complejo, señala, es que cuando llegan a puestos gerenciales no necesariamente saben relacionarse con la gente, que es lo que se pide a un gerente. "Lo único que tiene que hacer un líder hoy, es crear un ambiente social para que otros cumplan las metas. Tiene que ser un facilitador social, darle sentido al trabajo de otros y promover el desarrollo del equipo", asegura la sicóloga. Según ella, lo que más piden las empresas en los programas de MBA, es que enseñen habilidades de comunicación y ética.

Así las cosas, el coaching, en Chile, pasa por su mejor momento. Las gerencias de las más importantes firmas están poniendo las emociones sobre la mesa a la hora de entrenar a sus líderes. Ejecutivos más felices y productivos, pareciera ser la consigna. Y si en la década pasada la moda empresarial eran los talleres grupales de trabajo en equipo –que no han perdido vigencia–, hoy la tendencia son los coach individuales. Cara a cara.

Es lo que haría un entrenador. Todo comenzó a mediados de los 70, cuando el escritor estadounidense Timothy Gallwey se dio cuenta de que el peor enemigo de un deportista era su propia mente y lanzó una colección de libros para ayudarlo a superar bloqueos y aumentar el rendimiento. El método tuvo excelentes resultados y se empezaron a montar escuelas deportivas bajo la licencia de su obra, llamada Inner Game (juego interno). Dos de ellas en Europa a cargo de Sir John Whitmore, quien logró adaptar exitosamente el procedimiento al medio empresarial inglés, lo que se conoce como Coaching empresarial.

Hoy, la "International Coach Federation" agrupa a los coach profesionales, con 13 mil miembros en 80 países, y crece a razón de mil asociados anuales. Sólo en 2007 se escribieron más de dos mil artículos sobre esta disciplina.

"El gran corte se da cuando Daniel Goleman le puso nombre al fenómeno inteligencia emocional y se difundió la importancia de todo esto", explica Nureya Abarca. En el mundo la tendencia es lograr líderes que estén en sintonía emocional con sus equipos. "Al líder que hace caso omiso del estado de ánimo de su gente le va mal", dice Nureya.


La sicóloga Luz Eugenia Mundaca lleva cinco años coacheando a importantes gerentes chilenos bajo el alero de Vertical, la empresa consultora del montañista Rodrigo Jordán. Atiende a unas cincuenta personas al año. Se "infiltra" en el mundo laboral de su cliente, generalmente un líder que ve que su carrera profesional no va tan bien como quisiera o que está teniendo conflictos con sus equipos de trabajo o jefatura. "Gente que tiene problemas laborales, pero que no son como para ir al sicólogo o siquiatra", dice. Los acompaña e interviene en sus reuniones y los entrevista largamente, no sólo a ellos, sino que también a sus colegas, jefes, ex jefes e, incluso, a las señoras. "Esto es como hacer un curso de liderazgo personalizado, son clases particulares. Les digo cómo los veo y les muestro cuál es el impacto de su comportamiento. Me transformo en una especie de espejo y luego diseñamos un cambio juntos", explica esta especie de personal trainer de competencias laborales.

Un 30 por ciento de sus clientes la llaman ellos mismos, el resto, a "pedido" del gerente de RR.HH de la empresa. Lo primero que hace es una entrevista exploratoria para entender cuál es la motivación de la compañía, ya que si el tema es que lo quieren despedir, ella no acepta el cliente. "El coach no es para encontrar más evidencia para desvincular, sino que para generar oportunidades de cambio", asegura.

Los problemas más frecuentes, según su experiencia, son personas conflictivas o demasiado tímidas. "Sin manejo político dentro de la empresa", indica. A veces hay muy buenos técnicos, pero no han desarrollado las habilidades blandas, como la inteligencia emocional. Para eso están los coaches. "La punta del iceberg es que es conflictivo o tímido, pero uno empieza a ver detrás y, generalmente, el título de la canción es la dificultad en el desarrollo emocional, gente que ni siquiera reconoce que tiene sentimientos", señala.

Luz Eugenia se entrenó como coach en The Newfield Network, una de las empresas más prestigiosas del mercado, fundada por Julio Olalla, que junto a Fernando Flores, Rafael Echeverría y Humberto Maturana son considerados los "padres" del coaching en Chile. Olalla saltó a la luz pública cuando fue elegido por Michelle Bachelet para darle una charla motivacional a su primer gabinete en un cónclave que realizaron en Marbella, V Región.


En la sala de clases, unos veinte alumnos esperan impacientes que empiece la sesión de coaching. Son ejecutivos de importantes empresas, sicólogos, ingenieros, actores que se están entrenando en esta disciplina para después aplicarla dentro de sus compañías o en otras como coach profesionales. Delante del pizarrón hay dos personas. Empiezan a conversar. Sus voces son casi inaudibles. Paul, el profesor –y coach–, es experto en hipnosis. Su hablar es pausado, casi adormecedor. Mira a su coachee –llamémoslo Juan, ejecutivo de una empresa de materiales para la construcción– directamente a los ojos.

El calor en la sala es intoxicante.

Juan está atribulado. Viste de impecable negro y sus zapatos de punta cuadrada brillan. Tiene problemas en el trabajo. Se queja de que su jefe no le presta atención. Que a la empresa sólo le importa el negocio, no las personas. Que los cinco funcionarios que él tiene a su cargo empiezan a desmotivarse. Que lleva meses tratando de reunirse con su jefe para plantearle el problema, pero no lo recibe.

Juan habla con los brazos y las piernas cruzadas. En idioma "coach", ello significa que está a la defensiva, probablemente porque se siente incómodo contando las intimidades de su trabajo frente a los alumnos del diplomado de Coaching Integral que imparte la empresa Inpact, y que, mientras habla, toman apuntes.

–¿Qué quieres decir con todo esto? –le pregunta Paul.

–No valoran mucho a la gente. Al departamento de Recursos Humanos la gente le dice recursos inhumanos.

–¡Wow! –exclama Paul en su tono hipnótico.

–Lo sé. Es una palabra fuerte.

–Y ellos, ¿qué piensan de esto?

–No se pronuncian.

–Pero al no pronunciarse ya hay una comunicación.

–Es que no tengo acceso para conversar. Le he estado mandando mails todos los días a mi jefe y no hay resultado.

–Me dices "no tengo el acceso" y al mismo tiempo tienes el acceso. ¿Qué tipo de acceso no tienes?

–Él no se da el tiempo para: "okey, conversemos el problema".

–Qué opina tu señora de todo esto.

–Que es un mal jefe. Que es como las pelotas. Es complicado acercarse a él. Se aísla porque se siente cómodo con lo que estamos haciendo.

–¿Cumplen las metas?

–Sí

–Ahora –dice Paul– deja de ser tú y conviértete en tu jefe. Tú, como gerente ¿qué piensas de Juan? Háblale a Juan. (Paul le muestra con la mano dónde se ubica el Juan imaginario)

–No le hablaría, lo llamaría cuando tuviera un problema –dice Juan, incómodo con la propuesta.

–Okey, tienes un problema.

–Lo llamaría y le diría pasó esto y eso. Nada más.

–¿Nada más?

–Nada más.

Después de 50 minutos de tediosa conversación, los alumnos aplauden. Juan deja la sala, pero con un compromiso. De aquí a un mes encarará a su jefe. Es un riesgo que está dispuesto a tomar.

Se inicia el debate. Un alumno exclama que Juan va a tener problemas en cualquier empresa. Otro, que no habla el lenguaje de los negocios, que debiera irse a una fundación de beneficencia. Paul dice que la meta del, a estas alturas pobre Juan, es compleja porque implica cambios en otra persona: el jefe. Todos coinciden en que lo mejor es que se cambie de trabajo. Nada de esto se lo dijeron a Juan durante la sesión. En coaching nadie le dice al otro qué tiene que hacer.

En Newfield Network el foco está en el coaching transformacional y en equipos. "Es lo opuesto al aprendizaje informacional, que es cuando aprendes una técnica para hacer algo mejor, pero no cambia la persona. Aquí se trata de generar cambios personales. Y la manera de cambiar es a través de las conversaciones. Un buen diálogo te deja la sensación de qué rico, no soy igual que como entré", asegura la ingeniera civil Maricarmen Güell, gerenta general de The Newfield Network, que tiene clientes como Codelco, BancoEstado, CMPC-Tissue, ING, Chiquita y Epson, entre otros.

Según ella, el boom del coaching tiene que ver con las tensiones al interior de los equipos. "Desmotivación, desencanto, sufrimiento. Yo creo que en cualquier organización te van a contar que la gente adentro lo pasa mal. Hay una crisis de sentido que tiene que ver harto con la época", explica.

Maricarmen está sentada junto a su colega Aldo Calcagni, un filósofo de barba prominente, en la sala que usan para las sesiones de coaching en sus oficinas de Presidente Errázuriz. A simple vista parece la consulta de un sicólogo: dos sillones enfrentados y, sobre una mesita, un paquete de pañuelos desechables. "Porque estamos en época de resfríos y porque hay gente que llora cuando se conecta con lo que la hace sufrir", explica Maricarmen, mientras toma un té verde. "Puede que esto se parezca a la consulta de un sicólogo, pero todos saben que no lo es", sentencia Aldo. Para el filósofo, parte de las dificultades por las que pasan las personas no son patologías mentales, sino que ideas erradas sobre sí mismos, conflictos de valores.

La crisis de sentido, continúa Maricarmen, tiene mucho que ver con todas las tecnologías 24/7 (veinticuatro horas al día, siete días a la semana). "Estamos tan conectados todos con todos, que cuando alguien te manda un mail se enoja si no se lo contestaste tres horas después. Pero, al mismo tiempo, no le puedo decir te quiero a la persona que tengo al lado", asegura la ingeniera.

El trabajo de Maricarmen y Aldo consiste en facilitar las conversaciones dentro de las organizaciones. "Las conversaciones las vemos desde un lado muy especial, porque tiene que ver con el lenguaje, con el cuerpo y las emociones". Para estos profesionales del coaching, las personas son las mismas en la casa o en la oficina y lo que no funciona en un lugar repercute en el otro. Es la visión integral. Lo grafican así: "Ese juego en que éramos separables: mijita, no traiga las emociones acá a la empresa, ya dio todo lo que podía dar. El juego de hoy se llama conectarnos".

Ambos llegan al coaching personal tras realizar antes un trabajo en equipo, talleres fuera de Santiago para romper el hielo. Así, cada ejecutivo de la empresa tiene su propio coach, con quien se reúne cada dos o cuatro semanas en sesiones individuales durante seis meses. Aunque, aclaran, no hay fórmula: para cada empresa el programa es distinto. Un traje hecho por un sastre.

No es raro encontrarse con escépticos. Empleados que por órdenes del jefe tienen que someterse a estos programas donde se tocan temas íntimos y que simplemente no tienen ganas de colaborar o se sienten ridículos. "El discurso del escéptico es que no va a pasar nada, que esto no sirve para nada, pero en la primera conversación empieza a pasar algo distinto y ¡ups! esto funciona", cuenta Maricarmen. "Nosotros no vamos a una organización a decirles qué hacer. No somos expertos en minería o computación. Nosotros somos expertos en analizar las fracturas conversacionales", agrega Aldo. Nunca entregan un informe final, no hay papeles involucrados, sino que simplemente hacen que las cosas pasen, aseguran. Que la gente cambie. Y para bien.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Luis Angel Rojo: Un Profesor Ejemplar

Luis Ángel Rojo ha sido un extraordinario economista; un gestor brillante de la cosa pública y sobre todo contaba con un rasgo que le hacia especialmente singular: era un fabricante de instituciones. El andamiaje institucional del Banco de España, referente para el resto de organismos reguladores en nuestro país, lleva su sello; el Centro de Estudios Monetarios y Financieros (CEMFI), la principal escuela de formación de posgrado en finanzas, le tiene al él como inspirador; y FEDEA, la institución que me ha permitido tratarle estos últimos años y a la que le quiero dedicar estas líneas, es también creación suya.

Hace un cuarto de siglo, en un despacho de la calle Alcalá 50 de Madrid, sede del Banco de España, nació Fedea. En una hoja de papel emborronada por la letra de Luis Ángel Rojo, había una lista de los primeros patronos. José Vilarasau, Luis Valls, Pablo Garnica, Pedro Toledo, Emilio Botín, y algunos otros que representando las principales empresas privadas del país, compartían esta aventura. Un proyecto de generar un centro de investigación que aportara argumentos rigurosos e independientes al debate económico que comenzaba en nuestro país.

Nunca quiso, entiendo que para evitar una posible contaminación de la política, que el sector público estuviera representado en la institución más que por el Banco de España. E incluso en el caso del regulador financiero, sería un director general de esta entidad y no el propio Gobernador el que ostentaría la responsabilidad de Patrono. Con las cosas relevantes, D. Luis Ángel era bastante claro.

Hace algunos meses, la celebración de los 25 años de Fedea se transformó en buena medida en un homenaje al profesor Rojo, no solo como inspirador de la institución sino como un referente que llevaba un tercio de su vida vinculado de forma ininterrumpida a Fedea, primero como presidente del comité científico y posteriormente -cuando abandonó sus responsabilidades en el Banco de España- como patrono. D. Luis Angel, sentado en la ultima fila del empinado anfiteatro del Banco de España, que a más de uno nos resulta difícil bajar, rindió con su presencia un último servicio a la institución: testimoniar que a pesar de los errores que cometemos los que hoy llevamos adelante este proyecto, merece la pena -por el bien de nuestra sociedad- seguir apoyándolo.

Las instituciones se consolidan cuando sobreviven a sus creadores. Aquella hoja emborronada de hace 25 años, que ya incluía la célebre 'f' como anagrama de la casa, se ha convertido hoy en 650.000 citas en la red; centenares de economistas que se esfuerzan todos los días por trabajar con rigor se han vinculado de una u otra forma con este proyecto a lo largo de estos años. Hoy la disciplina de la economía y las entidades que tratamos de cultivarla somos lo que somos en nuestro país gracias a la labor de una persona extraordinaria en tantas dimensiones.

Descanse en paz.

martes, 24 de mayo de 2011

El Profesor Rojo : Un Gran Trabajo en tiempos de Aznar

La accidentada salida de Rubio aupó a Rojo al cargo de gobernador. Y la más formidable batalla financiero-política que vivió de cerca la desencadenó él mismo al decidir, el 28 de diciembre de 1993, la intervención de Banesto, con la consiguiente separación de Mario Conde de todas sus responsabilidades. Hubo muchas maniobras para desprestigiar su decisión, pero lo cierto es que Rojo y todo su equipo salieron indemnes y pudieron contar con un apoyo generalizado, desde el sector bancario a las fuerzas políticas. Rojo también realizó una aportación decisiva al establecimiento de una política monetaria al servicio de la estabilidad y pilotó el banco central español en el histórico proceso de integración en la Unión Económica y Monetaria, que llevó al Banco de España a convertirse en parte del Sistema Europeo de Bancos Centrales (SEBC) a partir de la creación del euro, en

1999. Al dejar el Banco de España en julio de 2000, fue designado miembro del comité de sabios de la UE, que presidía el belga Alexander Lamfalussy.

El Profesor Luis Angel Rojo: Un año de Macro en Somosaguas

El ‘profesor Rojo’ mantuvo una vocación por el magisterio ampliamente reconocida. Le indignó que la ley de Incompatibilidades le apartara de la cátedra por desempeñar funciones en el instituto emisor. ¿Quién sale ganando cuando nos alejan de la facultad?, se quejaba. La política le inspiró escaso entusiasmo, pero aprendió a convivir con los políticos. Fue mentor económico de los presidentes Adolfo Suárez y Felipe González durante sus mandatos pero, desde su punto de vista, estas relaciones se anclaban más en su vocación didáctica que en el deseo de ejercer influencia. "Yo, desde el Estado, lo que he querido siempre ha sido hacer el país más libre", repetía Rojo en justificación a su trayectoria.

Luis Angel Rojo: Un Profesor Ejemplar por su Claridad

El exgobernador del Banco de España Luis Ángel Rojo, considerado uno de los impulsores de la modernización económica de España en las últimas décadas del siglo XX, falleció este martes a los 77 años, confirmaron a Efe fuentes próximas al economista.

Licenciado en derecho y doctor en Ciencias Económicas por la Universidad Complutense de Madrid fue gobernador del Banco de España desde 1992 a 2000. Desde abril de 2005 era consejero independiente del Banco Santander.

Nacido en Madrid en 1934, dedicó cerca de una veintena de años a dirigir la cátedra de Teoría Económica (1966-1985) de la Universidad Complutense. En el Banco de España comenzó su andadura en 1971, cuando fue nombrado director general de Estudios, cargo que ocupó hasta 1988. Ese año fue nombrado subgobernador, puesto que desempeñó durante un cuatrienio.

Rojo asiste a las primeras fusiones relevantes de la banca española (Bilbao y Vizcaya y Central e Hispano), contempla las crisis del Sistema Monetario Europeo tras la unificación alemana y decide la intervención de Banesto. Ha sido reconocido como uno de los promotores de la transformación de la economía española en las décadas de los 80 y 90, que permitieron el ingreso de España en la Unión Monetaria. También se apunta entre sus méritos que la banca española se haya colocado entre las más eficientes del mundo

El camino del euro

Cuando tomó las riendas de la política monetaria española en 1992 en sustitución de Mariano Rubio -que renunció a renovar su mandato al estar implicado en el "caso Ibercorp"-, Rojo encaminó sus esfuerzos a conseguir la participación de España en la moneda única.

Su contribución directa en este proceso comienza en 1988 al ser nombrado subgobernador, cargo desde el que colabora en la confección del programa de convergencia del Ejecutivo socialista. En 1994, dos años después de ser nombrado gobernador, entra en vigor la norma que garantiza la autonomía del Banco de España.

Durante ese tiempo, recomienda sin descanso reducir el peso del Estado, propugna las privatizaciones, la reforma del mercado de trabajo, la contención salarial y la liberalización de sectores intervenidos o poco abiertos a la competencia. Hasta la entrada en vigor de la moneda única y el traspaso de la política monetaria al Banco Central Europeo (BCE), Rojo trabaja para que las grandes magnitudes de la economía española cumplan los criterios de convergencia.

Miguel Lamet: Expulsión de Los Jesuitas

El hasta hace poco embajador ante la Santa Sede, el socialista Francisco Vázquez y los historiadores Isidoro Pinedo e Inmaculada Fernández Arrillaga, catedráticos de la Universidad de Deusto y Alicante respectivamente, junto a José Ramón Busto, rector de la Universidad Comillas, presentarán la nueva novela histórica de Pedro Miguel Lamet, El último jesuita (La dramática persecución contra la Compañía de Jesús en tiempos de Carlos III), publicada por La Esfera de los Libros. El acto que tendrá lugar en Madrid el próximo 9 de mayo en la sala de conferencias de ICADE. Lamet, conocido por su labor periodística y por sus 37 libros publicados, ha cultivado con mayor incidencia en los últimos años la novela histórica. En esta ocasión aborda una de las épocas más oscuras y apasionantes de la historia de España y de la Compañía de Jesús.
-¿Por qué el tema de la expulsión y extinción de los jesuitas en el siglo de XVIII?
-Se trata de una época fascinante , una tremenda historia de intolerancia, y un atropello contra seres humanos comparable a la expulsión de los moriscos y judíos, realizado además por un monarca católico y de comunión diaria.
-¿Hay hoy día suficiente investigación histórica para esclarecer los términos del conflicto?
-Mucha, pero muy dispersa y confusa. Son monografías excelentes, aunque parciales. Tanto que durante años no me atreví a abordar un tema tan discutido y prolijo. Abarca, por ejemplo, su detención militar al mismo día y la misma hora, los tremendos viajes de los expulsos desde América, el motín de Esquilache, el acoso y derribo del papa Clemente XIV, que había sido elegido con la condición de cargarse a los jesuitas; los encarcelados en Portugal y El Puerto de Santa María y un sin fin de intrigas y ambiciones. No existe ni siquiera un manual que intente abarcarlo todo.
-¿Por qué una novela y no un libro de Historia?
-Una monografía histórica se caería de las manos para un lector de calle. Procuro que mis novelas sea muy rigurosas. Me limito a la puesta en escena y la vertebradura narrativa.
-Sin chafar el desenlace, ¿cuál es en síntesis su argumento?
-Cuenta la vida de dos hermanos gallegos, hijos del secretario del Consejo de Estado de Carlos III. Los dos estudian en el colegio de La Coruña e ingresan en el noviciado de Villagarcía. Uno, Mateo, el protagonista, abandona la Orden, y, por amor de su hermosa prima, dama de la Corte, se ve inmerso en la pesquisas secretas de los ministros Roda, Aranda y Campomanes, y en las ulteriores intrigas vaticanas de Floridablanca. Javier, su hermano persevera en la Compañía y vive en propia carne el drama de la expulsión y supresión.
-¿Cual era la verdadera causa por lo que esos ministros odiaban a muerte a los hijos de San Ignacio?
-Eran "manteistas", alumnos no pertenecientes a la nobleza, que por fin habían alcanzado el poder, frente a los "colegiales", que lo habían ostentando antes. La corte estaba dividida en projesuitas y antijesuitas. Estos últimos, junto al confesor franciscano Gilito, padre Osma convencieron al rey y organizaron todo.
-Y Carlos III, del que se dice que era tan pío, ¿cómo se atrevió? ¿Cuáles eran las razones que se guardó en su "real pecho"?
-La más potente, el miedo. Sus colaboradores le persuadieron de que el Motín de Esquilache había sido provocado por los jesuitas. De modo que huyó aterrorizado a Aranjuez sin querer regresar durante meses a Madrid. Otra poderosa razón fue el regalismo, la feroz autonomía religiosa frente a Roma del Despotismo Ilustrado, y también cuarto voto jesuítico de obediencia al Papa. La peor influencia la ostentó Tanucci, el amigo italiano del rey en cartas casi diarias desde Nápoles.
-¿Cómo el Papa se dejó persuadir por las cortes borbónicas?
-Las sucesivas expulsiones de Portugal, Francia y España y las continuas amenazas de los borbones, incluso de llegar a invadir los territorios pontificios acabaron por doblegarle. Clemente XIV murió persuadido de los jesuitas iban a envenenarle. Pero está probado y reconocido incluso por los mismo enemigos de la Compañía, que el único veneno que acabó con el papa y fraile franciscano Galgagnani fue su obsesión, el miedo.
-El embajador español ante la Santa Sede, Floridablanca, ¿llegó a ser tan poderoso?
-Lo prueba la numerosa correspondencia que se conserva con Madrid. Además compró con dinero, regalos, mitras y sobornos al confesor del Papa y a sus más cercanos colaboradores.
-¿Cuantos años estuvo la Compañía canónicamente suprimida? ¿Cómo logró cierta supervivencia?
-Estuvo extinguida en la Iglesia por el breve Dominus ac Redemptor durante cuarenta años (1773-1814) hasta que la restableció Pío VII. Mientras tanto, un retén sobrevivió en la Rusia Blanca, porque la zarina Catalina se negó a suprimirla en sus territorios. De aquel rescoldo brotaría años después la renacida orden.
-¿Cuáles son en tu novela los momentos más dramáticos de esa historia?
-La detención a bayoneta calada y la expulsión en cuatro flotas de la Marina en 1767 de España, América y Filipinas; la navegación increíble, sin que el Papa les permitiera desembarcar en los Estados Pontificios; la angustiosa vida de los expulsos en Córcega y Bolonia; el control férreo del gobierno, a través de una "pensión real", a los desterrados y el momento en que el Papa firma su supresión.
-Pero los jesuitas eran entonces muy poderosos. ¿Qué cuota de culpa tuvieron en estos hechos?
-Efectivamente la Orden estaba en su cenit de apogeo e influjo en Roma y el mundo, como confesores de reyes, e intelectualmente por sus universidades y colegios. Influían también los celos del clero y otros religiosos; las cuestiones teológicas como el jansenismo, la doctrina del tirinacidio del padre Mariana, los intentos de beatificar a Palafox, la publicación de la famosa novela "Fray Gerundio" del padre Isla, y sobre todo las calumnias a cerca de las Reducciones jesuitas de América. Los borbones llegaron a creerse las calumnias de que estos religiosos tenían preparado un "ejército de esclavos" en el Paraguay para invadir Europa e incluso un rey de sus misiones en la persona de un hermano coadjutor, que llamaron Nicolás I.
-La Iglesia y la sociedad española actuales, ¿tienen algún parecido con las de aquella época?
-Hoy, afortunadamente gozamos de separación entre Iglesia y Estado. Los gobiernos no tienen tanto influjo en la elección de un Papa, cuyo poder, pese a su prestigio moral, es ahora más espiritual que temporal. Pero hay entre nosotros un resurgir del clericalismo y anticlericalismo que fomenta el odio y da que pensar. Los obispos españoles no han acabado de creerse y aceptar la aconfesionalidad, lo que les mantiene a la defensiva y alineados prácticamente con la derecha política. Eso por otra parte es aprovechado por cierto laicismo militante, que cuenta con un muñeco fácil de caricaturizar al que lanzarle sus dardos.
-¿Cuál es la conclusión de su libro?
-Que los mejor de aquellos hombres injustamente maltratados por el Estado fue su amor al Jesús del Evangelio en medio de terribles dificultades y la fidelidad a la espiritualidad de San Ignacio, que decía que les bastaban quince minutos de oración para quedarse tranquilo si la Compañía "se disolviera con sal en el agua". Se percibe en los diarios que se conservan, sobre todo el monumental de treinta tomos del padre Luengo.
-¿Por qué los jesuitas han sido varias veces expulsados de España a través de la historia y han tenido conflictos también con la Santa Sede?
-Los motivos son diversos según las circunstancias de cada época. La razón de fondo siempre es la misma: trabajar en las fronteras de la fe y la cultura, y una independencia de criterio, cuya base en mi opinión está en el despertar interior y la libertad de espíritu que proporcionan los Ejercicios de San Ignacio.
-¿Alguna semejanza con el reciente caso de los Legionarios?
-Ni la más mínima. Entonces jamás se mencionó, entra las causas de le extinción. motivos de escándalo en su conducta moral, reconocida de todos como intachable. El propio Papa en el breve con que intenta borrarlos del mapa llega a sugerir que lo hace por presión de las cortes borbónicas. Su único pecado a mi entender fue cierto orgullo de cuerpo y el poder que da la cultura. Jamás, a pesar de buscarlo de forma incansable, llegaron a dar con el tan traído y llevado "tesoro de los jesuitas". Eso sí, se malvendió su tesoro cultural de bibliotecas y obras de arte.

sábado, 21 de mayo de 2011

Carolina Coronado

Nació el 12 de diciembre de 1823 en Almendralejo (Badajoz). De formación autodidacta. En el año 1848 se radica en Madrid, donde contrajo matrimonio con un diplomático. Su residencia se convirtió en uno de los salones más importantes de Madrid, centro de una activa vida intelectual, cultural y artística. Vivió en Estados Unidos, y realizó viajes por Europa y América.
En su obra, de claro estilo romántico, consigue unas composiciones con una gran carga de sensualidad, muy próximas al naturalismo; como en su poema más conocido: El amor de los amores. Su obra poética está recogida en Poesías (1843); autora también dos obras de teatro Alfonso IV de León y Petrarca, y las novelas Paquita (1850) y La Sigea (1854).



LA ROSA BLANCA


¿Cuál de las hijas del verano ardiente,
Cándida rosa, iguala a tu hermosura,
la suavísima tez y la frescura
que brotan de tu faz resplandeciente?

La sonrosada luz de alba naciente
no muestra al desplegarse más dulzura,
ni el ala de los cisnes la blancura
que el peregrino cerco de tu frente.

Así, gloria del huerto, en el pomposo
ramo descuellas desde verde asiento;
cuando llevado sobre el manso viento

a tu argentino cáliz oloroso
roba su aroma insecto licencioso,
y el puro esmalte empaña con su aliento.

Carolina Coronado

“Carolina Coronado: un universo romántico” es la nueva exposición que ocupa la Sala de las Musas del Museo de la Biblioteca Nacional. Un especial homenaje a esta destacada escritora del Romanticismo español con motivo del centenario de su muerte.

Una escritora a la que la Biblioteca Nacional trata de acercar al gran público, mostrando tanto su perfil literario como personal.

Carolina Coronado Romero de Tejada (1820-1911), de cuya belleza y la admiración que despertaba dejaron testimonio tanto el pintor Federico Madrazo, como algunos escritores románticos contemporáneos. Con inquietud literaria desde muy joven, Carolina Coronado se rodea e introduce pronto en el grupo de escritores progresistas y románticos, siendo su residencia madrileña punto de reunión y tertulia. Pese a la censura, Carolina Coronado consiguió publicar sus obras en revistas y periódicos. Autora polifacética, Carolina escribió tanto poesía como novela y teatro, llegando a estrenar una de sus obras teatrales, “El cuadro de la esperanza” (1846).

El Museo de la Biblioteca Nacional presenta en las vitrinas de la Sala de las Musas, una sala destinada a mostrar piezas únicas, las obras de Carolina Coronado, así como otros documentos de gran interés conservados en la Biblioteca. Así, se expone la correspondencia que Carolina mantuvo con uno de sus maestros, Juan Eugenio de Hartzenbusch, destacado representante del drama romántico y autor de "Los amantes de Teruel"(1837). Unas cartas en las que la escritora deja un vivo testimonio tanto de sus intereses literarios como de su visión sobre otros aspectos de la época que le tocó vivir.

Una muestra que es espejo de una época en la que la mujer tenía que salvar innumerables prejuicios para participar en la vida pública y abandonar, siquiera esporádicamente, las restringidas parcelas de la vida doméstica a las que se reducía su vida cotidiana. Carolina Coronado es una de esas mujeres que, a través de la literatura y la política, consiguió la admiración y el respeto de los intelectuales de su época, siendo ya reivindicada su figura en el siglo XX por su sobrino Ramón Gómez de la Serna en su libro “Mi tía Carolina Coronado”, publicada en 1935.

La exposición “Carolina Coronado: un universo romántico” permanecerá abierta al público del 10 de mayo al 25 de septiembre de 2011 en la Sala de las Musas del Museo de la Biblioteca Nacional.

Poesía de Carolina Coronado
A dónde estáis, consuelo de mi alma (1840)


¿A dónde estáis, consuelos de mi alma,
cantoras de esta edad, hermanas mías,
que os escucho sonar y nunca os veo,
que os llamo y no atendéis mi voz amiga?
¿A dónde estáis, risueñas y lozanas
juveniles imágenes queridas?...
Yo quiero veros, mi tristeza acrece
la soledad mi padecer irrita;
a darme aliento a mitigar mi pena
venid, cantoras, con las sacras liras.
He visto alguna vez que al cuerpo herido
flores que sanan con su jugo aplican,
de mi espíritu triste a la dolencia
yo le aplicara la amistad que alivia.
Flores, que la salud de pobre enferma
pudierais reanimar con vuestra vista,
¿por qué estáis de la tierra en el espacio,
colocadas tan lejos de mi vida?...
Ése es, cantoras, de infortunio el colmo,
ésa en el mundo la mayor desdicha;
sufrir el mal, adivinar remedio
y no lograrlo cuando el bien nos brinda.—
No he de lograrlo sola y olvidada,
como el espino en la ribera umbría,
de mi cariño las lozanas flores
lejos de la amistad caerán marchitas.
Nunca os veré; mi estrella indiferente
no marca en mi vivir grandes desdichas,
pero tampoco ¡ay Dios! grandes placeres,
tampoco venturosas alegrías.
¿Qué valen las desgracias si a sus horas
de tormentoso afán sigue la dicha?
Es menos bella la existencia, hermanas,
pálida, melancólica, indecisa;
que no tenga un azar de los que rinden
ni una felicidad de las que animan.
¡A Dios, auras de abril, rosas de mayo,
cantoras bellas de la patria mía!
Yo no puedo estrecharos en mis brazos,
yo no puedo besar vuestras mejillas;
pero al ardiente sol mando un suspiro
y a la luna, al lucero y a la brisa
para que allá, donde en la tierra os hallen,
lo lleven en sus alas fugitivas.
¿Qué dais, hermanas, de mi amor en pago?
Dadme canciones tiernas y sencillas
reflejo puro de las almas vuestras,
consuelo activo de las ansias mías;
y así podré exclamar «¡nunca las veo,
sin verlas moriré, mas logro oírlas!»