domingo, 22 de abril de 2012

Ponencia de Matthieu Ricard en el II Congreso de la Felicidad

sábado, 21 de abril de 2012

El Poder del Tao de LOU MARINOFF


Ficha: "El poder del Tao", autor Lou Marinoff, Ediciones B, 330 páginas, ISBN: 978-84-666-4132-6. Creo que fue por el mes de junio de 2.003 cuando tuve en mis manos el primer libro de este autor canadiense afincado en los Estados Unidos, buscaba una lectura de tipo filosófico que fuera útil y estuviera escrita para el gran público, en un lenguaje asequible para un lego en la materia como yo. El libro en cuestión era "Más Platón y menos Prozac", me lo leí casi de un tirón y terminé siguiendo uno de los consejos que daba en el mismo, el acercarse y conocer la filosofía oriental. Curiosamente era principalmente la filosofía nacida en occidente el eje en torno al que estaba escrito el libro y su utilidad para resolver y enfocar acertadamente los problemas que continuamente nos plantea la vida. Ese libro para mí fue el detonante de mi interés creciente por las filosofías y religiones orientales, de hecho durante los siguientes años las lecturas sobre Budismo, meditación, Taoismo y la corriente hindú del Vedanta Advaita junto con obras espirituales de autores modernos inspirados en las mismas se convirtieron casi en exclusivas en mi tiempo dedicado a la lectura. De modo que en cierta forma terminé contrayendo para siempre una deuda de gratitud con este autor que había sido pionero en iniciar el llamado asesoramiento filosófico. Muy recomendable también es su segundo libro publicado en castellano titulado "Pregúntale a Platón". Hubo posteriormente una obra titulada "El ABC de la felicidad" dedicado a la obra de Aristóteles, Buda y Confucio que no llegué a leer en su día, tarea que reservo para un futuro próximo. El que ahora nos ocupa, enteramente dedicado a la filosofía taoista, la figura de Lao Tse y su inmortal obra "Tao Te King", es su última obra y al igual que las anteriores en ella se centra en el campo de la filosofía, taoista en este caso, y su aplicación a la vida diaria y como nos puede ayudar a ser más felices, ahí es nada. El libro del Tao Te King es una de las obras cumbres de la filosofía de todos los tiempos, es un breve tratado de menos de treinta páginas pero que condensa, en ocasiones de forma demasiado críptica, todo el saber de esa milenaria sabiduría. De ahí que una simple lectura del mismo aun siendo recomendable posiblemente deje abiertos más interrogantes de los que resuelve, siendo necesaria en muchas ocasiones una interpretación, si a eso le sumamos el hecho de que hay múltiples traducciones e interpretaciones del mismo la tarea se convierte en algo bastante engorroso. "Sin ir más allá de nuestra puerta, podemos conocer el mundo entero. Sin asomarnos a ninguna ventana, podemos contemplar los caminos del Cielo. Cuanto más nos alejamos, menos conocemos." ¿Cuantas versiones se han publicado de este libro?, innumerables, de ahí la conveniencia de las interpretaciones del mismo junto al texto principal, de hecho en castellano son numerosas, no digamos ya en inglés, alemán o en su lengua original, el chino. Sin embargo este libro a diferencia de otros basados en el Tao Te King no consiste en el texto original sino en pasajes escogidos y luego exténsamente comentados que sirven más que nada de inspiración para orientar nuestra vida en la dirección correcta si lo que perseguimos es ser felices. Lou Marinoff nos hablará de temas tales como la salud, llevar una vida más sencilla, el amor y las relaciones, el matrimonio y la familia, la moralidad, la armonía con la naturaleza, la aceptación de las cosas como son y el vivir en el momento presente... temas habituales en toda la literatura de autoayuda, temas recurrentes en boca de todos los filósofos desde Lao Tse, Confucio y Buda, casi coetáneos en el tiempo, hasta los filósofos más actuales de occidente. Quizás la ventaja de Lao Tse frente a todos los demás consista en su sencillez y profundidad, es impresionante observar la riqueza y la sabiduría que emana de ese breve tratado y como con las interpretaciones y desarrollos del mismo podríamos llenar una biblioteca entera. Por eso precisamente es por lo que en estos tiempos apresurados, complicados, donde el mundo parece haber perdido la sensatez sea la luz de Lao Tse, un personaje mitad real mitad legendario, probablemente la más indicada para conducirnos de nuevo a la cordura. El Taoismo posee una ventaja respecto a otras filosofías orientales como el Budismo e Hinduismo, aunque terminó mezclándose con elementos esotéricos y mágicos y se convirtió en algo parecido a una religión al final esta modalidad "religiosa" ha terminado casi extinguida de forma que actualmente conserva la idea original de filosofía de la vida. Eso posibilita por ejemplo que gentes que profesan una religión puedan beneficiarse de sus enseñanzas sin levantar las suspicacias que por ejemplo se originarían con el Budismo, convertido a pesar de la intención de su fundador en religión. Lou Marinoff señala además las coincidencias del pensamiento taoista con el de determinados filósofos, como los "trascendalistas" americanos, Emerson y Thoureau principalmente, y muchos otros que sin haber oido hablar o leido nada de Taoismo poseen muchas ideas y enseñanzas que podrían encuadrar perfectamente con las ideas de Lao Tse... seguramente porque Lao Tse tampoco inventaba nada y simplemente recogía en su tratado una sabiduría muy anterior a él. Ese tipo de coincidencias realza la sabiduría intemporal del Tao Te King y nos indica mejor que nada que básicamente estamos ante una obra que tiene como base el puro sentido común y la más auténtica y genuina de todas las sabidurías, el tiempo desde luego no ha hecho más que corroborarlo. Conceptos como el wu wei, literalmente "no hacer nada", pero que realmente significa "no obrar en contra de las leyes naturales", la comprensión de que todo en la vida está compuesto de opuestos inseparables, de que todo cambia y nada es permanente, de que en todo lo malo hay algo de bueno y viceversa, la búsqueda de la sencillez y la armonía con la naturaleza y el mundo, la paz de espíritu... magistralmente expuestos por Lao Tse y explicados detalladamente por Lou en este interesante libro, siguen siendo actuales. El autor tal y como suele hacer en sus obras nos irá desgranando a lo largo del texto casos reales de personas que obraron de acuerdo al Tao o que erraron "el camino" y como sus actitudes y decisiones afectaron a su vida, y siempre desde una actitud compasiva, sin "moralinas" de ningún tipo y desde su experiencia como asesor filosófico y también desde la experiencia de su vida. Lo mejor: Una exposición clara y magistral de los principios de la filosofía taoista y como esta nos puede ayudar a conseguir la felicidad en la vida. Redactado además de una forma sencilla y amena, sin términos técnicos de ningún tipo y asequible a todo tipo de lectores independientemente de su formación o sus conocimientos sobre la misma. Lo peor: Quien busque una exposición más completa y detallada de las ideas expuestas en la obra de Lao Tse deberá buscar en otra parte. No es necesario haber leido el Tao Te King pero es bastante conveniente haberlo hecho para valorar más su lectura. Para determinado tipo de lectores quizás sobren esas referencias a casos concretos que nos expone Lou aunque personalmente las agradezca en un texto de este tipo porque aligeran bastante la lectura y la hacen más amena.

El Poder del TAO: Lou Marinoff


Primero fue Platón, después Pitágoras y ahora el escritor y filósofo estadounidense Lou Marinoff vuelve la mirada hacia la milenaria filosofía taoísta del extremo oriente para ayudar a la gente en este momento de crisis económica y de valores con unas propuestas prácticas que ha plasmado en El poder del Tao. Y España ha sido, una vez más, el país elegido por Lou Marinoff para que El poder del Tao vea la luz por primera vez. Editado por Ediciones B este libro se puede convertir en otro gran best seller del autor, como ya ocurrió con Más Platón y menos Prozac, Pregúntale a Platón y El ABC de la felicidad. ¿Cómo se puede hoy parar, mirar hacia dentro de uno mismo, no responder a la ira externa, no sufrir, respirar hondo y tener armonía y equilibrio? Esta es la pregunta que se hizo este profesor y catedrático de filosofía en el City College de Nueva York, uno de los máximos exponentes de la Filosofía práctica. "La máxima razón por la que todo el mundo sufre es porque hacen hincapié en las cosas externas que no pueden controlar, sin prestar atención a las necesidades internas. Y la filosofía taoísta, que durante más de 2.500 años ha ayudado a millones de personas y que dice que la avaricia es el camino para el desastre, puede ayudar mucho, con lo que tenemos encima", explica hoy a Efe este autor, que lleva puesta una corbata con los símbolos del yin y el yang del Tao. "Y la única forma de que se modifique esta situación -continúa- es que el ser humano se posicione y se pregunte qué es lo importante en la vida, que esté fuera de la codicia y que desarrolle sus capacidades interiores, porque creo que la gente ha tocado techo y sabe que el sistema ya no funciona. El mundo está viviendo por encima de sus posibilidades y se ha creado un mundo irreal sin base". Marinoff repasas las enseñanzas fundamentales de Lao Tzu aplicándolas a cuestiones diarias. Cada capítulo recoge casos prácticos y determinados que ponen de relieve cómo creadores, empresarios, artistas, deportistas o cualquier ciudadano que ha seguido el camino del Tao ha salido fortalecido. La filosofía taoísta considera tres premisas fundamentales, la complementariedad, la armonía y el cambio. Y Marinoff cree que existe una oportunidad de oro en estos momentos para aplicar estas premisas. La complementariedad está representada por el símbolo del yin-yang, y explica que la separación es una ilusión, ya que todas las cosas forman parte de un todo. En cuanto la armonía, los taoístas son felices porque la felicidad no es una presa a la que haya que dar caza, sino toda una sensación se serenidad que reside en nuestro fuero interno. Y, finalmente, los taoístas creen que el cambio es lo único constante, y que éstos son legítimos y no accidentales. "Al actuar de acuerdo con el Tao, movilizas poderosas fuerzas que te ayudan a sacar el mejor partido del cambio", dice. "Tenemos que tomar conciencia de que nuestros deseos nos conducen a objetivos insanos. Esos apetitos son los que nos llevan a la infelicidad. Si mi vecino es un corrupto, yo no lo voy a poder cambiar. Cada cual tiene que mirar hacia dentro de sí y todo el mundo tiene la posibilidad de cambiarse a sí mismo, de caminar hacia donde te diga tu voluntad", subraya este escritor. Marinoff también alerta contra el excesivo uso de fármacos, sobre todo en Estados Unidos, donde dice que la gente tiene un grado de enfermedad mental altísima. "La gente elige lo fácil, no quieren pensar, ni elaborar, prefieren la evasión pudiéndose, sin embargo, servirse del Tao. Tienen trastornos con la comida, el sueño o el sexo, y los efectos son terribles. Han perdido la conexión con propia energía vital y dependen de todo lo que viene de fuera y esto hace que las capacidades internas disminuyan", concluye el filósofo. La ira, el karma, el poder, la jerarquía en el trabajo, son otro de los temas a los que esta filosofía oriental se enfrenta en este libro.

Ponencia de Jaume Sanllorente en el II Congreso de la Felicidad

TV3 - Via llibre - Lou Marinoff

Subir el Rio hacia atras


Un tonto insistió en montar a caballo el río hacia atrás. Debido a su experiencia y formación, que creía que la mejor manera de navegar por la dirección estaba lejos de los barcos detrás de él. Cada pocos días, iba a chocar contra un barco frente a él y grita, "¿Por qué no miras por dónde vas?" Y así siguió estrellándose, preguntándose por qué el río estaba tan lleno de tontos. Einstein definió la locura como "Esperando para resolver cualquier problema desde el mismo nivel de pensamiento que teníamos cuando lo creó." En otras palabras, si estás esperando mañana para conseguir algo mejor sin tener que cambiar hoy mismo, eres un idiota . Según esta definición, ¿cuántos de nosotros tenemos nuestras cabezas examinado? Sabemos que algo falta en nuestras vidas, pero seguimos esperando que alguien más para arreglar nuestros problemas. Seguimos trabajando muy duro en los mismos problemas con los martillos mismos, y luego nos preguntamos por qué no cambia nada. Hacemos exactamente lo que hicimos ayer, y esperamos que mañana va a mejorar. La causa de la confusión no es pereza, sino la frustración. Todos queremos ayudarnos a nosotros mismos, pero a menudo no sabemos cómo empezar. Vemos los problemas solamente. Nosotros no siempre vemos que nuestros problemas vinieron de, en primer lugar. Con el fin de resolver los problemas, tenemos que entender la naturaleza de causa y efecto. Causa y efecto se limita a establecer que por cada efecto en el río, hay una causa específica, o las causas. En otras palabras, cualquier situación que se experimenta en su la vida es el efecto de algo que lo causó. Si usted puede descubrir la causa de una situación, a continuación, que efectivamente puede cambiar esa situación. Sin embargo, si usted trata de cambiar una situación sin entender claramente la causa de que la situación, usted puede perder una gran cantidad de energía que se fijan las cosas mal antes de sentarse agotado, preguntándose por qué no ha cambiado nada. Uno de mis estudiantes-de-el río-era tan frustrado con su marido que estaba considerando dejarlo. Quería saber lo que yo pensaba. Me pidió que le explicara la causa específica de su frustración. "Él siempre espera que yo haga todo", me dijo. "Siempre tiene que recoger después de él. Él nunca toma nada para sí mismo. Él llega a casa, abre una bolsa de papas fritas, come dos y deja la bolsa sobre la mesa para que me recoja. He intentado hablar con él, pero él no le importa lo que yo quiero. Él me dice que acaba de contratar a una sirvienta, pero no quiero gastar dinero en una sirvienta. Además, ¿qué limpieza seguirá por detrás de él recogiendo sus líos? Una criada sólo viene una vez por semana. " "Usted quiere que él para recoger de sí mismo?" "Sí". "Usted ha hablado con él acerca de lo que quieres?" "Todos los días." "Usted ha estado casada durante ocho años . Durante ocho años, que ha estado diciendo lo mismo, y durante ocho años, no ha estado prestando atención "? "¡Sí!" Bueno, no es de extrañar que se sentía frustrada. "Si le explicaba lo que quiere la primera vez no ha creado el efecto deseado, y el segundo el tiempo no ha creado el efecto deseado, y el tercero y el cuarto ", le dije," entonces lo que hace creo que explicarle lo que desea que la milésima el tiempo va a crear un efecto diferente? " Como se dio cuenta de su falta de lógica propia, comenzó a reír. Ella había hecho la misma presentación a la misma persona más de 24.000 veces, y que había recibido el mismo respuesta. Su experiencia fue un caso clásico de causa y efecto. Ella no había cambiado su presentación, así que ella no tenía ninguna razón para esperar un efecto diferente. Su marido define sus acciones como persistente , y ella casi lo creía. Pero yo defino persistente como no entender la naturaleza de causa y efecto. Si su barco sigue fallando, entonces tal vez debería rediseñar su barco, y si quieres un efecto diferente en alguien, entonces tal vez debería cambiar sus presentaciones. La única manera de conseguir que la gente a recoger sus calcetines es hacer que quieren recoger sus calcetines. Y mientras la gente rara vez "recoger sus calcetines" por sus razones, a veces se va a "recoger sus calcetines" por sus propias razones. Con el fin de conseguir el efecto que quería, mi hijo tenía que aprender las reglas del río. Normas como la persuasión y la comunicación de las reglas que no abogan por hacer la misma presentación, el doble de efectivo. En este punto de mi historia, la gente siempre interrumpe para preguntar: "¿Qué hizo ella?" Ellos quieren saber su técnica, por lo que puede correr a casa y probarlo por sí mismos. Bueno, aquí, para que conste, es "lo que hizo." Ella dejó de nadar contra la corriente. Dejó de tratar de cambiar a su esposo y ha aprendido a cambiar ella misma. Ella aprendió a utilizar las reglas del río para examinar la verdadera causa de su infelicidad. Ella aprendió a redefinirse como más de cuidador de su familia. Ella aprendió a reflexionar, concentrarse y desarrollar estrategias para tomar medidas. Aprendió a destinar sus recursos y para entender el proceso. Ella tomó el control de su vida. Ella dejó de dar energía a lo que ella odiaba, y ella empezó a dar energía a lo que ella amaba. Ella comenzó a atraer, nutrir, comprender e influir en las personas a su alrededor. Aprendió a leer las corrientes del río y dejar que el flujo de la vida. Incluso aprendió a utilizar la delegación creativa y se volvió el desorden de su marido en un juego para sus hijos. Pero lo más importante, dejó de buscar la felicidad en las circunstancias a su alrededor, y ella comenzó a descubrir la felicidad dentro de sí misma. Con el tiempo, mi hijo encontró la satisfacción, pero sólo cuando dejó de tratar de cambiar el río y empezó a aprender a navegar por él. Los mayores frustraciones encontradas en el río generalmente se manifiestan cuando se intenta cambiar la forma de responder a nosotros. No podemos cambiar a las personas en lo que no lo son. Sin embargo, el momento en que dejamos de tratar de cambiar a la gente, comenzamos la búsqueda de la energía para cambiar nosotros mismos. Y cuando empezamos a cambiarnos a nosotros mismos, automáticamente cambiar las circunstancias en las que nos encontramos. Perdemos tanta energía enfocada en el lado equivocado de los problemas. detener los problemas de fijación. Usted no puede solucionar los problemas. Los problemas son los efectos. Son el resultado natural de algo que fue hecho para provocar. Cambiar la causa de un problema, y el problema se hará cargo de sí mismo. ¿Qué causa problemas? La falta de persuadir; falta de comunicación, incomprensión, miedo, duda, culpa, consejos no deseados, a la espera de que la gente cambie sus razones; mala interpretación de causa y efecto;. No entender las reglas del río Cuando aprendes a corregir la causa de un problema , se fijará en este sentido problema. Por supuesto, hay una trampa. Esta regla sólo le ayuda a resolver los problemas si se puede determinar si sus acciones contribuyen a estos problemas. Cualquier problema que no puede influir con sus acciones no es su problema. Cualquier problema que no puede influir con sus acciones es un hecho de la vida, por lo que también podría superarlo. En otras palabras, "¿Por qué no lo hace y lo otro me amas?" es , no su problema. Si bien, "¿Por qué estoy dejando que esta situación me afecta tanto?" es su problema. "Nadie me escucha", es no el problema. Si bien, "¿Cómo puedo explicar a este pueblo por lo que se quiere escuchar?" es su problema. Lo que otros piensan, dicen o hacen es no el problema. Si bien lo que piensa, dice o hace es su problema. ¿Puedes ver la diferencia? La única manera de cambiar algo es cambiar la causa de ese algo. Así que si quieres influir en el río, que necesita para mantener pelando en las causas de las cosas hasta que encuentre una causa por la cual usted es responsable y luego encontrar una forma de afectar a esa causa. Sólo entonces sus acciones valer la pena. ¿Cómo puedes usar la causa y el efecto para crear un paseo que vale la pena? Es necesario practicar el examen de sus pensamientos y creencias sobre la causa y efecto. Cada vez que usted conscientemente examinar sus pensamientos, se empieza a detectar la correspondencia entre sus creencias y la forma en que experimenta el río de la vida. Comience por preguntarse a sí mismo para explicar las circunstancias a su alrededor. Y no sólo aceptar las respuestas fáciles. Pregúntate a ti mismo: ¿Qué causa el temor La emoción del miedo se ha remontado a una sustancia química de la adrenalina. Algo nuevo, desconocido o inesperado, ya sea peligroso o no-provoca un subidón de adrenalina. Los buscadores de emociones y los artistas se han convertido en adictos a la fiebre del producto químico, pero esas mismas sustancias químicas que causan los ataques de pánico en otras. Es la misma causa con un efecto diferente. ¿Por qué? Algunos psicólogos creen que es nuestra expectativa, y el apego a un resultado percibido que hace que nuestras reacciones diferentes a la adrenalina. Cuando la gente cree que los demás no les gusta la forma en que son, tienen miedo de ser ellos mismos. Cuando la gente piensa que una situación donde los venceremos y dejarlos indefensos, luego de que la situación a menudo los hace incapaces de la acción y causa pánico. Una vez que la gente probarse a sí mismos de que una situación no va a dejarlos indefensos, sus ataques de pánico tienden a disminuir. La teoría que subyace a la desensibilización sistemática , como un tratamiento de ataques de pánico y fobias, se basa en esta teoría. En la desensibilización sistemática, un paciente fóbico es lenta y sistemáticamente una presentación a una situación de miedo. Cada vez que experimentamos el miedo, se vuelven más capaces de procesar el torrente de adrenalina sin sentirse abrumados por sus propios productos químicos. Finalmente, el miedo se convierte en manejable. Coraje no es la ausencia de temor, sino de aprender a sentirse cómodo con el miedo. ¿Qué causa la pereza? La pereza no es la causa de sí mismo. Cuando decimos que alguien es perezoso por naturaleza, rara vez estamos contando toda la historia. En realidad, la pereza es la renuencia a tomar medidas, y cualquier "reticencia a adoptar medidas" es el efecto de algunas de las causas muy específicas. Llegamos a ser perezoso, o renuentes a tomar medidas, cuando tenemos miedo de que alguien se burle de nosotros, o restar importancia a nuestras acciones. Nos volvemos perezosos si sospechamos que estamos siendo manipulados, o no apreciado. Nos volvemos perezosos cuando tenemos una autoestima baja. Nos volvemos perezosos cuando no podemos vernos a nosotros mismos como capaces de tener éxito. Después de todo, ¿por qué queremos actuar si creemos que nuestras acciones son un desperdicio de esfuerzo? ¿Qué otra cosa hace que la pereza? Sentirse desanimado. Sentirse inútil. Sentirse seguro. Sensación como si no se ofrece ninguna contribución significativa. Sentir que no tienen voz en lo que nos sucede. Sentirse no reconocido por nuestros esfuerzos. Sentir que se da por sentado. Y, por extraño que parezca, que incluso llegar a ser perezoso cuando estamos satisfechos con nuestras vidas y queremos que todo siga exactamente igual. Después de todo, cuando estamos contentos con las cosas tal como son, no estamos motivados para cambiar. Por lo tanto, la próxima vez que se ven tentados a declarar a ti mismo, o alguien más, como un vago, trate de identificar la causa de la pereza. Si usted puede desarrollar una estrategia para eliminar la causa, usted será capaz de ver que la pereza desaparecer. ¿Qué causa la felicidad? psicólogo Sydney Jourard estima que el 85% de nuestra infelicidad proviene de las interacciones con otras personas infelices. Si tiene razón, entonces no sería aprender a interactuar con la gente efectivamente ser una causa de felicidad? Y si quieres las relaciones de pareja, entonces tal vez usted necesita entender lo que hace que las relaciones a ser feliz, o por el contrario, infeliz. Las buenas relaciones no son causados ​​por pura suerte. ¿Sabía usted que se necesitan diez elogios honestos y sinceros para superar los daños causados ​​a una persona la autoestima por una buena posición crítica? Si la crítica realmente daña su autoestima tanto, entonces no pasar tiempo con personas que sienten que que es su deber de criticar y corregir vosotros, haced que dudar de ti mismo? Mientras pasa el tiempo con personas que sienten que es su deber de apoyarle, puede hacer que se confíe y como a ti mismo? La felicidad sólo puede ser el resultado de causa y efecto. Lo que nos hace perder la fe en nosotros mismos? ¿Podría ser que nos dejó con demasiada frecuencia? ¿Podría ser que se cumplan las promesas que hacemos a otras personas con más frecuencia de lo que mantener las promesas que nos hacemos a nosotros mismos? ¿Podría ser que nos fijamos metas extravagantes como: "Nunca voy a hacer eso otra vez", y luego esperamos en realidad a nosotros mismos para mantener esas metas? Usted nunca debe hacer promesas a ti mismo que no son capaces de mantener. Aprender a fijar metas que sean alcanzables, y puede que te encuentres a lograr con mayor frecuencia. Aprende a no defraudarte, y usted puede comenzar a creer en ti mismo de nuevo. La fe en sí mismo es un producto de causa y efecto. ¿Qué causa las personas a romper las promesas? Tal vez la gente a romper su palabra, ya que habitualmente hacen promesas que no tienen la intención de mantener. Ellos dicen: "te llamaré", "me pondré en contacto con usted", "Usted está en la parte superior de mi lista", cuando saben perfectamente que están mintiendo. Mucha gente no sería un mentiroso más, que parece de mala educación el rostro de alguien ahora. Tal vez la gente promete descanso porque han olvidado el valor de su palabra. ¿Qué causa la grandeza? Es la grandeza causados ​​por la fuerza de carácter, o la fuerza de la cuenta bancaria? Una gran cantidad de personas que parecen confundir la celebridad con la grandeza de estos días. Se supone que las personas son grandes si tienen suaves las imágenes públicas, vehículos frescos, un montón de dinero y el oído de los medios de comunicación. Nos centramos toda nuestra atención en las celebridades, mientras que al mismo tiempo, dejamos de lado el extraño silencio que viven en la calle que tiene grandeza de espíritu y la grandeza de la integridad. Hacemos caso omiso de los cientos de entre nosotros que se ofrecen para la comunidad. Ignoramos los cientos entre nosotros que en realidad están haciendo una diferencia en las vidas de otros. Por lo tanto, lo que hace que la grandeza? Tener las cosas, o dando las cosas? ¿Qué deberíamos recompensar con nuestra atención? ¿Usted ve la correlación entre lo que tenemos y lo que damos? ¿Usted ve la correlación entre lo que las conversaciones y noticias acerca de lo que nuestros hijos emular? ¿Qué causa a los niños a dejar de escuchar a nosotros? Tal vez hemos dejado de escuchar a nuestros hijos. Tal vez hemos estado hablando acerca de lo que queremos, en vez de averiguar lo que quieren. Tal vez hemos estado hablando mucho y haciendo muy poco. Tal vez les estamos diciendo lo que ya saben. Tal vez nos estamos repitiendo. Tal vez estamos aburridos. ¿Recuerdas el dicho: "Las familias que juegan juntas, permanecen juntas"? ¿Cuándo fue la última vez que jugar con tus hijos? ¿Qué causa el éxito? A menudo rezar por el éxito. Todos quieren hacerse ricos al ganar la lotería. Todos esperar algún golpe de suerte, por lo que finalmente podamos lograr nuestros sueños de éxito. Bueno, lamento informarles, pero el éxito no es suerte, y ciertamente no es el dinero. El éxito es que la sensación que se obtiene al final del día, cuando usted sabe que usted ha logrado algo que vale la pena. Y sus posibilidades de éxito en la vida se ven afectados por algunas de las causas muy específicas. Las personas que tienen éxito no necesariamente tiene información más, o la habilidad que el resto de nosotros, pero que tienden a tener algunas actitudes en común. Las personas de éxito parecen tener un estilo explicativo positivo , lo que significa que tienden a ver los problemas como oportunidades. También tienen la confianza y la autoestima alta , lo que significa que se consideran capaces de hacer una diferencia en el mundo. Estas actitudes ayudan a las personas de éxito que se levantan cuando caen. Estas actitudes ayudan a seguir adelante y aprender de sus errores, mientras que el resto de nosotros estamos atrapados en busca de explicaciones negativas y culpando a lo que nos pasó a la mala suerte, o mala voluntad. Más importante aún, la gente exitosa tiene la visión , lo que significa que realmente se toman el tiempo para decidir lo que tienen que ofrecer al mundo. Se toman el tiempo para examinar sus vidas y de averiguar lo que quieren. Por último, aprender a desarrollar la estrategia y la forma de practicar la autodisciplina necesaria para seguir adelante con sus estrategias. ¿Cómo se aplica esto a usted? Bueno, si la auto-disciplina, un estilo explicativo positivo, alta autoestima, la visión y la estrategia son todas las causas de éxito, y usted quiere tener éxito, entonces no es necesario desarrollar estas actitudes en ti mismo? Cada una de estas actitudes es el efecto de causas específicas. Imitar a las causas y se debe emular los efectos. ¿Qué causa una cocina sucia? No limpiar el desorden a medida que avanza. ¿Qué causa una vida desordenada? no enfrentar circunstancias de la vida a medida que avanza. Tal vez la lección más importante que los padres pueden enseñar a sus hijos es la conexión entre recoger los desechos de sí mismos y la calidad de sus vidas. Pero ¿cuántos padres creen realmente ese principio a sí mismos y han hecho un hábito de recoger sus propios líos? Los niños aprenden de lo que hacemos, no de lo que decimos. Un estudio realizado por el Instituto de Ética Josephson en Marina Del Rey, mostró que el 72 por ciento de todos los estudiantes de secundaria encuestados cree que las personas necesitan hacer trampa con el fin de triunfar en la vida. Estos estudiantes también admitió haber hecho trampa en sus exámenes y, de hecho parecía orgulloso de sus habilidades de hacer trampa. ¿Qué hizo que estos estudiantes tengan una visión tan extraña de éxito? ¿Qué los llevó a tener una visión tan distorsionada del río? ¿Qué hizo que la gente deje de valorar la integridad y empezar a valorar la manipulación? ¿Cómo podemos cambiar esta causa antes de que sea demasiado tarde? ¿Sabía usted que cuando se cambia lo que la gente valora, que cambian a menudo de cómo se comportan? Y por extraño que parezca, la gente tiende a valorar lo que otras personas admiran. La gente tiende a repetir y emular las acciones que les llevan la admiración, atención, aceptación o aprobación. ¿Qué significa este estudio sugieren que, como nación, han sido premiar con nuestra atención, aceptación, aprobación y admiración? ¿Alguna vez ha pedido a sus niños cómo se define el éxito o el poder? ¿Crees que saben la diferencia entre el respeto nace del amor y el respeto nace del miedo? ¿Sabe usted la diferencia? ¿Cuál crees que tus hijos creen que es más poderoso el miedo o el amor? ¿Cuál crees que es más poderoso? ¿Por qué? ¿Qué le hizo creer que lo que haces? ¿Qué causa la culpa? La culpa es el sentimiento que tienes cuando sabes que has hecho algo mal. La culpa, utilizada con discernimiento, puede impedir que usted toma la decisión equivocada dos veces el mismo. Pero la gente también puede utilizar su sentimiento de culpa para manipularte, porque la incertidumbre y la duda a menudo acompañan a la culpa. Las personas pueden utilizar su culpa y sus dudas en su contra cada vez que tiene dudas sobre quién es usted, lo que valora, o por qué a tomar las decisiones que usted hace. Por encima de la entrada del oráculo griego de Delfos, un stoneworker vez grabadas las palabras, "conócete a ti mismo." Estas palabras expresan el mejor consejo jamás dado a la humanidad. Si usted no sabe quién eres y lo que usted valora, entonces cada acción que usted tome parece dudosa. Pero cuando finalmente lo mismo, cuando sé que no sé quién es usted, cuando usted sabe lo que usted valora, y cuando usted sabe lo que se pretende contribuir a la orilla del río después de que finalmente será capaz de dejar de defender su vida , y finalmente será capaz de empezar a vivir de ella. ¿Cuál es la línea inferior de causa y efecto? Es necesario practicar el examen de su vida. No sólo tiene que esperar para el éxito. Pregúntese qué acciones hará que su éxito. No se limite a esperar la felicidad. Pregúntese qué acciones hará que su felicidad. No te limites a soñar con un futuro perfecto. Pregúntate a ti mismo qué acciones llevar a cabo ese futuro. Y, sobre todo, no sólo se quejan de su vida sin examinar las causas de sus quejas. Si usted puede identificar e influir en las causas, entonces usted puede comenzar a diseñar un efecto diferente. Las respuestas a sus preguntas no pueden venir de inmediato. No se preocupe. Por el momento, es suficiente para hacer las preguntas. Su capacidad para cambiar las causas de las cosas requiere que comprender e incorporar todas las reglas del río, pero el resto de las reglas no sirven para nada, a menos que primero entender la naturaleza de causa y efecto. Las personas que no no se entiende la causa y el efecto de decir cosas como, "Si los hombres tenían la intención de volar, quisiera tener alas." Pero la gente que hacer entender causa y efecto, mirar a los pájaros que vuelan y piensan: "Si los pájaros pueden volar, que así pueden I. Todo lo que necesita es la comprensión de la la causa de la fuga. " ¿Qué causa el vuelo? No alas, pero el efecto que tienen las alas en el aire. Simular el efecto, y usted está volando a París ... *** Así termina el primer capítulo. Para más información, visite Navegación Vida

viernes, 20 de abril de 2012

Jose Antonio Marina en La ETICA


Hay gente curiosa e inteligente, pero perezosa. Hay tipos inteligentes y trabajadores, pero poco permeables a la novedad. También hay gente trabajadora y dada a la indagación, pero escasa de sagacidad. El filósofo José Antonio Marina (Toledo, 1939) es una extraña combinación de interés por lo que ocurre —navega de continuo entre los últimos estudios de cada campo al que dedica atención, y son muchos—, una acerada perspicacia para organizar el conocimiento y establecer vínculos, y una disciplina de trabajo propia de otro tiempo. La combinación de todo ello es una notable colección de ensayos sobre la inteligencia, la creatividad, el esfuerzo, la responsabilidad y la educación, pero también una intensa actividad como conferenciante, columnista y asesor en múltiples foros. Filósofo pegado a la realidad, su sección Crear en el suplemento de La Vanguardia es muchas cosas al tiempo: un manual de ética aplicada, una reflexión sobre la sociedad contemporánea y un ameno panóptico sobre la complejidad del mundo humano. Se cumplen veinte años desde su premiado primer ensayo Elogio y refutación del ingenio (Premio Anagrama). Desde que inició su actividad divulgativa, ¿hemos cambiado mucho? Como decía Giuseppe Tomasi de Lampedusa, hemos cambiado mucho para mantenernos igual. Es cierto que la sociedad española ha cambiado mucho en los últimos años, pero los cambios de algún modo han sido más espectaculares que reales. Una de las más habituales críticas sobre lo contemporáneo aluden a la pérdida del sentido de responsabilidad y del esfuerzo… En eso estamos siendo los herederos de una situación que empieza a mitad del siglo pasado: el hundimiento de la confianza en las instituciones más importantes en la historia: la iglesia, el estado, las ideologías, los grandes sistemas de pensamiento. Y después, también todas las instituciones autoritarias. Había razones para que entraran en decadencia, claro, pero cuando la historia se mueve por reacciones, a menudo se pasa de rosca. ¿Y eso es lo que nos ha pasado a nosotros? ¿Nos hemos pasado de rosca? Vivimos una peligrosa quiebra de todos los roles sociales e institucionales: la justicia está desprestigiada; los políticos, demonizados; el mundo financiero está considerado casi delictivo... Hay pocas instituciones que se hayan salvado. Conviene salir de ese balanceo y repensar todas las cosas, incluida la democracia, los principios éticos, los derechos humanos. Creo que necesitamos un tipo de filosofía capaz de comprender y repensar el presente desde la comprensión del pasado. España ha pasado, por usar una expresión ligera, del refajo al top lees. Hay quienes creen que la crisis es beneficiosa en términos éticos, pues sus efectos comportan el regreso de un cierto erasmismo. Erasmo vivió un momento de crisis gigantesca que, ciertamente, él detectó con mucha claridad. Le faltó saber por dónde evolucionaría. Por así decir, su inteligencia fue más aguda en detectar los problemas que luego en resolverlos. También hay que considerar que Erasmo estaba en situación muy peligrosa, arriesgaba mucho. Son los momentos de la quiebra de la ortodoxia en Europa, que es a lo que está asistiendo él y que reclama pararse y repensar las cosas. De ahí, todas sus burlas en el Elogio de la locura que era un intento por poner de manifiesto muchos disparates que aceptábamos como verdades. Por eso el título de mi primer libro alude al de Erasmo. Se diría que hace falta una filosofía más moral y menos académica, al estilo Montaigne, pero el moralismo no goza de mucho crédito. En primer lugar, el desdén sobre el moralismo es muy español. Sartre decía que la gran literatura francesa debía mucho a los moralistas franceses, porque de ellos habían tomado los grandes prosistas su capacidad analítica y su psicología. A mí me ha salvado en España defender una idea muy poco moral de la ética. Enfrentando la ética contra la moral, la moral es un valor cultural, de modo que cada cultura tiene su moral. En cambio la ética es un desarrollo de la inteligencia humana. Es lo mejor que se nos ha ocurrido para resolver los problemas de la convivencia, la justicia, el dolor o el desarrollo personal. Hay que aprender de las morales vividas, observar cómo han resuelto sus problemas los pueblos. ¿La ética es una creación de la inteligencia? Algunos se alarman y dicen que cómo va a ser una ciencia inductiva la ética: pues no tenemos más. La ética no es más que aplicar los principios más sensatos y más inteligentes para organizarnos. Siempre que hablo sobre mis ensayos repito mucho que lo que me ha interesado es hacer una teoría ómnibus de la inteligencia, que empieza en la neurología y acaba en la ética. La ciencia le está prestando mucha atención hoy a la ética, conforme la neurología descubre cosas nuevas sobre el funcionamiento del cerebro. En este sentido, más que un adelantado, yo he sido un traductor pionero al castellano de todos estos progresos en el estudio de la inteligencia. La inteligencia ha creado el arte y literatura, pero su mayor creación es la ética. En ese sentido desde su primer libro, se ha esforzado en retirar esos elementos oscuros e intangibles con los que a menudo describimos el talento y la creatividad, un misticismo que las trata como si fueran un fuego divino que asalta al individuo. Más que un misticismo, digamos que hay toda una mitología de la genialidad, de la inspiración. Se trata en el fondo de un ejemplo de pensamiento perezoso. Yo me he esforzado en investigar cuáles son los procesos que están en la creatividad, que es la actividad específica de la inteligencia, porque crear es siempre ir más allá de lo que recibimos. Fíjese en lo que un matemático puede hacer con una tiza y una pizarra, o lo que hace un dibujante con un lápiz y un papel. Ese descubrimiento de posibilidades, que es nuestro gran don, tenemos que estudiarlo, fomentarlo y ponerlo en práctica. Por eso mi sección en La Vanguardia se llama Crear. ¿Cómo describiría esa sección? Es un intento de probar que la filosofía no es un mundo cerrado y hermético, es una forma divertida de pensar. Porque pensar ante todo es muy divertido. Se trata de crear conceptos nuevos e intentar comprender lo que nos está pasando. Y resulta muy estimulante, porque permite abordar temas muy grandes, como el lenguaje, o meditaciones muy pequeñas como la invención del pasillo y su relación con la invención de la intimidad. En eso consiste la filosofía. ¿Pero cuál es la misión principal de la filosofía? Una de las tareas de la filosofía es pensar en las cosas que nos pasan. Porque además, estos acontecimientos encierran tesoros ocultos para el pensamiento. Una recomendación urgente es invitar a estudiar la historia de la cultura, para no caer en un adanismo estúpido. El desdén de la historia nos produce una miopía que nos condena a la incomprensión de lo que nos pasa. Esa recuperación de la memoria es una tarea urgente. Son muy pocos los filósofos como usted que buscan la proximidad con lo que ocurre y la divulgación. Es más habitual el filósofo embebido en grandes disquisiciones en foros académicos. Por una parte, yo soy un detective a sueldo que trabajo para mis lectores. Recibo muchísimas cartas preguntándome sobre asuntos e intento resolver los casos que se me presentan. Y por otra, creo con toda convicción que la filosofía es un servicio público. La filosofía más académica se ha mantenido en una torre de marfil, se escribe para los filósofos. A mí me gusta escribir para la gente que no es filósofa. En contra de lo que puede pensarse, no te exige faltar al rigor, te exige un cuidado expresivo. Pero soy catedrático de bachillerato, eso te hace aprender que es necesario cuidar mucho la expresión pues hablas para chicos que no son filósofos y a los que no les interesa la filosofía. Eso es lo que hace del ensayo un género deslumbrante. Digo, el ensayo español, porque el ensayo francés es biografía. El ensayo tal como yo lo entiendo tiene que ver con aquella máxima de Baltasar Gracían: combinar el rigor en el pensamiento con la gracia en la expresión. Es una mezcla absolutamente imbatible. Yo pienso en escribir un libro cuando descubro un tema que me interesa y del que no sé nada. Me obligo a estudiar con seriedad el tema, como si fuera a hacer una tesis doctoral, y luego decido hacer un libro para el gran público, utilizando para ello todos los trucos decentes que tengo a mano. ¿Trucos decentes? Explíquese. Por ejemplo en mi último libro, La inteligencia ejecutiva, finjo un congreso virtual de todos los especialistas que están trabajando en la inteligencia ejecutiva en el que debato con ellos en los pasillos. Uso todo lo que sea decente y me sirva pedagógicamente. Cuando escribo filosofía siempre intento que sea una argumentación científica, y por tanto objetiva. Pero una vez que ya lo tienes, sí debes pensar en el lector. Me divierte mucho pensar en el lector e imaginar por dónde lo llevo. Porque, como decía Sastre, el principal objetivo de un escritor de filosofía es hacer que el lector pase la página. ¿Cómo ha hecho para construir un libro a partir de la suma de sus artículos? Las he organizado basándome en el principio de que son como las islas de un archipiélago: cada capítulo lo reúno cómo las islas de la creación, de la inteligencia, de la cultura… Si piensa en cómo se ve un archipiélago desde el avión, se trata de objetos autónomos, pero en realidad sabemos que son las crestas de una cordillera sumergida. Pues, del mismo modo funcionan los artículos en el libro. La filosofía tiene que ser sistemática para no ser una mera sucesión de ocurrencias y aquí cada artículo es una cumbre de esa cordillera sumergida y al leerlos juntos debe verse que hay una trama. De hecho al unirlos para el libro se ve más claro que hay seis temas principales y un discurso que rige. Queda más clara la urdimbre entre ellos. Mi idea es que el lector asiduo sin darse cuenta al final acabará él por su cuenta ordenando todo en su memoria. Mi experiencia es que el lector consigue formarse una idea sintética, y descubre relaciones por su cuenta con muchísima astucia. Digamos que si el lector asiduo lo ha hecho por su cuenta pese a la aparente dispersión, en el libro se organizan esas ideas. Como profesor de instituto y fundador de la universidad de padre, ¿Qué le parece el debate en torno a cuál es el número de alumnos ideal por clase? Lo primero que debo decir es que en España se podía mejorar mucho la educación sin aumentar el presupuesto. Hemos gestionado mal la educación, la organización de centros, la legislación…, tenemos una educación muy rígida en la que el modelo se empeña en ser café para todos. Podíamos tener una educación mucho mejor. Y llegan los recortes. Nosotros hemos tenido dos recortes, uno en el presupuesto y luego este segundo. Seguramente no hay más remedio que hacer esos recortes, pero creo que hay que convencer a la ciudadanía de que no se está malgastando ese dinero en otras cosas. Las televisiones autonómicas, por ejemplo. Ya hemos recortado en lo que podíamos. En segundo lugar, debemos exigir que el ministro de Educación diga que lo siente mucho. Que admita que es muy malo, y que tenemos que compensarlo con otras cosas, que los profesores trabajen más, que se racionalicen los centros, etcétera. Debe decir que estamos en una emergencia educativa, y debe solidarizarse con la educación, asegurar que en cuanto Hacienda nos deje, volveremos a incrementar el presupuesto en Educación. Lo triste la manera de comunicarlo del ministro Wert, era desoladora, quitándole toda relevancia al recorte y transmitiendo la impresión de que no se entera de la gravedad del asunto. ¿Cuánto es de grave? Mire, cuanto más grande es un grupo, el aprendizaje es peor. Un profesor debe actuar fijándose en la velocidad media de aprendizaje, pero por debajo de esa velocidad puede haber alumnos muy inteligentes que simplemente aprenden más despacio. La escuela es también para los torpes, o para aquellos a los que sólo la educación puede salvarlos. Y luego están los más avanzados, a los que hay que ayudar a desarrollar sus capacidades. Cuando tienes muchos alumnos en un aula tienes que aprender otra pedagogía, más cooperativa, en que puedas aprovechar a los mejores porque estén trabajando en grupo. Las nuevas tecnologías, favorecer el cambio de velocidad de aprendizaje. De los estudios que tenemos, con un grupo de control, los alumnos estupendos no cambian de un grupo a otro. Los que aprovechan mejor las nuevas tecnologías son los peores alumnos. Pedir ayuda a la sociedad civil. Ustedes en la universidad de padres llevan por lema algo de eso. Sí: “Es necesaria la tribu entera para educar a un niño”. Vamos a ver si entre todos mejoramos la educación. Mire, hemos estudiado cuánto dinero se dedica a educación fuera de los presupuestos de educación y es mucho, pero mal aprovechado. Yo formé parte de un comité científico de la impulso de la lectura en Andalucía y descubrí que había dos planes de fomento de la lectura independientes. Uno, de Cultura y otro, de Educación. Las administraciones no colaboran bien entre ellas. Ocurre con el problema de las drogas. Primero fue un asunto de interior, luego de Sanidad, y finalmente las grandes fundaciones que se ocupan del asunto dicen que tiene que ser un asunto educativo. Esto crea una enorme disfunción. Pero a parte del fallo de coordinación, hay programas que en muchos sitios están duplicados, porque dos o más concejalías trabajan sobre un mismo asunto. Lo estamos viendo ahora con la política para fomentar el emprendimiento: salen programas hasta debajo de las piedras. Las concejalías tampoco se coordinan con las consejerías, ni con diputaciones. Debo decirle que en el sitio en que mejor se ponen de acuerdo las distintas administraciones es en Catalunya. En Barcelona. Lo sé porque fue invitado cuando se aprobó el convenio entre las escuelas de Barcelona y todos los centros deportivos de la ciudad. Implicar a todos y coordinarse. Tenemos a sacar provecho de lo que tenemos. Las administraciones y las fundaciones que trabajan mucho en educación, pero no de forma coordinada. Debemos pedirles ayuda, mientras dure esta emergencia, acercarlos a la escuela. La escuela tiene como gran objetivo y deber generar talento, y ese ha de ser un objetivo de interés nacional, porque la riqueza de las naciones no son las materias, ni el territorio ni el capital. Es el talento. Y la escuela es la generadora de talento: no conviene engañarse, el talento no está antes de la escuela. Nosotros somos el Repsol del talento, hacemos prospección del talento. Cuando un niño nos llega a la escuela es pura biología, cuando sale es un talento. Perdone, pero nuestro nuevo modelo laboral, me refiero a toda Europa, no está precisamente pensado para retener el talento, sino para un sector servicios de bajo coste. Nuestros ingenieros y científicos se van. En todo el mundo va a haber dos clases de trabajadores, los muy cualificados con competencias muy específicas y lo que podemos llamar la mano de obra. ¿Y qué va a decidir de qué lado estamos? La capacidad de formar a buena gente. Un ejemplo paradigmático es la India, un continente pobre, en el que en los últimos 20 años hay estados que han salido del agujero como motos porque han apostado por la educación y se han convertido en vivero de matemáticos e ingenieros. En el resto de estados seguirán tirando de carricoches. Tenemos que elegir hacia dónde queremos ir. Hablamos mucho de Finlandia, da la impresión de que es un paraíso. Sin embargo, hasta hace nada, Finlandia era un pueblo miserablemente pobre, fue el último pueblo europeo que sufrió una hambruna. Cuando se empezó a hablar de globalización, tuvieron una idea elemental pero inteligente: “No podemos parar la globalización pero cada estado debe decidir cómo hacerla”. Ellos pusieron en marcha un plan con todas las fuerzas sociales, para hacer una globalización a la finlandesa. Decidieron fomentar la alta tecnología facilitando creación de empresas tecnológicas, potenciando la enseñanza secundaria, y una enseñanza primaria de categoría. Y además decidieron que querían hacerlo compatible con sus prestaciones sociales. En España deberíamos ponernos todos de acuerdo en el marco. Aprender de los demás. No parece fácil. No, esto es un guirigay, parece un gallinero destemplado. El problema para un gran acuerdo político es que hemos cambiado sólo superficialmente, pero hay una profundísima querencia hacia el partido único. Todos los partidos en el fondo piensan que qué bien lo harían si gobernaran solos. Esto es muy peligroso. No se dan cuenta contar con un adversario es como contar con la otra pierna para correr. Es muy peligroso que alguien se crea infalible. En eso Hegel fue maravilloso al descubrir el procedimiento de la inteligencia de los grupos, que es la inteligencia de la historia. Tesis, antítesis y síntesis. Necesitamos el talento y para eso necesitamos mayor ambición.

Lynn Marie Sager : 14 pasos para mejorar


Lynn Marie Sager Quick Facts Main Areas: Personal Empowerment and Creative Life Management Best Sellers: A River Worth Riding: Fourteen Rules For Navigating Life Career Focus: Author and Lecturer Affiliation: LACCD, Pierce College, SAG, AFTRA Lynn Marie Sager has been appearing before audiences for more than thirty years. Born in Oregon, yet raised in Hawaii, she has toured over two-dozen countries and worked on three continents. Author of A River Worth Riding: Fourteen Rules for Navigating Life, Lynn Marie Sager currently lives in North Hollywood, California; where she fills her time with private coaching, public speaking, freelance writing, and teaching for the LACCD and Pierce College. In what spare time she has left, Lynn often speaks on the principles of personal leadership and worthwhile living at local area schools, organizations, churches, and businesses. She also manages the Navigating Life website, where she offers a free fourteen-week on-line course in worthwhile living based upon her book. To find out more, visit Lynn's website at Navigating Life. Recent Articles Understanding Yourself And Others - A Powerful Listening Principle Called Reflection What Aristotle Understood About Persuasion and Influence - A Brief Word About Ethos, Pathos, Logos Free Articles & Book Excerpts A River Worth Riding: Fourteen Rules For Navigating Life A Two Question Personality Test That Can Help You Get Along The Secret To Being Heard Why is the river so full of fools? Lynn Marie Sager Books A River Worth Riding: Fourteen Rules For Navigating Life Navigating Life With Books Other Programs & Highlights Navigating Life is sponsoring a self-guided fourteen-week online course based upon Lynn Marie Sager’s life changing book A River Worth Riding: Fourteen Rules for Navigating Life. This course empowers its students by examining the principles of causality, definition, reflection, focus, strategy, budgeting, process, responsibility, contribution, attraction, investment, communication, influence, and least effort. Students are encouraged to study one lesson at a time, giving each rule one week's strick attention before moving forward. Course content includes: Understanding and setting boundaries The secret to persuasion and influence Never arguing again Dealing with difficult people Learning to delegate Redefining problems Uncovering your focus Investing in your life and much, much more... The only cost for this route to self-empowerment is an optional companion book. Why not drop by boarding to see if it contains a lesson you need? Favorite Quotes & Thoughts from Lynn Marie Sager Life is often compared to a great river that flows through the banks of time. Living is like navigating that river. We are born into our parents’ boats. We grow up on a river defined by our parents’ lives. If our parents have happy lives, our lives tend to have happy head starts. If our parents have lives that handle the river well, then we have good models upon which to build our own lives. But if our parents have leaky lives, we tend to spend the rest of our lives bailing. The lives we build tend to resemble our parent’s lives; after all, we build them based upon the designs we grew up with, using whatever happened to float by. Too often, only prayer and determination hold our lives together. Eventually, we must learn to build and navigate our own lives—often without coming ashore. If we survive, we begin to notice other individuals and we want to share a piece of ourselves with them. We get caught up in the journeys of other people, and we forget which way the river intends for us to go. The world has become full of people building their own boats and navigating an evermore-turbulent stream. No wonder we so often crash. We need to step back and take a look at the river; learn to read its secrets. When do we paddle hard? When do we let the currents take us? When do we pull up to the bank and survey the stream? Lynn Marie Sager's A River Worth Riding: Fourteen Rules for Navigating Life examines fourteen rules designed to help you navigate life. Study one rule at a time, give it one week's strict attention, and leave the rest of the rules to "their ordinary chance." Taken together, these rules make for a worthwhile ride...

domingo, 15 de abril de 2012

Emily Dikinson la poetisa

Emily Dickinson, la poetisa que llegó a la plenitud a través del aislamiento 16 ABR 2012 | FÁTIMA URÍBARRI Nórdica publica una edición ilustrada y bilingüe con 27 de sus mejores poemas. Es una de las grandes de la Literatura norteamericana. No salió de su casa en 30 años. Emily Dickinson (Amherst, Massachusetts, 1830-1886) fue solitaria, sigilosa, introvertida y melancólica. Su enclaustramiento, su perenne vestimenta blanca, su voluntaria soledad dibujan a un personaje onírico con aires de fantasma inventado por Edgar Allan Poe. Fue extraña su vida y son de una poderosa belleza mística sus poemas. Antes de cumplir los 30 años decidió no salir de casa; fue un encierro progresivo y cada vez más exigente. De niña se aficionó a las plantas y elaboró preciosos herbarios recorriendo jardines y los alrededores de su casa. De jovencita viajó con su padre, Edward Dickinson, una figura eminente en Amherst. Y siempre escribió, pero para sí misma. No publicó nada en vida; no sintió la necesidad de someterse al juicio de los otros; con el suyo, el más exigente, le bastaba. Si sus más de 1.700 poemas y sus más de 1.000 cartas se han llegado a conocer es gracias al empeño de su hermana Vinnie, también soltera, también sempiterna habitante del hogar paterno, que cuando murió Emily encontró sus escritos, los fajos de folios cosidos, en cajones y armarios, y que decidió publicarlos. Es Emily Dickinson una de las grandes poetisas del siglo XIX y un gigante de las letras norteamericanas. Para Nicole d’ Amonville Alegría, editora y traductora de sus Cartas (Lumen), es una creadora cercana a la mexicana sor Juana Inés de la Cruz y a la rusa Marina Tsvietáieva por lo apasionado y conciso de su escritura. La editorial Nórdica hace que Emily Dickinson sea una bienvenida noticia con El viento comenzó a mecer la nieve, una preciosa edición bilingüe, e ilustrada por Kike de la Rubia, que contiene 27 de sus mejores poemas. Como señala Juan Marqués en la presentación, “además de ser escritos en principio exclusivamente para la inmensa minoría de sí misma, los de Emily Dickinson fueron a un tiempo poemas complicadísimos y simples, alegres y tristes, transparentes y enigmáticos. Sus versos enseñan a observar mejor. No necesitó salir de su casa para disfrutar de una poderosa vida interior: “Cerrar los ojos es viajar” –escribe en una carta en 1870–, y añade: “Las estaciones lo entienden”. La inmortalidad y la naturaleza son habituales en sus versos. La muerte, sobre todo, le preocupa; y le asusta sobremanera la pérdida de los suyos, pero se aferra al consuelo del recuerdo: “Muéstrame la eternidad y yo te mostraré la memoria”, escribe a su cuñada Susan.

sábado, 7 de abril de 2012

Para ser Feliz de Enrique Rojas en no te rindas

Decálogo de la felicidad


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Decálogo de la felicidad – Enrique Rojas,
extraído del libro No te rindas
No te obsesiones con ser feliz. La tristeza y la felicidad son estados cíclicos naturales, ya que dependen de los acontecimientos, y no debemos tratar de retenerlos. Ten un proyecto de vida coherente y realista y estarás en la rampa de salida hacia la felicidad.
Concédete el perdón. Cuando creas que has hecho algo mal y has dañado a alguien, aplícate la importancia de perdonarte a ti mismo, además de perdonar a los demás, y aplica los cambios necesarios para que no vuelva a suceder.
Desactiva la depresión. Existen dos clases: la endógena, producida por un desorden químico, y la exógena, producida por un trauma. En el primer caso puede solucionarse con pastillas; en el segundo, es necesario afrontar el problema con terapia psicológica.
Aprende del fracaso y de las crisis. Cuando hemos conseguido avanzar, no recordamos el camino ni los momentos de crisis, pero son precisamente esos momentos los que nos ayudan a encontrarnos donde estamos, así como a conocer nuestros puntos fuertes y débiles. El fracaso enseña lo que el éxito oculta.



La felicidad depende de los ojos con que miremos el mundo. No importa tanto lo que ocurra como nuestra interpretación de lo que sucede. Una actitud positiva y relativizadota impedirá que nos ahoguemos en un vaso de agua. La felicidad no depende de la realidad, sino de la interpretación que uno hace de la realidad.
Apuesta por el optimismo. Un optimista tiene mas probabilidades de éxito que un pesimista no porque se cree a si mismo problemas, sino porque ve soluciones donde el otro solo encuentra obstáculos.
Levántate después de caer. La resiliencia es la capacidad de sacar fuerzas e inspiración de nuestras experiencias negativas. No dejarse condicionar por un pasado traumático nos permite convertirlo en enseñanzas vitales que nos ayuden a ser mejores. Aprende a luchar en lo concreto.
Rodéate de un buen círculo afectivo. Las personas que te quieren y te apoyan, como amigos y familiares, son tu mejor baza a la hora de superar las adversidades y aclarar las ideas de cara al futuro inmediato.

Traza tus objetivos. La vida es cambiante, nunca se detiene, y según se mueve también nos transformamos nosotros. Por ese motivo es necesario fluir con los acontecimientos y circunstancias. No andarse por las ramas: establecer pocos objetivos, que sean muy concretos, y lanzarse a por ellos.
Aprovecha tus oportunidades. Cunado tengas un proyecto claro, utiliza toda tu energía y creatividad para cumplir lo que te has propuesto con una planificación realista, basada en pequeños objetivos que conducen a los grandes.

No te rindas nunca persigue tus propósitos

Este es el título del último libro que ha publicado el Dr. Enrique Rojas. Una guía para la realización personal que en doce meses enseña a ser optimista ante un estado depresivo. En 318 páginas, la editorial Temas de hoy, como un sello editorial de Ediciones Planeta Madrid, SA, 2011, ha publicado este libro a cuyas cuestiones de forma voy a referirme en primer término. El primer acierto del libro es haber utilizado un cicero claro, un 12 fundido al 12, que permite leer los textos de página entera sin esa sensación angustiosa que le causa al lector la lectura de veinte páginas seguidas, a veces más, sin ningún título ni subtítulo. En la lectura, el Índice y el Prólogo suelen ser los límites de la curiosidad del lector en estos casos que se rinde ante este obstáculo inicial, especialmente entre Personas Mayores, o con defectos visuales. Por el contrario, en este libro cuando el autor te invita a conocer, por ejemplo las cuatro notas de la felicidad: amor, trabajo, cultura y amistad, te dispones a buscar el mensaje que la didáctica del libro te ofrece. La infraestructura está diseñada para que el lector pueda conocer la comunicación que contiene desde la primera a la última página. El fondo presenta la originalidad en el enfoque al relacionar los meses con las estaciones del año, que permiten mostrar, en el periodo de un año, la capacidad prácticamente ilimitada del ser humano para superar los percances y contratiempos que la aventura vital de cada uno va a ofrecerle. Lo importante es no rendirse y hallar soluciones. El libro se convierte en un almanaque para aprender de los errores cometidos. Los ejercicios prácticos, los test de la crisis, en los que se invita al lector a participar contestando a las preguntas que el autor le plantea, con una V de verdadero y una F de falso, permite al lector aplicarse la calificación sobre la respuesta a estas ocho preguntas: ¿Se conoce a si mismo?; ¿Tiene seguridad en si mismo?; ¿Sabe escuchar?; ¿Sabe aceptar las criticas?; ¿Respeta a los demás?; ¿Es una persona egoísta?; ¿Le agrada conocer gente nueva?; ¿Cómo se desenvuelve en ambientes desconocidos?; ¿La soledad es su amiga o su enemiga? El texto está dividido en cuatro partes con sus capítulos correspondientes, que no puede ser más atractivos: Primavera. Del amor y la amistad. Capítulo 1. Abril. Del amor de alta velocidad al de larga duración. Capítulo 2. Mayo. Dejar de ser hijos para poder ser padres. Capítulo 3. Junio. Los amigos: nuestra familia espiritual. Verano. La Alegría de vivir. Capítulo 4. Julio. Todo lo que nos hace infelices. Capítulo 5. Agosto. La dicha se administra en pequeñas dosis. Capítulo 6. Septiembre: La alegría de un sol que sale todos los días. Otoño. El Arte de madurar. Capítulo 7. Octubre. Crecer más allá de nuestros límites. Capítulo 8. Noviembre. Nuestros maestros cotidianos. Capítulo 9 Diciembre. La cosecha de la sabiduría. Invierno. Fantasmas y miedos. Capítulo 10. Enero. Liberarnos del pasado. Capítulo 11. Febrero. Adiós a la amistad. Capítulo 12. Marzo. Superar el miedo a la muerte. El tema de cada mes del año se refiere al amor, la familia, el trabajo, la cultura y la amistad. Enrique Rojas nos trasmite sus sabios consejos de la forma cálida que su palabra lo hace con sus pacientes, en la cátedra de Psiquiatría y Psicología Médica, o como Director del Instituto Español de Investigaciones Psiquiátricas y Presidente de la Fundación Rojas – Estapé, que comparte con su esposa Isabel Estapé Tous, Notario de Madrid y Académica de la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras. Sus cuatro hijas han heredado los genes paternales y en la presentación del libro Isabel Rojas Estapé, de 20 años, sustituyó brillantemente al marqués Vicente del Bosque, que no pudo asistir al acto por encontrarse fuera de Madrid. También participó en la presentación la directora del Programa de Televisión “Diario de la Noche”, de Telemadrid, Ana Sandoval, quién destacó que este libro “No te rindas”, te abre puertas de otros libros, que es fácil de leer, que habla del día a día, de las cosas pequeñas que son importantes. Es un libro que invita a ser leído varias veces, para tenerlo actualizado. Terminó recomendando su adquisición. Las más de cien personas asistentes, en el amplio salón del Hotel Palace formaron la cola para las dedicatorias. Todo un éxito. *Fernando De Salas López es doctor en Ciencias de la Información. Periodista

Enrique Rojas dice de sí mismo que es un médico que escribe, un psiquiatra al que le gusta transmitir su conocimiento y que en sus libros ha tenido la fortuna de acertar a tocar teclas sensibles de la sociedad contemporánea: la ansiedad, la depresión o el vacío existencial del «hombre light». En su consulta hay un airoso diván blanco, guiño al visitante con funciones meramente decorativas.

Enrique Rojas dice de sí mismo que es un médico que escribe, un psiquiatra al que le gusta transmitir su conocimiento y que en sus libros ha tenido la fortuna de acertar a tocar teclas sensibles de la sociedad contemporánea: la ansiedad, la depresión o el vacío existencial del «hombre light». En su consulta hay un airoso diván blanco, guiño al visitante con funciones meramente decorativas. No lo usa nunca porque él es de la escuela del tú a tú.

-«No te rindas» es un título con indiscutible gancho en estos tiempos.

-Es la leyenda que utilizó Tony Blair («Don't give up») cuando se puso al frente de los laboristas. Un grito de guerra para una circunstancia muy difícil. En el libro explico que lo que te hace crecer como persona son las derrotas. Lo que enseña la derrota no lo enseña el éxito, y esto es plenamente aplicable para el fracaso económico y profesional. Y también explico cómo puede encontrarse la felicidad en las circunstancias más adversas.

-Pues ya me dirá. No parece fácil.

-Recojo casos históricos. Tomás Moro muere decapitado en 1535 en Londres y por sus cartas desde la prisión sabemos que es feliz hasta el último momento porque muere por sus ideales. Y Boris Cyrulnik escapó de Auschwitz con seis años después de que mataran a sus padres y salió fortalecido de esa experiencia. Es el padre de la resiliencia.

-La famosa resiliencia.

-Sí, cuando en el ser humano se da esa propiedad de los metales de doblarse sin partirse...

-No todos lograríamos vernos reflejados en esas biografías ejemplares.

-Pero son aplicables a la realidad. Triunfar muy pronto es un gran desastre. La derrota te enseña a seguir luchando y a no creerte nada. No hay quien pueda con alguien que ha superado derrotas importantes.

-¿Con qué herramientas hemos de enfrentarnos al fracaso o al dolor?

-Hay tres fórmulas para no rendirse: la primera, distinguir entre metas y objetivos. Las metas son muy amplias y vagas, y los objetivos son medibles. Por ejemplo, una persona que sufra anorexia no avanza por la meta genérica de curarse de la enfermedad, sino con objetivos por etapas como «no pesarme cada día», «luchar por no vomitar», «comer en familia» o «no mirarme al espejo». La segunda cuestión importante es tener una buena educación de la voluntad, a la que la psicología moderna considera más importante que la inteligencia. Y, en tercer lugar, nunca hay que sentirse derrotado y hundido. Como dejó escrito Unamuno, «no darte por vencido ni aun vencido, no darte por esclavo ni aun esclavo». El mensaje de optimismo es que hay que entrenar a la persona no para el éxito, sino para el esfuerzo.

-No parece que eso case con la percepción más común de la felicidad.

-La gente cree que la felicidad es una especie de paraíso permanente en donde tú te instalas y «après moi, le déluge», que dirían los franceses. O sea, después de mí, el diluvio. Y la felicidad es para mí un estado de ánimo, un estar contento con uno mismo y comprobar que hay una buena relación entre lo que uno ha deseado y lo que ha conseguido. La felicidad es una vida lograda cuando haces balance de los cuatro grandes temas: amor, trabajo, cultura y amistad. Y no depende de la realidad, sino de la interpretación de la realidad que tú haces.

-Como psiquiatra observará la actualidad desde otra perspectiva. ¿Qué le sugiere el perfil de los acusados en el caso Marta del Castillo?

-En la sociedad actual se ha producido un cambio positivo en la familia, que es que hemos pasado del patriarcado al filiarcado: antes mandaban los padres, y ahora los hijos. Pero la nota negativa es que se ha producido una evidente desestructuración familiar. Hay mucha gente joven muy perdida, porque no tiene referencias ni modelos de identidad.

-Personaje digno de psicoanálisis por las pasiones de todo tipo que desata es Mourinho.

-Tiene una gran personalidad y además es un sujeto con unas coordenadas muy específicas. Yo creo que es una persona fuera de serie.

-¿Fuera de serie para bien o para mal?

-Para bien, lo que pasa es que como aparece tanto, su imagen se distorsiona inevitablemente. Aunque hay que admitir que a veces no tiene suficiente autocontrol.

-¿Y Guardiola?

-Es una persona muy interesante. Él venía de Segunda División B cuando le hicieron entrenador del Barcelona, lo que es como darle el Nobel a quien empieza a escribir. Y lo ha hecho muy bien. Un entrenador de fútbol, además de ser bastante psicólogo, ha de tener mucha autoridad entendida como «auctoritas», para hacer crecer como persona a los suyos y gestionar los impulsos aquellos que son muy agresivos.

-¿Intuye algún trastorno en el vilipendiado Pepe?

-Es una persona impulsiva y con mal autocontrol. Alguien equilibrado es más reflexivo y tiene un buen gobierno de sus reacciones.

-El fútbol no deja de ser una parábola de la vida.

-Con ejemplos como el del Mirandés. Un electricista, otro que trabaja en un banco y el de la serrería se juntan para jugar al fútbol y resulta que de pronto les ganan a unos profesionales de muchos millones de euros. Eso es grandeza.

Enrique Rojas: No te rindas

Enrique Rojas dice de sí mismo que es un médico que escribe, un psiquiatra al que le gusta transmitir su conocimiento y que en sus libros ha tenido la fortuna de acertar a tocar teclas sensibles de la sociedad contemporánea: la ansiedad, la depresión o el vacío existencial del «hombre light». En su consulta hay un airoso diván blanco, guiño al visitante con funciones meramente decorativas. No lo usa nunca porque él es de la escuela del tú a tú.
-«No te rindas» es un título con indiscutible gancho en estos tiempos.

-Es la leyenda que utilizó Tony Blair («Don’t give up») cuando se puso al frente de los laboristas. Un grito de guerra para una circunstancia muy difícil. En el libro explico que lo que te hace crecer como persona son las derrotas. Lo que enseña la derrota no lo enseña el éxito, y esto es plenamente aplicable para el fracaso económico y profesional. Y también explico cómo puede encontrarse la felicidad en las circunstancias más adversas.

-Pues ya me dirá. No parece fácil.

-Recojo casos históricos. Tomás Moro muere decapitado en 1535 en Londres y por sus cartas desde la prisión sabemos que es feliz hasta el último momento porque muere por sus ideales. Y Boris Cyrulnik escapó de Auschwitz con seis años después de que mataran a sus padres y salió fortalecido de esa experiencia. Es el padre de la resiliencia.

-La famosa resiliencia.

-Sí, cuando en el ser humano se da esa propiedad de los metales de doblarse sin partirse…

-No todos lograríamos vernos reflejados en esas biografías ejemplares.

-Pero son aplicables a la realidad. Triunfar muy pronto es un gran desastre. La derrota te enseña a seguir luchando y a no creerte nada. No hay quien pueda con alguien que ha superado derrotas importantes.

-¿Con qué herramientas hemos de enfrentarnos al fracaso o al dolor?

-Hay tres fórmulas para no rendirse: la primera, distinguir entre metas y objetivos. Las metas son muy amplias y vagas, y los objetivos son medibles. Por ejemplo, una persona que sufra anorexia no avanza por la meta genérica de curarse de la enfermedad, sino con objetivos por etapas como «no pesarme cada día», «luchar por no vomitar», «comer en familia» o «no mirarme al espejo». La segunda cuestión importante es tener una buena educación de la voluntad, a la que la psicología moderna considera más importante que la inteligencia. Y, en tercer lugar, nunca hay que sentirse derrotado y hundido. Como dejó escrito Unamuno, «no darte por vencido ni aun vencido, no darte por esclavo ni aun esclavo». El mensaje de optimismo es que hay que entrenar a la persona no para el éxito, sino para el esfuerzo.

-No parece que eso case con la percepción más común de la felicidad.

-La gente cree que la felicidad es una especie de paraíso permanente en donde tú te instalas y «après moi, le déluge», que dirían los franceses. O sea, después de mí, el diluvio. Y la felicidad es para mí un estado de ánimo, un estar contento con uno mismo y comprobar que hay una buena relación entre lo que uno ha deseado y lo que ha conseguido. La felicidad es una vida lograda cuando haces balance de los cuatro grandes temas: amor, trabajo, cultura y amistad. Y no depende de la realidad, sino de la interpretación de la realidad que tú haces.

-Como psiquiatra observará la actualidad desde otra perspectiva. ¿Qué le sugiere el perfil de los acusados en el caso Marta del Castillo?

-En la sociedad actual se ha producido un cambio positivo en la familia, que es que hemos pasado del patriarcado al filiarcado: antes mandaban los padres, y ahora los hijos. Pero la nota negativa es que se ha producido una evidente desestructuración familiar. Hay mucha gente joven muy perdida, porque no tiene referencias ni modelos de identidad.

-Personaje digno de psicoanálisis por las pasiones de todo tipo que desata es Mourinho.

-Tiene una gran personalidad y además es un sujeto con unas coordenadas muy específicas. Yo creo que es una persona fuera de serie.

-¿Fuera de serie para bien o para mal?

-Para bien, lo que pasa es que como aparece tanto, su imagen se distorsiona inevitablemente. Aunque hay que admitir que a veces no tiene suficiente autocontrol.

-¿Y Guardiola?

-Es una persona muy interesante. Él venía de Segunda División B cuando le hicieron entrenador del Barcelona, lo que es como darle el Nobel a quien empieza a escribir. Y lo ha hecho muy bien. Un entrenador de fútbol, además de ser bastante psicólogo, ha de tener mucha autoridad entendida como «auctoritas», para hacer crecer como persona a los suyos y gestionar los impulsos aquellos que son muy agresivos.

-¿Intuye algún trastorno en el vilipendiado Pepe?

-Es una persona impulsiva y con mal autocontrol. Alguien equilibrado es más reflexivo y tiene un buen gobierno de sus reacciones.

-El fútbol no deja de ser una parábola de la vida.

-Con ejemplos como el del Mirandés. Un electricista, otro que trabaja en un banco y el de la serrería se juntan para jugar al fútbol y resulta que de pronto les ganan a unos profesionales de muchos millones de euros. Eso es grandeza.

No te rindas de Enrique Rojas: Luchar y pelear siempre

Psiquiatra humanista y hombre de una cultura enciclopédica, Enrique Rojas cree que la capacidad del hombre para superar el infortunio es asombrosa. Mandela o Solzhenitsyn sufrieron la cárcel y, pese a los momentos de desaliento, fueron felices entre rejas luchando por la libertad de los demás. Ello demuestra que el concepto de felicidad depende más de la interpretación de la realidad que de las circunstancias objetivas de la vida. Esta es una de las tesis que mantiene Rojas en su último libro, 'No te rindas' (Temas de hoy), en el que sostiene que uno de los secretos para ser dichoso radica en abrigar expectativas moderadas, también en el terreno afectivo. "Idealizar el amor es una de las grandes trampas y errores que ha cometido el ser humano en los últimos tiempos", asegura.
- Dice usted que es importante parar el reloj y disfrutar del hoy y el ahora. Sin embargo, ¿el hombre no se realiza proponiéndose retos que culminan en el futuro?
Decían los clásicos 'carpe diem' (aprovecha el momento). La felicidad consiste en la ilusión, en saber saborear los momentos, parar el reloj y ser conscientes de que la felicidad es una promesa que está por llegar.
- Habla de 'zapping' amoroso. ¿El donjuanismo está condenado al fracaso?
Don Juan era un personaje importante de su tiempo, un conquistador. Pero hoy se sabe que en don Juan, tanto el de Tirso como el de Zorrilla, hay más narcisismo que búsqueda del otro. Las relaciones interpersonales se parecen cada vez más a hacer 'zapping' en televisión. Vivimos en una sociedad líquida.
- ¿A qué se refiere?
Que es una sociedad muy movible, todo está cambiando, nada es estático ni fijo. Eso tiene una parte buena y es que se puede nacer pobre y morir millonario. La parte mala es que, en el terreno afectivo, todo ello ha producido la sociedad del espectáculo, en la que todo está cambiando y transitando. En lo que concierne a la afectividad, todo está preparado para la ruptura. Hemos forjado una sociedad sin vínculos.
Administración del deseo
- ¿Es más feliz la persona que tiene unas expectativas moderadas?
Exactamente. La felicidad consiste en la administración inteligente del deseo. En no equivocarse con las expectativas. Por ejemplo, en el amor. Aconsejo esperar de la relación afectiva un poco más de lo justo. Porque idealizar el amor es una de las grandes trampas y errores que ha cometido el ser humano en los últimos tiempos.
- Acuña el término de filiarcado, en contraste con el patriarcado. ¿Son muy abundantes los padres inmaduros?
Es un hecho que la familia se ha democratizado. A la vez, hay mucho padre ausente, que no participa, que no tiene voz ni voto en la educación de sus hijos. Antiguamente en las familias mandaban los padres y ahora mandan, dirigen y organizan los hijos.
- Cultivar la empatía quizá sea uno de los objetivos más difíciles que propone en su libro.
La empatía significa sintonizar con el otro. Vivimos un mundo en el que por una parte hay un individualismo atroz y por otro las redes sociales invitan permanentemente a hacer amigos, que muchas veces son meros conocidos. Estamos ante una sociedad técnicamente perfecta y al mismo tiempo muy perdida.
Cadena de montaje
- Concede gran importancia a la gratificación en el trabajo. Pero ¿qué pasa cuando se labora en una cadena de montaje?
En un trabajo muy monótono, en el que hay poca participación personal, hay que dar la vuelta al argumento y valorar la parte buena, que es tener un trabajo, unos compañeros. Mi lema y el título del libro es 'No te rindas', no te dejes hundir en la vida, aunque las circunstancias sean adversas.
- ¿Para ser feliz hay que saber sufrir?
La felicidad consiste, entre otras cosas, en el sufrimiento superado. La capacidad para superar las adversidades del pasado es buena para la salud mental.
- ¿Es bueno entonces no regodearse en la desdicha?
En el fondo todo está en la cabeza. La felicidad depende de la interpretación de la realidad que uno hace. En circunstancias históricamente adversas uno puede ser feliz. Nelson Mandela, en la cárcel de Robben Island, era feliz luchando por la libertad de Sudáfrica. Aleksandr Solzhenitsyn era feliz en el gulag pensando en cómo liberar al pueblo del atroz comunismo. Nguyên van Thuân, obispo coadjutor de Saigón, estuvo trece años en una cárcel de Hanoi, nueve de ellos en régimen de aislamiento, y escribió 'Testigos de esperanza'. Mutatis mutandis, gente que lo tiene todo para ser feliz, dinero, poder, no es feliz. La felicidad tiene mucho que ver con el proyecto de vida que uno ha elegido.
- ¿La inteligencia práctica es la más importante de todas?
No. Es preciso hablar de inteligencias, en plural. Dentro de esa cascada de inteligencias hay una que me parece decisiva: la instrumental, que consiste en las pequeñas herramientas que elevan la inteligencia de nivel. Está formada por cuatro elementos: el orden, la constancia, la voluntad y la motivación. Una persona con voluntad llegará más lejos que una inteligente.

No te rindas, de Enrique Rojas en El Mundo

No te rindas, de Enrique Rojas en El Mundo
TRIBUNA: PSIQUIATRÍA

El autor reflexiona sobre la importancia que tiene no derrumbarse ante las eventualidades con las que nos topamos. Define conceptos como éxito, fracaso y felicidad, auténticas obsesiones humanas en la época en la que vivimos.

Quiero en este artículo animar a los lectores a luchar contra las adversidades, vengan de donde vengan y sean del signo que sean. Tony Blair, elegido primer ministro en el Reino Unido en 1997, utilizó el lema Never don´t give up -Nunca te rindas-. Y he tomado este eslogan como título del libro que acabo de publicar. Se trata de un calendario en el que dedico cada mes del año a un tema concreto. Pretendo adentrarme en los pasadizos de los principales temas de la vida humana, incentivando a los lectores para que no se den por vencidos y sigan luchando hacia adelante, a pesar de las dificultades, reveses y sinsabores. Se trata de un almanaque para crecerse ante las adversidades, para navegar en los rápidos de la vida sin hundirse.

Una de las cosas más importantes de esta vida es no derrumbarse ante las eventualidades de aquí y de allí que aparecen delante de nosotros. Porque cada obstáculo lleva consigo un aprendizaje. Aprender es tomar nota de lo que ha ocurrido y extraer de ello una pequeña lección: no es más sabio el que menos se equivoca, sino quien más aprende de los errores.

Insisto en la importancia de tener un proyecto de vida coherente y realista que ha de contar con cuatro grandes temas: amor, trabajo, cultura y amistad. Estos cuatro asuntos salen, suben, bajan y vuelven a aparecer y se cuelan por los entresijos del paisaje personal. Son esenciales para nuestro bien psicológico y, si los trabajamos de verdad, si actuamos sobre ellos con artesanía psicológica, alcanzaremos una vida lograda.

Además de estas cuatro notas, para mantener el rumbo hacia una felicidad razonable hay que saber que vivir es guerrear, como decía Séneca. Quiero destacar también que para no rendirse hay que tener una visión larga de la jugada que consiste en pasar por encima de las cosas negativas cercanas y lejanas y darle la vuelta a los argumentos que nos ayuden a crecer como personas. Hoy a menudo se tiene una visión corta de la jugada: es la inmediatez; el déficit que encontramos en nuestro día a día y son muchos los que se quedan ahí enganchados sin capacidad de proyectarse hacia adelante… Uno se puede perder por montes y collados y se extravía por las brumas de un pesimismo envolvente. No olvidemos que el pesimismo goza de un prestigio intelectual que no merece.

Abril lo dedico al amor: del de alta velocidad al de alta duración. El siglo XVIII es el de la Ilustración: se entronizan la razón y los instrumentos de ella. El XIX es el del Romanticismo: la exaltación de las emociones y el mundo de los sentimientos. Durante el siglo XX la razón y la afectividad han ido paralelos y el resultado no ha sido bueno. Para no rendirse, lo primero es trabajar el amor con dedicación, sabiendo que en la antesala del mismo, el enamoramiento, deben darse tres ingredientes: admiración, atracción (física y psicológica) y necesidad de compartir. En el amor conyugal muchas cumbres son borrascosas. El amor conyugal tiene un alto porcentaje de artesanía psicológica es un trabajo laborioso. El sociólogo polaco Zygmnt Bauman ha acuñado el término «amor líquido» para referirse a la pérdida de solidez de las relaciones humanas. Estamos en un mundo sin vínculos y esto ha producido una especie de zapping amoroso.

El mes de mayo lo dedico a dejar de ser hijos para ser padres. Hemos pasado del patriarcado al filiarcado. Antes, en la familia mandaban los padres; ahora la dirigen los hijos. La vida viene sin manual de instrucciones y la educación, en un mundo tan permisivo y relativo, no es tarea fácil. Educar es seducir con los valores. Es una tarea gradual, progresiva, lenta, sumativa, y también supone ir a contracorriente con frecuencia. Aquí debemos volver a hablar de la importancia de la autoridad -del latín autoritas-: significa aquél que te hace crecer como persona. Su ejercicio permite que uno progrese para encontrar lo mejor de sí mismo. El primer peldaño de la educación es la voluntad, así de claro.

Junio está dedicado a los amigos: nuestra familia espiritual. Uno se retrata en los amigos que elige. La amistad es uno de los platos fuertes en el banquete de la vida, y tiene tres arbotantes en su seno: afinidad, donación e intimidad. En una palabra, sintonía, capacidad para darnos y dejar que el otro entre en el cuadro de máquinas de nuestra conducta y vea lo que hemos sido y somos. La amistad puede ser representada en un pirámide, la mayoría de las amistades se mueven en la banda media o baja de la misma, pocas ascienden hasta la cima. La amistad íntima es un tesoro que hay que proteger, con delicadeza y discreción, con finura psicológica y siendo muy cuidadoso de lo que se dice del otro. La amistad se hace a base de confidencias y se deshace con indiscreciones.

Dedico un apartado a un tema de actualidad: la resilencia. Es un concepto que procede de la física y designa la capacidad de algunos materiales para doblarse sin partirse. Aborda cómo el ser humano puede doblarse sin saltar por los aires, es el equilibrio entre la personalidad y los factores de riesgo para mantener un cierto equilibrio. Es el arte de cambiar el dolor para dotarlo de sentido, tener un cierto grado de felicidad incluso cuando tienes abiertas las heridas del alma.

Quiero contar el caso del psiquiatra Boris Cyrulnik, uno de los que mejor ha desarrollado estas ideas. Nació en Burdeos en 1937, perdió a toda su familia en un campo de concentración nazi y logró escapar de allí con seis años, de manera insólita. Pasó su infancia moviéndose de un centro de acogida a otro, hasta llegar a una granja de beneficencia. Gracias a la influencia de unos campesinos vecinos que le dieron cariño y le enseñaron a vivir y a ser un apasionado de la literaria, él pudo cumplir su ilusión de estudiar medicina y terminar siendo psiquiatra. No le quedó ninguna herida sin cerrar de esos comienzos tan duros. Su teoría ha significado un revolución en la Psicología moderna. Viene a decir que el niño maltratado por las circunstancias, cuando crece no tiene por qué ser un maltratador, sino que es capaz de sacar fuerzas de esas vivencias traumáticas, crecer como persona y ser un adulto sano.

Hay muchos ejemplos de ello en la Historia, que quiero al menos dejar como telón de fondo. Tomás Moro murió en 1535 en la Torre de Londres, donde un verdugo le cortó la cabeza con un hacha. Sus últimos textos son extraordinarios y muestran a un hombre sólido, entero; un hombre de una pieza que se siente feliz y que termina diciendo: «Muero amigo del rey y fiel a mi Dios». Nelson Mandela estuvo 28 años en la cárcel de Robben, en Sudáfrica. Años más tarde contó que aquella experiencia le marcó en positivo porque luchaba por la libertad de su pueblo y no le quedó ningún rencor ni odio hacia los que le enviaron a prisión.

Del mismo modo, Solzcthenitzen, que pasó ocho años en una cárcel en Siberia privado de todo y tratado como un animal, escribió allí su primer gran libro Un día en la vida de Ivan Denisowicht, en el que cuenta lo que hacía un preso en aquellas estepas siberianas repletas de inhumanidad programada. En Archipiélago Gulag, pese al terror de aquellos años, habla de lucha, de esfuerzo, de felicidad, de alegría compartida.

Voy pasando por los grandes temas del estado de ánimo, hoy tan importantes en el mundo que nos ha tocado vivir: la depresión, la ansiedad, el estrés, los trastornos de la personalidad… Quiero detenerme especialmente en el arte de madurar. Madurez significa conocimiento de uno mismo y de la realidad. Y también saber darle a las cosas que nos pasan la importancia que realmente tienen. Y, a la larga, madurez es serenidad y benevolencia. Es haber sabido gestionar la propia trayectoria biográfica de la mejor manera posible, sorteando de errores, fallos e infortunios que asoman en los recodos del camino.

Y termino hablando del fracaso y de la felicidad. El fracaso enseña lo que el éxito oculta. He visto a mucha gente con éxitos tempranos que, al cabo de un cierto tiempo, se han convertido en fracasos estrepitosos, por no haber sabido digerir esos hechos de forma adecuada. Me gustan los perdedores que han sabido asumir su derrota y que vuelven a empezar, luchando contra corriente. Es emocionante ver a alguien cercano, partido por la mitad y tirado en la cuneta de la vida, que retoma el camino para crecer como persona.

Y la felicidad, ese mar sin orillas a donde apuntan todos los ríos de la naturaleza humana. Para Platón la felicidad consistía en el conocimiento; para Epicuro, lo más importante era el placer; para Séneca, la práctica de la virtud. La felicidad es una forma de mirar la realidad, polinomio de muchos factores en donde no pueden faltar los dos grandes temas de la vida: el amor y el trabajo. Amor y trabajo conjugan el verbo ser feliz. Y la cultura: la estética de la inteligencia. Si la cultura es la aristocracia del saber, la cultura es libertad.

La felicidad no se da en el superhombre, sino en el hombre verdadero; por eso la felicidad es suma y compendio de la vida auténtica.

Enrique Rojas es catedrático de Psiquiatría. Recientemente ha publicado el libro No te Rindas (Editorial Temas de Hoy).

Pio Baroja por Jose Carlos Mainer: Una Biografia de un liberal

Pío Baroja desde su obra
La perspectiva que ha adoptado José-Carlos Mainer en su biografía del autor de 'César o nada' parte de sus escritos para llegar a desentrañar la intimidad del ser humano. Autor incómodo tanto para los demócratas como para el franquismo, requiere hoy una nueva valoración
JOSÉ MARÍA RIDAO 7 ABR 2012 - 10:55 CET
Archivado en: Pío Baroja José Carlos Mainer Libros Cultura

Manos del escritor Pío Baroja.

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La figura y la obra de Pío Baroja no han dejado nunca de despertar interés, tanto entre los lectores como entre los críticos literarios o los historiadores de las ideas. Más allá del valor de sus ficciones, objeto de una recepción tan desigual entre sus contemporáneos como entre quienes se asomaron y se siguen asomando a ellas después de su muerte en 1956, la razón tal vez haya que buscarla en su condición de narrador obsesivo y, al mismo tiempo, de atento testigo de la historia de España desde la pérdida de las colonias hasta los primeros años del franquismo. Sobre Baroja y sobre el tiempo crucial que le tocó vivir se ha acumulado durante más de medio siglo una abundante bibliografía que ha permitido incrementar el conocimiento pero que también ha acentuado el riesgo de la redundancia. En la nueva biografía del escritor, titulada, escuetamente, Pío Baroja, e incluida en una colección sobre “españoles eminentes”, José-Carlos Mainer ha conseguido conjurarlo al invertir la perspectiva habitual en este tipo de trabajos: no va de la vida a la obra sino de la obra a la vida, desarrollando hasta sus últimas consecuencias la idea de que los autores del 98 personalizan la escritura además de profesionalizarla.

Mainer comienza estableciendo un sugerente paralelismo entre la obra de Baroja y la del sudafricano Coetzee, quien, como el autor de La busca, se vale de su propia experiencia en sus novelas autobiográficas, Infancia, Juventud y Verano. Al igual que en Baroja, la ficción de Coetzee no recae tanto sobre los hechos como sobre el punto de vista desde el que se narran, como si el empeño de ambos escritores fuera imaginar una galería de personajes desde la que contemplarse a sí mismos. Mainer subraya el recurso a las técnicas del folletín y de la novela de aventuras y de viajes en el caso de Baroja, lo que, en principio, debería alejarlo de la personalización de la escritura. Pero, incluso en esa parte de su obra que más parece entregarse a la fantasía, Baroja se mantiene fiel a su experiencia y a su propósito de dar cuenta de ella: Mainer suscribe y hace suya la definición de “aventurero pasivo” con la que lo describe Miguel Sánchez-Ostiz. La indagación en el yo que Baroja comparte con otros autores de la generación del 98, además de con Coetzee, estará también en el origen de “un género a medio camino entre el reportaje y la ficción” que, señala Mainer, “estaba inventando” cuando se decide a escribir sobre el atentado contra Alfonso XIII perpetrado por Mateo Morral.

'Pío Baroja'

José-Carlos Mainer
Taurus. Madrid, 2012
462 páginas. 20 euros (electrónico: 10,99)
En el trayecto de la obra a la vida, Mainer no evita dar cuenta de las ideas de Baroja que autores como Giménez Caballero invocaron para incorporarlo a las filas del fascismo y que, desde otros ámbitos ideológicos, despertaron los recelos o el abierto rechazo de Ramón J. Sender, Luis Martín-Santos o Manuel Vázquez Montalbán en periodos sucesivos. A lo largo de Pío Baroja, Mainer no intenta ningún género de exculpación pero tampoco de condena, enfática de puro obvia: el autor de El árbol de la ciencia mantuvo una actitud favorable a la colonización de Marruecos basada en argumentos racistas, asumió con crudeza los tópicos antisemitas, se manifestó contra la democracia y a favor de las salidas dictatoriales, mostró su admiración por “la tendencia de la Alemania actual”, refiriéndose a la de 1933. En contrapartida, nunca dejó de proclamar un irreductible laicismo y un individualismo radical, en todo punto incompatible con el totalitarismo comunista, contra el que Baroja se pronunció de forma expresa en repetidas ocasiones, y con el fascista, que, en palabras de Mainer, “tardó en entender en los mismos términos de repudio”. Si una cara de su ideología resultaba grata al franquismo, la otra hacía de él un escritor incómodo. Y precisamente esta condición de escritor incómodo fue la que, en estricta simetría, lo avaló entre los opositores a la dictadura, lo mismo que sucedió con otras figuras relevantes que regresaron a España después de la Guerra Civil.

La rigurosa indagación de Mainer en la vida y la obra de Pío Baroja tiene, entre otras virtudes, la de reiterar una de las más importantes tareas que sigue pendiente en la historia de las ideas en España: filiar correctamente la tradición liberal. El indiscutible valor literario de la obra de algunos autores entre los que Baroja ocupa un lugar destacado nada dice de sus actitudes civiles y políticas. De la misma forma que sus actitudes civiles y políticas no sirven para negar el valor literario de sus obras. No es una paradoja que solo se produzca en la literatura española; lo que sí parece más característico de España es la inercia de seguir considerando como partidarios del liberalismo a unos escritores, incluso, a unos magníficos escritores, que poco o nada tuvieron que ver con él.

La hora de las Biografias

En la hora de la biografía
El género biográfico no ha ocupado españa el lugar que tiene en otras tradiciones.
A los prejuicios contra la intimidad se le unía la desconfianza editorial.
Colecciones, premios y nuevos títulos —Baroja, Delibes o Terenci Moix— llenan hoy esa laguna
'Histrión pero escritor: Terenxi Moix' por JORDI GARCÍA
'Pío Baroja desde su obra' por JOSÉ MARÍA RIDAO
'Delibes y su sombra alargada' por JAVIER GOÑI
JAVIER RODRÍGUEZ MARCOS 7 ABR 2012 - 10:52 CET1
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Un día de 1978 un hispanista irlandés de 39 años llamado Ian Gibson se presentó en las oficinas de la editorial Planeta acompañado de su agente literario. Gibson había publicado siete años antes un libro sobre el asesinato de Federico García Lorca y tenía otro proyecto: la gran biografía del autor de Romancero gitano. Según sus cálculos, necesitaba 10.000 libras para vivir durante los cinco años que durase la investigación y la redacción y ya tenía un contrato con la editorial británica Faber & Faber, que pagaba la mitad. “La otra mitad”, le había asegurado ufano su agente, “la pondrá sin problemas un editor español”. Casi cuatro décadas después, Gibson se ríe recordando su propia ingenuidad, la suficiencia de su acompañante y el sonoro “no” que cosecharon ambos.

Por mucho que su libro sobre la represión en Granada se hubiera traducido a 14 idiomas y su autor tuviera “un nombre”, una biografía del poeta español más famoso del siglo XX no interesaba. En el ascensor, recuerda Gibson, se le ocurrió una idea a la desesperada: “¿Y un ensayo histórico sobre José Antonio Primo de Rivera?”. La respuesta del editor fue inmediata: “Firmamos mañana”. Le pusieron un sueldo mensual y se compró un somier para el colchón en el que dormía: “Trabajaba en José Antonio de día y en Lorca, de noche”, cuenta Gibson, que había abandonado su puesto en la Universidad de Londres y se había instalado en Madrid para no ser un “hispanista a distancia”.

Aquel contrato, insiste, le salvó la vida. Y le valió el prestigioso Premio Espejo de España por En busca de José Antonio. Fue en 1980. La primera parte de la biografía de Lorca se publicó cinco años después, en Grijalbo. La segunda tardó dos más. Hace unos meses, Crítica la reeditó en un solo tomo. Fue la primera de la serie de biografías de referencia firmadas por el autor dublinés. Luego vendrían Salvador Dalí y Antonio Machado. Actualmente trabaja en la de Luis Buñuel. Acaba de terminar la primera parte: 500 páginas que llegan hasta el advenimiento de la República. Un tercio del total después de tres años de trabajo. Por supuesto, no le falta editor.

Hasta ahora, los grandes libros sobre Cervantes, Lorca o Picasso eran obra de extranjeros
Las cosas han cambiado mucho desde aquel chasco del 78 y las biografías de españoles empiezan a dejar de ser una anomalía en España. Si el último Premio Nacional de Historia recayó en el trabajo sobre la vida de Isabel II firmado por Isabel Burdiel (Taurus), en estos días aparecen la biografía —con un pie en el ensayo— de Miguel Delibes (Destino), firmada por Ramón Buckley, y la de Terenci Moix (RBA), con la que Juan Bonilla obtuvo el último Premio Gaziel de Biografías y Memorias. Sin olvidar aproximaciones recientes a figuras como Catalina de Aragón (Crítica), por Giles Tremlett; Calderón de la Barca (Gredos), por Don V. Cruickshank; María Moliner (Turner), por Inmaculada de la Fuente; o Blanco White (Renacimiento), por Martin Murphy. En mayo, además, verá la luz el trabajo de Shirley Mangini sobre Maruja Mallo (Circe). Incluso el polémico Diccionario Biográfico Español lanzado meses atrás por la Academia de la Historia hubiera marcado época con sus 43.000 entradas si la manipulación de algunas no hubiera adulterado el conjunto. Basta pensar que su equivalente británico vio la luz en 1885 para calibrar el retraso hispano.

Es posible, con todo, que la mayor iniciativa editorial reciente para impulsar el género sea la colección Españoles Eminentes que la editorial Taurus acaba de inaugurar con Pío Baroja, de José-Carlos Mainer. Le seguirán, entre otros, San Ignacio de Loyola, Bartolomé de las Casas, el Cardenal Cisneros o Larra, firmadas estas dos últimas por Joseph Pérez —biógrafo de Carlos V y Santa Teresa de Jesús— y Santos Juliá —que lo fue de Manuel Azaña—. En la explicación que abre el primero de los títulos publicados, Javier Gomá, director de la Fundación Juan March, impulsora del proyecto, recuerda que este nació de una evidencia: “Las biografías no han alcanzado en la historiografía española la maestría que es notoria en otros países, donde muchos son los aficionados a su lectura y abundante la oferta editorial”.


'Universo de la literatura española contemporánea'. Cartel realizado por Ernesto Giménez Caballero entre 1925 y 1927. / MARÍA GIMÉNEZ CABALLERO SEYNAVE
¿A qué se debe la anomalía española que ha provocado esa laguna editorial? Ian Gibson, que vive en el barrio madrileño de Lavapiés, llega a uno de los bares más concurridos del barrio con una fotocopia: cuatro páginas de la historia de la literatura española que Gerald Brenan publicó en 1951. El mítico historiador británico subraya allí la carencia en España de cartas, diarios, memorias y biografías. ¿La razón? “La fuerte convención española”, escribe Brenan, “que prohíbe la publicación de detalles íntimos acerca de las vidas de personas cuya descendencia hasta la quinta o sexta generación todavía vive”. Si se juzgara por lo publicado, añade, “se llegaría a la conclusión de que ningún español ha escrito jamás una carta de amor”. Y añade: “Aunque los españoles son muy dados a la murmuración y el escándalo, sus opiniones acerca de la personalidad humana carecen del pulimento y la sutileza que se dan por supuestos entre los intelectuales de otros países”.

Según Ian Gibson, nacionalizado español, una sociedad necesita dos cosas para que el género biográfico pueda asentarse: estabilidad y curiosidad. Si hay 25 biografías distintas de Lord Byron, dice, es porque en los países anglosajones se ha dado un ambiente político y social que favorecía la investigación y la apertura. En España “ha primado la amnesia y la falta de interés real por los demás. Es un país que no escucha; todo el mundo quiere hablar, por eso hay tanto ruido”, dice en el fragor de tazas y cucharillas. “¿Qué español dedica cinco años a otro español?”. Así, el trabajo que no hicieron los españoles sobre sí mismos durante décadas lo tuvieron que hacer los extranjeros, dando lugar a ese fenómeno único en el mundo que es el hispanismo. No es, por tanto, extraño que —Lorca, Dalí y Gibson aparte— hasta ahora las biografías de referencia de nombres tan señeros como Felipe II, Cervantes, Gaudí, Picasso, Franco o el Rey estuvieran firmadas, respectivamente, por Geoffrey Parker, Jean Canavaggio, Gijs van Hensbergen, John Richardson y Paul Preston.

“Una buena biografía requiere cinco años de trabajo”, dice Ian Gibson. ¿Quién paga eso?
Para José-Carlos Mainer, biógrafo de Baroja y director de la Historia de la literatura española que la editorial Crítica viene publicando en nueve tomos, entre los géneros literarios que han marcado el siglo XX, en España faltaba la biografía pese a que, recuerda, en los años veinte y treinta el género se puso de moda y se consolidó en toda Europa. En Francia con André Maurois, con Stefan Zweig en Alemania y en Inglaterra con Lynton Strachey: “Aquí hubo un intento parecido. Se hicieron unas vidas españolas e hispanoamericanas del siglo XIX que publicó Espasa Calpe. Ya en los años cuarenta hay autores que escriben biografías como Benjamín Jarnés en el exilio o Fernando Vela en España. Se leen muchas biografías pero no hay una producción importante”. Junto a “un concepto equivocado del pudor”, Mainer evoca el desprestigio que durante años arrastraron las dimensiones biográfica y psicológica de una obra: “En el fondo una biografía lo que hace es indagar en las motivaciones más íntimas de los actos”. Frente a lo psicológico, se consideraba más importante lo social y lo histórico: “La biografía parecía un género menor, de entrometidos, de gente que se complacía en conjeturas psicológicas. La historiografía ha ido perdiendo esos prejuicios. Y ahí estamos”.

Tres décadas de democracia parecen haber traído la estabilidad que reclama Gibson. En 1994 la Universidad de Barcelona creó la Unidad de Estudios Biográficos, que publica una revista y cuenta con un grupo de investigadores, una biblioteca y un archivo especializados. Su creadora y directora es Anna Caballé, biógrafa de Francisco Umbral y Carmen Laforet y pionera en España de una serie de estudios que han ido cubriendo lentamente el hueco de lo que Caballé llama la dejación biográfica. “La biografía es muchas cosas”, explica. “Es una forma de escritura, una metodología de investigación y un modo de comprender el pasado que toma como referencia no a la sociedad sino al individuo. En los últimos años, del rechazo intelectual y moral hemos pasado a abrazar el género sin grandes conocimientos sobre su tradición y menos sobre sus metodologías. ¿Por qué este cambio? Porque las condiciones de libertad moral en que vive la sociedad española ahora permiten abordarlo —como permitieron antes la escritura autobiográfica, que fue la primera en abrir pista en los años setenta— y por el éxito que lo rodea en la esfera internacional, lo que ha estimulado a las editoriales españolas”.

En 1988, un año después de que Ian Gibson culminase su obra magna sobre Lorca, se produjeron en España dos pequeños hitos editoriales en el ámbito de las biografías: por un lado, nació el sello Circe, especializado en el género; por otro, Tusquets falló el primer Premio Comillas de Historia Biografía y Memorias. Silvia Lluís, directora de Circe, cuenta que la editorial nació porque “aquí no había una colección dedicada a la biografía”. Fue un éxito. Eso sí, dos décadas después, entre las 90 biografías de su catálogo —de Frida Kahlo a Jackson Pollock pasando por Susan Sontag— solo una está firmada por un español: la que en 2004 Miguel Dalmau dedicó a Jaime Gil de Biedma. Polémico como libro, el trabajo de Dalmau —que ya había dedicado un estudio a los hermanos Goytisolo— inspiró en 2010 la no menos polémica película de Sigfrid Monleón El cónsul de Sodoma. “El estreno favoreció la segunda edición”, dice Silvia Lluís, que recuerda cómo firmó con Dalmau cuando este tenía ya el libro escrito. La propuesta fue del autor y no del editor. En mayo, el fondo español de Circe crecerá con una biografía de la pintora Maruja Mallo firmada por la hispanista estadounidense Shirley Mangini y en otoño verá la luz la de Dora Maar a cargo de Victoria Combalía. Este último será el primer encargo de la editorial en 24 años. Lo habitual es traducir una obra extranjera. ¿Por qué? “Porque no hay que esperar”, dice Lluís. “No es por el adelanto —el género se vende y tiene lectores muy fieles—, pero si encargas una biografía arriesgas una inversión, no sabes cuándo te la entregarán, puede salir otra del mismo personaje…”.

En los años veinte y treinta del siglo pasado, el género se puso de moda y se consolidó en toda Europa
Tampoco la editorial Tusquets ha encargado jamás una biografía para su colección Tiempo de Memoria, con 129 títulos. Allí se alojan los ganadores del Premio Comillas, en cuyo palmarés están las memorias de Carlos Barral, Castilla del Pino, Adolfo Marsillach, Isabel García Lorca, Alberto Oliart y Jaime Salinas —la autobiografía abre pista, recordaba Caballé—, pero que apenas cuenta con media docena de biografías, entre ellas las de Luis Cernuda, Luis Martín Santos, el general Rojo o el cineasta Ricardo Muñoz Suay. Según Josep Maria Ventosa, miembro del jurado y responsable actual de la colección, además de esa mezcla de rigor y claridad que los anglosajones manejan magistralmente, una buena biografía requiere “dedicación, viajes, inversión… algo que una editorial no se puede permitir y que no puede darse sin el apoyo de universidades o instituciones”. De ahí el proyecto de la Fundación Juan March o el que lleva años impulsando la Residencia de Estudiantes de Madrid para recuperar la dimensión biográfica de los autores de la Edad de Plata.

En opinión de Anna Caballé, es “grave” el problema que todavía subyace a la escasez de biógrafos españoles. “¿Qué pasa cuando una sociedad se muestra indiferente hacia ese deber moral que es la construcción y revisión incesante del propio pasado —y no solo de 1936 a 1975— y se desentiende por pereza, por falta de confianza o de recursos, por pura inconsciencia, por venganza, de su patrimonio biográfico?”, se pregunta Caballé, que echa de menos alguna mujer entre los primeros títulos de la colección Españoles Eminentes. Javier Gomá, impulsor de la serie, responde que esta sigue abierta y que si desecharon encargar obras sobre Santa Teresa o Emilia Pardo Bazán fue porque ya existían buenas biografías suyas: las de Joseph Pérez y Eva Acosta.


Ramón Gómez de la Serna (1925-1927). Cartel de Ernesto Giménez Caballero. Colección Gustavo Gili. / MARÍA GIMÉNEZ CABALLERO SEYNAVE
En lo que todo el mundo coincide es en el esfuerzo, de investigación y de escritura, que supone un estudio biográfico: “Una buena biografía requiere no menos de cinco años de dedicación”, subraya Ian Gibson, para el que, al redactar, “hay que luchar contra la tentación de ponerlo todo”. El estilo debe enganchar: “Una biografía no es una crónica donde incluir hasta el menú de cada día”. La suya sobre Dalí —La vida desaforada de Salvador Dalí (Anagrama, 1998)— la pagó, dice, la BBC. Él escribió el libro mientras trabajaba en un documental sobre el artista. Eso le permitió viajar y, entre otras cosas, dedicar cinco meses a leer en la hemeroteca de Madrid, página por página, El diario de Barcelona de 1882 buscando noticias sobre la muerte del abuelo del pintor: “Alguien en Cadaqués me había dicho que se había suicidado, pero nadie recordaba cuándo ni dónde estaba la tumba. ¡Cuando vi la esquela en el periódico! Se había tirado por una ventana víctima de la paranoia. Dalí siempre tuvo miedo de haber heredado la enfermedad. Eso marcó su vida y su obra. Era una clave nueva y yo era el primero en tenerla delante. ¿Te imaginas el subidón de adrenalina?”.

Gibson admite que la digitalización de documentos y su difusión por Internet han facilitado mucho las cosas. “Antes pasaba meses esperando a que los libreros de la Cuesta de Moyano me encontraran un libro. Ahora los pido a Tejas o a Torrelodones. Y llegan antes de Tejas…”, se ríe. Lo que no se arregla con Internet es la ausencia de material, la pérdida, por ejemplo, de las cartas de muchos autores, que contienen una verdad privada que muchas veces contradice su imagen pública. Si Anna Caballé reivindica a Carmen Bravo Villasante como avanzada a la hora de utilizar las correspondencias como base de sus trabajos, Ian Gibson afirma que sin sus cartas será muy difícil hacer la biografía definitiva de Valle-Inclán, que a los siete años de su muerte ya contaba con tres biografías: “Encargó una a Gómez de la Serna sabiendo que estaría llena de invenciones”. Ser biógrafo es ser un poco detective, sugiere. Para encontrar una esquela y para no dejarse engañar por el biografiado. Sobre todo cuando él mismo ha escrito unas memorias: “La memoria falla. Buñuel confunde a veces Un perro andaluz y La Edad de Oro: no las separa más que un año. Y si lees La arboleda perdida parece que Lorca y Alberti se veían a diario, pero este se lamenta por carta de lo poco que se ven. Incluso la mentira dice algo del biografiado. Pero hay que detectarla. La envidia, por ejemplo, nunca se declara: se camufla de odio o de desprecio”. “Yo no tengo la costumbre de mentir”, escribe al abrir sus memorias —2.000 páginas— Baroja, un autor que escribió tanto de sí mismo que, dice Mainer, “se corre el riesgo de pensar que tienes el trabajo hecho”.

La lenta consolidación de la biografía en España se ha beneficiado también de la superación del cliché de que la vida de un autor está en su obra: la vieja disputa entre Proust (la obra es autónoma) y Sainte-Beuve (la vida es clave para entender la obra). Los artistas no tienen biografía, decía Octavio Paz. “Tan prejuicio es decir que la obra de un escritor es la proyección de su biografía como decir que la obra es lo único que importa. En medio hay un proceso complicado. El escritor construye una imagen a través de la escritura, pero no construye una biografía, construye un personaje que coincide esencialmente con el autor. Se trata de una construcción imaginativa que no se puede tomar como un hecho notarial. Por eso mismo hay que tener en cuenta la vivencia de las cosas que un escritor traslada a la literatura”. Esa es la hora de la biografía.