domingo, 30 de marzo de 2014

Mario Vargas LLosa 55 años de su primer libro

55 años del primer libro

Hace 55 años Vargas Llosa publicó su primer libro: Los jefes. Un volumen de cuentos, escritosentre 1953 y 1958, la mayoría escritos cuando estudiaba en San Marcos, en Lima. Un género sobre el que nunca más ha publicado, a pesar de que le gusta mucho. Pero cuando ha intentado escribir un relato este se le convierte en novelas como Pantaleón y las visitadoras yLos cachorros, o en capítulos de novelas en obras como La tía Juia y el escribidor. “Son historias que se me crecen y una vez empiezo a escribirlas rompen la moldura del cuento. O algunos cuentos también me inspiran obras de teatro”.
Pero el primer texto literario que publicó fue el relato El abuelo, en el periódico El Comercio, de Lima, en 1956. Un cuento, recuerda Vargas Llosa, cruel, de un viejo perverso que quiere vengarse de su nieto. Una historia y temática, entre el terror y lo gótico, que poco tendría que ver con el escritor que en 2010 ganaría el Nobel de Literatura. Su último acercamiento al género ha sido a través de Bocaccio y su Decamerón del que hace una adaptación teatral titulada Los cuentos de la peste.  Ahora, cuando está llegando al final de su versión, ensalza aún más la maestría cuentística del escritor italiano: "Hay que ver lo maravillosos que son, y aunque fueron escritos hace seis siglos es admirable su vigencia". Y antes de estos relatos abordó Las mil y una noches, también para el teatro. Piezas que se suman a completar una obra junto a novelas como La ciudad y los perros, La casa verde, Conversación en La Catedral, La guerra del fin del mundo, Lituma en los Andes, La fiesta del Chivo y El héroe discreto.

sábado, 22 de marzo de 2014

Alberto Dominguez Mataro 1975

 lo ve el todavía joven escritor Alberto Domínguez (Mataró, 1975), licenciado en Filosofía y autor de un primer libro Cioran, manual de antiayuda, un curioso, interesante y terapéutico volumen recién publicado por la editorial Al revés.
Domínguez confiesa en el prólogo que el filósofo y escritor rumano Emil Cioran, cuya larga vida se extendió a lo largo de casi todo el siglo XX, le ha servido de báculo y guía durante todo el tiempo que ha empleado en sus lecturas, primero, y en su asimilación, después. Que constantemente tenía la impresión de que Cioran leía en lo profundo de su alma y era capaz de explicarle no sólo lo que pensaba o sentía, sino lo que pasaba a su alrededor, con su generación, con la literatura, la filosofía, el marxismo, el fascismo, las guerras mundiales, el resto del mundo.
Convencido de que esos beneficios intelectuales con que Cioran --siempre sincero, doloroso y lúcido, alegre en la tristeza, burlón en la adversidad-- iluminaba su propio pensamiento, Domínguez ha querido devolvcrle el favor escribiendo su propio, poético e irónico manual de antiayuda, inspirado en los adagios, paradojas, parábolas y teorías del gran Cioran.
El filósofo rumano salvó no una crisis, sino muchas, y de distinta índole: económicas, intelectuales, personales... Ojalá que Alberto Domínguez ayude también a muchos lectores a salvar, eludir o remontar las suyas.

Byung-Chul Han nació en 1959 en Seúl

No es extraño que Alemania, el país que ha producido mentes como las deKantHegelNietzsche o Marx, tenga devoción por la filosofía, lo inusual es que la nueva revelación del pensamiento alemán —tronco inevitable del pensamiento occidental moderno— sea un autor oriental que cuando era un treintañero cambióCorea del Sur por Europa. Hoy loslibros de ese autor, Byung-Chul Han, son prestigiosos superventas en un país que todavía discute apasionadamente a sus filósofos vivos, sean Jürgen HabermasPeter Sloterdijk o Richard David Precht. Han ya es uno de ellos.
Byung-Chul Han nació en 1959 en Seúl y allí estudió metalurgia, pero pronto llegó a la conclusión de que con aquello no iba a ninguna parte. La carrera ni siquiera le interesaba. Decidió instalarse en Alemania y estudiar literatura, aunque acabó interesado en la filosofía. En 1994 se doctoró por la Universidad de Múnich con una tesis sobre Martin Heideggery poco después se estrenó comoprofesor universitario tras haber obtenido la habilitación en Basilea. Actualmente enseña Filosofía en la Universidad de las Artes de Berlín después de ejercer en la Escuela Superior de Diseño de Karlsruhe al lado de Sloterdijk, que no ha evitado polemizar con el que muchos consideran su sucesor en el trono simbólico de la filosofía germana.
En los últimos meses se han publicado en España dos libros de Han—La sociedad del cansancio y La sociedad de la transparencia—, en abril aparecerá un tercero —La agonía de Eros (en la editorial Herder, como los anteriores)— y varios más serán traducidos pronto. En ellos analiza los males del presente: el hombre contemporáneo, sostiene el filósofo, ya no sufre de ataques virales procedentes del exterior; se corroe a sí mismo entregado a la búsqueda del éxito. Un recorrido narcisista hacia la nada que lo agota y lo aboca a la depresión. Es la consecuencia insana de rechazar la existencia del otro, de no asumir que el otro es la raíz de todas nuestras esperanzas. Más aún, solo el otro da pie al eros y es precisamente el eros el que genera el conocimiento.
La entrevista se celebra en el Café Liebling, situado en la berlinesa Raumerstrasse, en Prenzlauer Berg, un barrio que ha pasado en poco tiempo de bohemio a aposentado. Suena una música ambiental suave que los camareros no tienen problema en suavizar aún más para evitar interferencias en la grabación de la charla. Han es puntual a la cita. Se sienta y pide café. La primera pregunta es sobre la relación directa que él establece entre el eros y el pensamiento. Mira al entrevistador, se mira las manos, se mesa el cabello, calla. Al cabo de unos segundos empieza a hablar: “Creo que para responder a eso necesitaría antes pensar durante un par de semanas”. En apariencia deja el asunto de lado, aunque lo abordará al final de la entrevista. No tiene prisa. Se toma su tiempo. Para todo. “Cuando llegué a Alemania, ni siquiera conocía el nombre de Martin Heidegger”, cuenta. “Yo quería estudiar literatura alemana. De filosofía no sabía nada. Supe quiénes eranHusserl y Heidegger cuando llegué a Heidelberg. Yo, que soy un romántico, pretendía estudiar literatura, pero leía demasiado despacio, de modo que no pude hacerlo. Me pasé a la filosofía. Para estudiar a Hegel la velocidad no es importante. Basta con poder leer una página por día”.
El esclavo de hoy es el que ha optado por el sometimiento. Uno se ve libre y se explota a sí mismo hasta el colapso
Cualquier cosa menos volver a la metalurgia que había dejado en Corea. “Al final de mis estudios me sentí como un idiota. Yo, en realidad, quería estudiar algo literario, pero en Corea ni podía cambiar de estudios ni mi familia me lo hubiera permitido. No me quedaba más remedio que irme. Mentí a mis padres y me instalé en Alemania pese a que apenas podía expresarme en alemán”.
Inició un proceso de aprendizaje del idioma y de nuevas materias que le permitieran comprender los problemas que aquejan al hombre de hoy. Explicarlo es el objetivo de sus libros. A diferencia de lo que ocurría en tiempos pasados, cuando el mal procedía del exterior, ahora el mal está dentro del propio hombre, subraya Han: “La depresión es una enfermedad narcisista. El narcisismo te hace perder la distancia hacia el otro y ese narcisismo lleva a la depresión, comporta la pérdida del sentido del eros. Dejamos de percibir la mirada del otro. En uno de los últimos textos que he escrito insisto en que el mundo digital es también un camino hacia la depresión: en el mundo virtual el otro desaparece”. ¿Hay posibilidades de vencer ese estado depresivo? “La forma de curar esa depresión es dejar atrás el narcisismo. Mirar al otro, darse cuenta de su dimensión, de su presencia”, sostiene. “Porque frente al enemigo exterior se pueden buscar anticuerpos, pero no cabe el uso de anticuerpos contra nosotros mismos”.
Para precisar lo que sugiere recurre a Jean Baudrillard: el enemigo exterior adoptó primero la forma de lobo, luego fue una rata, se convirtió más tarde en un escarabajo y acabó siendo un virus. Hoy, sin embargo, “la violencia, que es inmanente al sistema neoliberal, ya no destruye desde fuera del propio individuo. Lo hace desde dentro y provoca depresión o cáncer”. La interiorización del mal es consecuencia del sistema neoliberal que ha logrado algo muy importante: ya no necesita ejercer la represión porque esta ha sido interiorizada. El hombre moderno es él mismo su propio explotador, lanzado solo a labúsqueda del éxito. Siendo así, ¿cómo hacer frente a los nuevos males? No es fácil, dice. “La decisión de superar el sistema que nos induce a la depresión no es cosa que solo afecte al individuo. El individuo no es libre para decidir si quiere o no dejar de estar deprimido. El sistema neoliberal obliga al hombre a actuar como si fuera un empresario, un competidor del otro, al que solo le une la relación de competencia”.
Retomando la idea hegeliana de la dialéctica del amo y del esclavo, Byung-Chul Han denuncia que “el esclavo de hoy es el que ha optado por el sometimiento”. Y lo ha hecho a cambio de un modo de vida escasamente interesante, “la mera vida, frente a la vida buena”, dice, casi pura supervivencia. A cambio de eso, el hombre cede su soberanía y su libertad. Pero lo más llamativo es que el propio amo ha renunciado también a la libertad al convertirse en explotador de sí mismo. Ha interiorizado la represión y se ve abocado al cansancio y la depresión. Pero el cansancio y la depresión no se pueden interpretar como alienación, en el sentido tradicional marxista. “Solo la coerción o la explotación llevan a la alienación en una relación laboral. En el neoliberalismo desaparece la coerción externa, la explotación ajena. En el neoliberalismo, trabajo significa realización personal u optimización personal. Uno se ve en libertad. Por lo tanto, no llega la alienación, sino el agotamiento. Uno se explota a sí mismo, hasta el colapso. En lugar de la alienación aparece una autoexplotación voluntaria. Por eso, la sociedad del cansancio como sociedad del rendimiento no se puede explicar con Marx. La sociedad que Marx critica, es la sociedad disciplinaria de la explotación ajena. Nosotros, en cambio, vivimos en una sociedad del rendimiento de autoexplotación”. El hombre se ha convertido en un animal laborans, “verdugo y víctima de sí mismo”, lanzado a un horizonte terrible: el fracaso.
Como todo buen romántico, Han encuentra la solución en el amor. Hay que negar el presente represivo y aceptar la existencia del otro y, de su mano, la posibilidad del amor. Un buen ejemplo es la películaMelancolía, de Lars von Trier. En ella aparece Justine, un personaje deprimido “porque es incapaz de amar. La depresión aparece como una imposibilidad de amor. Pero Justine alcanza a salir de la depresión gracias a la aparición de un planeta que va a destruir la Tierra. Es la amenaza de esa catástrofe la que le permite curarse de la depresión porque la hace capaz de percibir la existencia del otro. Primero, el otro es el planeta y luego los demás. Y al salir de la depresión se siente capaz de amar, de recuperar el sentimiento del eros”. Y es que “el eros es la condición previa del pensamiento. Sin el deseo hacia un ser amado que es el otro, no hay posibilidad de filosofía”.
Mientras Grecia y España están en ‘shock’ por la crisis, se endurecen la competencia descarnada y los despidos
Hay una relación directa entre eros y logos que pasa por descubrir al otro. Sin eso no hay posibilidad de verdad. El eros tiene una relación vital con el pensar. El logos sin eros sería pensamiento puro. Así termina La agonía de Eros, recuerda: “El pensamiento en sentido enfático comienza bajo el impulso de eros. Es necesario haber sido amigo, amante para poder pensar. Sin eros, el pensamiento pierde la vitalidad y se hace represivo”. Ahí está el ejemplo de Alcibíades, que accede al conocimiento gracias a la seducción que Sócrates ejerce sobre él. “Siempre se había pensado que el eros estaba excluido, pero es condición para el pensamiento”, insiste. “Es el amigo el que introduce una relación vital que hace posible el pensar”. Por el contrario, “la falta de relación con el otro es la principal causa de la depresión. Esto se ve agudizado hoy en día por los medios digitales, las redes sociales”. La soledad, la incapacidad para percibir al otro, su desaparición.
No hay, sin embargo, que confundir la seducción con la compra. “Creo que no solo Grecia, también España, se encuentran en un estado deshock tras la crisis financiera. En Corea ocurrió lo mismo, tras la crisis de Asia. El régimen neoliberal instrumentaliza radicalmente este estado de shock. Y ahí viene el diablo, que se llama liberalismo o Fondo Monetario Internacional, y da dinero o crédito a cambio de almas humanas. Mientras uno se encuentra aún en estado de shock, se produce una neoliberalización más dura de la sociedad caracterizada por la flexibilización laboral, la competencia descarnada, la desregularización, los despidos”. Todo queda sometido al criterio de una supuesta eficiencia, al rendimiento. Y, al final, explica, “estamos todos agotados y deprimidos. Ahora la sociedad del cansancio de Corea del Sur se encuentra en un estadio final mortal”.
En realidad, el conjunto de la vida social se convierte en mercancía, en espectáculo. La existencia de cualquier cosa depende de que sea previamente “expuesta”, de “su valor de exposición” en el mercado. Y con ello “la sociedad expuesta se convierte también en pornográfica. La exposición hasta el exceso lo convierte todo en mercancía. Lo invisible no existe, de modo que todo es entregado desnudo, sin secreto, para ser devorado de inmediato, como decía Baudrillard”. Y lo más grave: “La pornografía aniquila al eros y al propio sexo”. La transparencia exigida a todo es enemiga directa del placer que exige un cierto ocultamiento, al menos un tenue velo. La mercantilización es un proceso inherente al capitalismo que solo conoce un uso de la sexualidad: su valor de exposición como mercancía.
Lo propio ocurre en la exigencia de transparencia en la política: “La transparencia que se exige hoy en día de los políticos es cualquier cosa menos una demanda política. No se pide la transparencia para los procesos de decisión que no interesan al consumidor. El imperativo de transparencia sirve para descubrir a los políticos, para desenmascararlos o para escandalizar. La demanda de transparencia presupone la posición de un espectador escandalizado. No es la demanda de un ciudadano comprometido, sino de un espectador pasivo. La participación se realiza en forma de reclamaciones y quejas. La sociedad de la transparencia, poblada de espectadores y consumidores, es la base de una democracia del espectador”.
La exigencia de transparencia, acompañada del hecho de que el mundo es un mercado, hace que los políticos no acaben siendo valorados por lo que hacen, sino por el lugar que ocupan en la escena. “La pérdida de la esfera pública genera un vacío que acaba siendo ocupado por la intimidad y los aspectos de la vida privada”, afirma. “Hoy se oye a menudo que es la transparencia la que pone las bases de la confianza. En esta afirmación se esconde una contradicción. La confianza solo es posible en un estado entre conocimiento y no conocimiento. Confianza significa, aun sin saber, construir una relación positiva con el otro. La confianza hace que la acción sea posible a pesar de no saber. Si lo sé todo, sobra la confianza. La transparencia es un estado en el que el no saber ha sido eliminado. Donde rige la transparencia, no hay lugar para la confianza. En lugar de decir que la transparencia funda la confianza, habría que decir que la transparencia suprime la confianza. Solo se pide transparencia insistentemente en una sociedad en la que la confianza ya no existe como valor”. Un ejemplo de esta contradicción es el Partido Pirata que se presenta a sí mismo como el de la transparencia, lo que en realidad equivale a una propuesta de despolitización. “Se trata, en realidad, de un antipartido”, afirma Han.
Y se ha diluido también la “verdad”, porque en la sociedad de la transparencia lo que importa es la apariencia. Parte de su discurso recuerda el de los situacionistas franceses de los sesenta, que sostenía que la historia podía explicarse por el predominio de los verbos que explican las cosas. En la antigüedad, lo importante era el ser, pero el capitalismo impuso el tener. En la actual sociedad del espectáculo, sin embargo, domina la importancia del parecer, de la apariencia. Así lo resume Han: “Hoy el ser ya no tiene importancia alguna. Lo único que da valor al ser es el aparecer, el exhibirse. Ser ya no es importante si no eres capaz de exhibir lo que eres o lo que tienes. Ahí está el ejemplo de Facebook, para capturar la atención, para que se te reconozca un valor tienes que exhibirte, colocarte en un escaparate”. Y el mundo de la apariencia se nutre de las aportaciones de los medios de comunicación. Pero hay una gran diferencia entre el saber, que exige reflexión y hondura, y el conocer, que no aporta verdadero saber. “La acumulación de la información no es capaz de generar la verdad. Cuanta más información nos llega, más intrincado nos parece el mundo”.

jueves, 20 de marzo de 2014

Adele Someone LIKE YOU

"Someone Like You"

He oído que estás sientes la cabeza 
que encontraste a una chica y estás casado ahora. 
He oído que sus sueños se hicieron realidad. 
Supongo que ella te dio cosas que yo no os la doy. Viejo amigo, ¿por qué eres tan tímido? No es como usted sostenga la espalda o esconderse de la luz. Odio aparecer de la no invitada azul Pero yo no podía permanecer lejos, no podía luchar contra él. Tenía la esperanza de verte la cara y que que le recordaráque para mí no ha terminado. No importa, voy a encontrar a alguien como tú Deseo todo lo mejor para ti también no me olvides, te lo ruego Recuerdo que usted dijo, "A veces eres dura en el amor pero a veces me duele en cambio, a veces eres dura en el amor, pero a veces me duele en cambio " Sabes cómo el tiempo vuela Ayer fue el tiempo de nuestras vidas Nacimos y crecimos en una bruma de verano Obligado por la sorpresa de nuestros días de gloria Odio a aparecer de la sin invitación azul Pero yo no podía permanecer lejos, no podía luchar contra él. Tenía la esperanza de verte la cara y que te gustaría ser recordado Eso para mí no ha terminado . No importa, voy a encontrar a alguien como tú Deseo todo lo mejor para ti también no me olvides, te lo ruego Recuerdo que usted dijo, "A veces eres dura en el amor, pero a veces me duele en cambio." No hay nada comparable Sin preocupaciones o le importa Regrets y errores Son recuerdos hechos. ¿Quién hubiera sabido que esto agridulce sabor? No importa, voy a encontrar a alguien como tú Deseo todo lo mejor para ti también No me olvides, te lo ruego me acuerdo de ti dijo: "A veces eres dura en el amor, pero a veces me duele en cambio." No importa, voy a encontrar a alguien como tú me quieres sólo lo mejor para ti también No me olvides, te lo ruego Recuerdo que usted dijo, "A veces es dura en el amor, pero a veces me duele en cambio, a veces eres dura en el amor, pero a veces me duele en cambio ". 

miércoles, 19 de marzo de 2014

Alberto Dominguez TORRES "CIORAN. Manual de Antiayuda"

Quizá Cioran (1911-1995) ?en palabras de Saint-John Perse, «el mayor prosador de la lengua francesa desde Paul Valéry»? sea uno de los escritores y pensadores más controvertidos del siglo XX, no ya por la naturaleza de sus reflexiones, sino por la contundencia de las mismas. Lector voraz de Schopenhauer, Nietzsche, y también de Heidegger, Simmel o Weininger, a los diecisiete años se inscribe en la facultad de Filosofía de Bucarest. Sufre importantes crisis de insomnio y pasa las noches sin dormir alternando entre la biblioteca y el burdel, en compañía de los pordioseros y de las prostitutas, con los cuales le gustaba charlar. Fue compañero de universidad de Ionesco y Eliade, con quienes forjó una amistad que duraría toda la vida. Tras una juventud de activismo político, se marchará a París, ciudad en la que mantuvo, durante muchos años, una existencia errática, sin hogar fijo y vagando de pensión en pensión.
Emil Cioran sabía que la vida era trigo sucio, pero en lugar de hacer lo que hacemos todos, es decir, callar y pensar que, bueno, que en fin, que ajo y agua, él lo dijo, lo escribió, lo denunció, se encaró con la vida, le cantó las cuarenta a la vida, legándonos una obra transida de lucidez, desenfado y clarividencia. Frente a tantos pensadores útiles, ¿de qué sirve leer a Cioran, tan nihilista, tan en desacuerdo con la existencia? Entre otras muchas cosas, sirve para recordarnos que ningún filósofo nos saca de una verdadera encrucijada vital: para quien está negado para la felicidad, no hay sabiduría que valga. Podemos encontrar sus obras editadas, pero en cambio apenas existen trabajos que indaguen en las entrañas de su pensamiento, y precisamente ahí es donde reside el logro principal de este Cioran. Manual de antiayuda. Con abundantes guiños humorísticos y con una magistral aprehensión de las ideas, Alberto Domínguez nos propone un singular acercamiento a la obra de Cioran, logrando que el lector penetre con jovialidad en un pensar audaz, perturbador y siempre sugestivo. Y no solo eso: la ironía y la crítica acerca de las grandes flaquezas de nuestra civilización vertebran un texto que aspira a cumplir una de las máximas de nuestro autor, la de que «solo se deberían escribir libros para decir cosas que uno no se atrevería a confiar a nadie».
El autor de Cioran: Manual de antiayuda es Alberto Domínguez Torres, el libro está escrito en Español. Esta publicación tiene doscientas sesenta y ocho páginas.
El texto Cioran. Manual De Antiayuda forma parte del catálogo de Editorial Alrevés. Fue fundada en 2009 en Cataluña. Tiene más de cien publicaciones publicadas. Dicha editorial está especializada en Novela Negra En Catalán. Editorial Alrevés tiene la siguiente colección de textos: Crims Cat. Agustí Vehí I Castelló, Dominique Manotti, Andreu Martín, Sebastià Bennasar y Jaume Benavente son algunos de los escritores que han publicado en la editorial.